Pequeña cámara con enorme efecto

Cuando Oskar Barnack hace 100 años desarrolló la cámara para película de 35 mm y el empresario Ernst Leitz comenzó con la producción en serie de la invención de su empleado, nadie imaginó las consecuencias: la “Leica“ iba a transformarse en una marca de culto y revolucionar la fotografía. Con los objetivos intercambiables que desarrolló Max Berek, se inició en 1925 la exitosa marcha en todo el mundo. La pequeña y ligera cámara con la armónica relación de aspecto 2:3 y un tamaño de imagen de 24 x 36 milímetros, se convirtió en el estándar global. Con ella se podían hacer 36 exposiciones de una vez. Así, la fotografía se “liberó”, ya que hasta entonces sólo había cámaras pesadas y gruesas para tomas estáticas. En cambio, con la Leica los fotógrafos podían tomar fotos de forma dinámica y en vivo, lo que favoreció notablemente la cobertura en los medios impresos de prensa. Ahora los reportajes podrían enriquecerse con “escenas en vivo”.

Incluso en la era digital Leica Camera AG se mantiene fiel a su lema de centrarse en lo esencial: “Hoy en día muchos productos atraen con un sinnúmero de funciones y formas inusuales. Todo es posible”, afirma el presidente del consejo de administración de Leica Andreas Kaufmann. “Sin embargo, las cosas aparentemente más sencillas son a menudo las más difíciles. Para Leica, lo importante siempre ha sido las necesidades del usuario.”Leica desea aportar herramientas para experiencias visuales singulares, ni más ni menos, explica Kaufmann. “Por eso, desde el primer modelo y en cada avance técnico y de la óptica se ha tratado de centrar la atención en las funciones más importantes. Este enfoque en lo esencial es lo que hace tan fascinante a la marca Leica.”

Los amantes de la fotografía pronto podrán ver todo esto de cerca: en Wetzlar, en el Estado de Hesse, se está construyendo en la nueva sede un universo de experiencias en el que los visitantes podrán conocer la historia de esta tradicional empresa.

www.leica-camera.de

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