Franz Kafka: el eterno enigma de la literatura universal
El 3 de junio de 1924 murió el autor en lengua alemana más leído del mundo, dejando instrucciones de destruir toda su obra.
Su fama se debe a su singular talento literario. Sin embargo, la gente le conoce por una insólita traición. Franz Kafka.
Se le cita repetidamente como uno de los más grandes escritores alemanes, pero esto se debe a su lengua, en la que se expresaba como nadie antes que él: el alemán. Su nacionalidad era austrohúngara, ya que Kafka nació el 3 de julio de 1883 en Praga, donde pasó la mayor parte de su vida, que solo duró 40 años, hasta el 3 de junio de 1924. Procedía de una extensa familia judía y formaba parte del aproximadamente siete por ciento de germanohablantes que había en Praga en aquella época, cuando lo que hoy es la República Checa aún formaba parte del Imperio Austrohúngaro. Praga era su hogar, pero, como con tantas otras cosas, los sentimientos de Kafka eran contradictorios: “Praga no te suelta (...). Esta madrecita tiene garras”. Sobre su lengua escribió: “El alemán es mi lengua materna, pero el checo me llega al corazón”.
Kafka y la fama
Durante el día, Kafka era un exitoso empleado de una compañía de seguros paraestatal; por la noche, un escritor fracasado. “Vida de maniobras”, la llamaba: trabajaba en la oficina por las mañanas, dormía por las tardes y escribía por las noches. Gracias a las minuciosas anotaciones de su diario y a las innumerables cartas a sus amigas y amigos, se conoce y puede leerse gran parte de la vida privada de Kafka.
También sobre la noche en la que se encontró a sí mismo como escritor: del 22 al 23 de septiembre de 1912, Kafka escribió el relato “La condena”, en ocho horas, como en un frenesí. La historia de un hombre condenado enigmáticamente a muerte por su padre tras una misteriosa disputa caracteriza todo lo que dio fama mundial a las obras posteriores de Kafka. Sin embargo, esto no ocurrió hasta mucho después de su muerte, inicialmente en Estados Unidos y Francia a partir de 1945, y finalmente en los países de habla alemana en la década de 1950. En la actualidad, Kafka es el autor en lengua alemana más leído del mundo.
Kafka y sus obras: ¿qué es lo kafkiano?
Las obras de Kafka son enigmáticas, misteriosas, incluso inquietantes y como pesadillas. Muchas cosas son vagas, apenas tangibles; nunca se menciona un lugar o un momento concretos. Sin embargo, su lenguaje es todo lo contrario. Conciso, preciso y directo, trata temas universales como la identidad, la angustia existencial, el absurdo de la vida y la burocracia. Así lo atestiguan las primeras frases de sus obras más importantes, que figuran entre las más conocidas de la historia de la literatura. Sin embargo, en lo que al contenido se refiere, la obra de Kafka permanece abierta; a menudo utiliza el subjuntivo, la forma que indica posibilidad.
O utiliza términos ambiguos sin definirlos: ¿Es “El proceso” un juicio, un acontecimiento o ambas cosas? ¿Es la “ley” un escrito, una persona, una autoridad superior? Los mundos de Kafka son tan especiales, tan enigmáticos y absurdos que se creó un adjetivo propio para describir este estado de cosas: kafkiano. Sus obras han sido interpretadas miles de veces y, sin embargo, escapan a una comprensión concluyente. “Cada frase dice: interprétame; y ninguna lo tolera”, dijo Theodor W. Adorno. ¿Y el propio autor? Escribió: “(Yo) soy literatura, no soy otra cosa ni puedo ser otra cosa”. Pero no podía explicar lo que escribía.
Kafka y el amor: ¿puede casarse un escritor?
Franz Kafka era todo menos tímido, era sociable y tenía muchos amigos, el más importante de los cuales era Max Brod. Y Kafka amaba a las mujeres seguras de sí mismas, especialmente a Felice Bauer, con la que estuvo prometido dos veces. Se conocen otras relaciones entre Kafka y mujeres de caracteres muy diferentes, pero por poco que las novias de Kafka se parecieran entre sí, las relaciones se desarrollaron de forma muy similar. Cuanto más se acercaban, cuanto más anhelaba él el matrimonio, más crecían las dudas de Kafka. No sobre sus sentimientos, no sobre sus deseos, sino sobre si su vida de escritor era compatible con la de marido. Así que teorizó sobre sus propios sentimientos y deseos, buscando entre modelos literarios y amigos relaciones que pudieran servirle de modelo. El resultado: Kafka permaneció soltero durante toda su vida, todas sus relaciones fracasaron.
Kafka y la insólita traición de Max Brod
La duda acompañó a Kafka durante toda su vida. Destruyó su gran amor, sus relaciones y estuvo a punto de destruir su obra. Tan firmemente convencido como estaba de que era un escritor y solo un escritor y nada más, también estaba descontento con sus obras. “Si se perdieran por completo, ello respondería a mi verdadero deseo”, escribió. En 1917, Kafka fue diagnosticado de tuberculosis, una enfermedad incurable en aquella época, de la que finalmente murió en un sanatorio el 3 de junio de 1924. Antes había dado instrucciones a su mejor amigo, Max Brod, en calidad de albacea testamentario, para que destruyera la mayoría (y las más importantes) de sus obras inéditas, incluidos los ahora famosos fragmentos de novelas. Él mismo ya había destruido una parte desconocida de su obra. Brod desoyó este último deseo de su mejor amigo; y publicó la obra.
Kafka y nuestro presente: ¿merece la pena leerlo?
La obra de Franz Kafka sigue siendo un misterio. Y es atemporal; como toda gran literatura, no ha perdido su vigencia. Al contrario, en parte porque él mismo no localizó sus textos ni les dio una época, pueden experimentarse sin ningún conocimiento histórico. Quien quiera acercarse a él, mejor que no lea sobre él, sino lo escrito por él. Estas son nuestras 7 mejores recomendaciones:
- El proceso
- El castillo
- El desaparecido
- Carta al padre
- La condena/La metamorfosis
- Un artista del hambre
- En la colonia penitenciaria