Ventajas competitivas en la economía digital
La socióloga Sabine Pfeiffer cree que la industria alemana está bien posicionada para beneficiarse de la digitalización en el mundo laboral.
La digitalización en el mundo laboral se está acelerando, y la inteligencia artificial está impulsando aún más esta evolución. La socióloga Sabine Pfeiffer, de la Universidad de Erlangen-Nuremberg, trabaja desde hace años en el campo de la transformación digital y asesora también al ministerio alemán de Trabajo.
Sra. Pfeiffer, ¿cuáles son las tendencias actuales de la digitalización en el ámbito industrial?
Cuando hablamos de tendencias en la industria alemana, existe una gran diferencia si hablamos de un gran consorcio automovilístico, de la industria química o de una empresa mediana con éxito a nivel internacional. Sus evoluciones son muy diferentes y quizás éste sea también un problema del debate, a menudo generalista, en torno a la digitalización. En muchos ámbitos industriales vemos que, en el pasado, la digitalización siempre se entendía como una herramienta de trabajo. La fresadora CNC controlada por ordenador o el robot industrial: primero pensamos en los equipos de trabajo. En la actualidad, el elemento transformador lo encontramos allí donde la digitalización se incorpora al producto y en los cambios que produce en el mismo. La cuestión entonces es dónde convergen ambos y qué modelos de negocio pueden combinarse con ello.
A medida que la digitalización avanza, muchos temen por sus puestos de trabajo. ¿Acabará la digitalización con puestos de trabajo?
Las numerosas innovaciones, procesos de transformación y adaptaciones que exigen la digitalización o la transición ecológica requieren sobre todo una cosa: más fuerza de trabajo humana. Los productos de digitalización actuales - ya sea inteligencia artificial, robots o gafas de realidad aumentada - no se desempaquetan sin más y ya están listos para funcionar. Sus efectos sólo son positivos si se adaptan al propio modelo de negocio, a los propios mercados, a los propios productos. Por tanto, primero hay que invertir mucho en trabajo. Esto es algo que solemos olvidar a la hora de hablar de transformación digital: no es algo que caiga del cielo, hay que hacerla.
Las numerosas innovaciones, procesos de transformación y adaptaciones que exigen la digitalización o la transición ecológica requieren sobre todo una cosa: más fuerza de trabajo humana.
¿Cómo está posicionada la industria alemana en comparación con otros países?
A menudo se reprocha injustificadamente a la industria alemana su retraso digital. Yo lo veo de otra manera: la industria productora supone una ventaja competitiva, precisamente en una economía digital. Ya que cuenta con características que no todas las economías comparten. Sólo hay que saber aprovecharlas. Y sin subestimar la propia fortaleza, que son los trabajadores con conocimientos de producción. Nuestros profesionales de la producción cuentan en su mayoría con una excelente cualificación. Contamos con las personas más cualificadas para aprovechar al máximo las ventajas de la inteligencia artificial y también para utilizarla de una manera económicamente racional a largo plazo. Una auténtica ventaja competitiva.
