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Mitos y realidades

Populismo en Alemania: El conocido experto en demoscopia Manfred Güllner explica aquí cómo caracterizar realmente los "éxitos electorales" de AfD.

Manfred Güllner, 06.11.2019
Duelo televisivo antes de las elecciones en Turingia
Duelo televisivo antes de las elecciones en Turingia © dpa

Si la cobertura periodística de muchos medios de comunicación alemanes sobre el proceso electoral correspondiera a la realidad, Alemania se encontraría en medio de un "terremoto" permanente. Un "medio líder de opinión" como la revista "Der Spiegel" informa con frecuencia que el resultado de una elección "estremece" la República, "transforma" Alemania o "abre la puerta a una nueva era política". Y el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD, en sus siglas en alemán) es descrito no solo por sus líderes sino también por "Der Spiegel" como un "nuevo partido mayoritario".

El experto en demoscopia Manfred Güllner
El experto en demoscopia Manfred Güllner © dpa
La mayor parte de población no quiere tener nada que ver con Afd.
Manfred Güllner, director del instituto Forsa

En realidad, AfD está lejos de ser un "partido mayoritario" en términos numéricos. De los seis Estados federados que han celebrado elecciones estatales en 2018/19, solo una décima parte de todos los votantes dieron su voto a AfD. Una gran mayoría, de casi un 90 por ciento, no quería ni quiere tener nada que ver con AfD y votó por otro partido o no votó.

Incluso en sus bastiones del Este de Alemania, en Brandenburgo, Turingia y Sajonia, el 86, 85 y 82 por ciento respectivamente de todos los votantes no dieron su voto a AfD. Además, no se puede hablar para nada de un "crecimiento constante" de AfD. En las seis elecciones de 2018/19, AfD obtuvo menos votos que en las elecciones al Bundestag de hace dos años. En el total de los seis Estados federados, el número de votantes de "derecha" se redujo incluso en unos 440.000, pasando de 2,7 millones en las elecciones al Bundestag a 2,26 millones en las elecciones de 2018/19.

AfD no está anclado en amplios sectores de la población.
Manfred Güllner, director del Instituto Forsa

AfD tampoco está anclado en amplios sectores de la población, como en el pasado estaban los verdaderos partidos mayoritarios. Se trata de una homogénea comunidad conspirativa, sustentada predominantemente por hombres, que aglutina el latente potencial de personas susceptibles a ideas populistas y que siempre han estado presentes en la Alemania de posguerra.

Con candidatos populares y más cercanos al ciudadano, los "partidos tradicionales" han logrado movilizar a más votantes en las elecciones para Estados federados que en las últimas elecciones al Bundestag, contrariamente al tenor de la cobertura periodística. El partido democristiano CDU de Sajonia con Michael Kretschmer obtuvo 30.000 votos más que en septiembre de 2017, la socialdemocracia SPD de Brandenburgo con Dietmar Woidke 69.000 y la Izquierda (“Linkspartei”) de Turingia con Bodo Ramelow casi 126.000 más que en septiembre de 2017.

En los Estados federados en los que los jefes de Gobierno eran extremamente impopulares - como Sieling en Bremen - o en los que, como Söder, jefe del ejecutivo en Baviera, seguían ensombrecidos por su igualmente impopular predecesor, los partidos tradicionales SPD, CDU y CSU fueron castigados en consecuencia por los ciudadanos y perdieron masivamente votantes con votos que pasaron del centro liberal al partido ecologista Los Verdes. Lo mismo puede decirse del liberal Bouffier en Hesse, que heredó el partido de Roland Koch, a quien los ciudadanos consideraban demasiado derechista.

La aplastante pérdida de confianza y de importancia de los partidos tradicionales Unión (CDU-CSU) y SPD comenzó mucho antes, por cierto, incluso antes de que existiera AfD. Mientras que en los años setenta y hasta principios de los ochenta CDU, CSU y SPD eran elegidos por casi el 80 por ciento de los votantes, su participación cayó a menos del 40 por ciento en las elecciones al Bundestag de 2009.

Los no votantes no votarían de ningún modo partidos con ideas radicales.
Manfred Güllner, director del Instituto Forsa

Debido a la pérdida de capacidad de cohesión de la Unión y del SPD, el "partido de los no votantes" ha crecido cada vez más, conformado en gran medida por personas insatisfechas procedentes del centro político y social. Pero este gran grupo de votantes insatisfechos, que no quiere votar partidos con ideas radicales, no recibe la atención que merece en los medios de comunicación.

El Prof. Dr. Manfred Güllner es sociólogo, psicólogo social y economista de empresa. En 1984 creó el Instituto Forsa y lo convirtió en uno de los principales institutos alemanes de investigación de opinión.

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