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Aquí vive 
la cultura

Marsella y Košice, Capitales Europeas de la Cultura 2013.

20.06.2013
Marseille Cathedrale La Major
© picture-alliance/Arco Images GmbH - Marseille Cathedrale La Major

A veces vale la pena esperar la salida de un avión. Aquellos que, aun 28 años después, no han perdido nada de su frescura, sólo han madurado y hasta deseados. Eso ocurrió cuando una griega y un francés en 1985 fraguaron la idea de una Europa de las culturas. Lejos de cualquier protocolo y de la sala VIP de un aeropuerto. No es seguro que la muy 
citada anécdota haya sucedido así, pero al menos la atestiguan sus protagonistas: Melina Mercouri, la entonces ministra de Cultura de Grecia, y su colega francés Jack Lang. La idea perseguida por Mercouri dio origen a la declaración de Atenas ese mismo año como primera “Ciudad Europea de la Cultura” y a una resolución del Consejo de Ministros. Desde entonces, cada año se tematiza la riqueza y diversidad cultural de una ciudad diferente para el acercamiento entre ciudadanos de Estados miembros y la comprensión mutua: cultura como nuevo criterio de identificación de la vieja Europa.

Después de Florencia en 1986 le siguieron varias capitales europeas, como Lisboa y Estocolmo. Cuando en 1990 le llegó el turno a Glasgow, se hizo evidente que el programa de apoyo de la Unión Europea, que hasta hoy ha beneficiado a más de 40 ciudades, tiene mucho más influencia que un simple espectáculo artístico de verano: gracias a las inversiones, la ciudad escocesa logró pulir su imagen, hasta entonces gris, mejorando la infraestructura, la economía y el turismo. Desde que en 1999 se cambió el título por “Capital Europea de la Cultura”, se han beneficiado cada vez ciudades más pequeñas y medianas, como Graz, Salamanca, Weimar y Brujas. Todas tienen en común que su patrimonio cultural a menudo solo ha necesitado el viento fresco de la atención continental y una inyección de fondos para ganar un nuevo y mejor prestigio. La 
ampliación hacia el este de la UE hizo que participaran nuevos candidatos, como Sibiu en Rumania y Pécs en Hungría. También Estambul, Stavanger o Reikiavik, fuera de las fronteras de la UE, se transformaron, en dúo con una ciudad de un Estado miembro de la UE, en Capital Europea de la Cultura. Y el proyecto de fomento no solo asegura el atractivo turístico y la atención de los medios. También es un motor económico de efecto sostenible.

En 2013, con la segunda mayor ciudad eslovaca, Košice, y la ciudad portuaria francesa de Marsella, pasan a primer plano dos Capitales Europeas de la Cultura situadas en los límites de la zona de Schengen. Además de su larga tradición multiétnica, ambas tiene en común su función de puente entre culturas: La ciudad más grande y la segunda más antigua de Francia es considerada la puerta de entrada al Mediterráneo, en especial África, para cuyos inmigrantes Marsella se ha convertido a veces en nueva patria. Košice, en cambio, que ya era una importante ciudad comercial en la Edad Media y durante la monarquía del Danubio, se convirtió en la era comunista en un centro de la industria pesada. Hoy esta ciudad es uno de los puestos orientales de avanzada de la UE en la frontera con Ucrania.

Unos 900 eventos ofrece el Año de la Capital Cultural Europea en el sur de Francia. Como ciudad que siempre ha estado a la sombra de París, Marsella reafirma así su patrimonio cultural y su potencial cosmopolita que abarca más de 2.500 años de historia. En particular se trata de eliminar su imagen de centro de la criminalidad. También la mayor tasa de desempleo del país genera problemas. El Año de la Capital Europea de la Cultura desea aportar nuevos impulsos hacia adentro y hacia afuera. Uno de los temas centrales es el “Mediterráneo”, que se exhibe en sus diferentes aspectos un nuevo museo y que asegura la presentación de muchos artistas de los países ribereños del Mediterráneo.

Con el lema “Marseille-Provence 2013”, como ya se hiciera con 
“Ruhr 2010” en Alemania, se incluirán 96 localidades de la región. Entre todos los eventos se destacan los géneros artísticos clásicos y la presentación del rico pasado y presente de la región. En Marsella se celebra el renacimiento de barrios hasta entonces relegados, gracias a la transformación de ex naves industriales en centros culturales y musicales, con teatro en las calles, exposiciones o presentaciones artísticas, por ejemplo de la cultura rapera. Se fomenta expresamente el joven sector creativo como prometedor factor de crecimiento. Alrededor de 40 proyectos en la región contribuyen también a que el gran evento tenga efecto sostenible. Tan solo en Marsella, tres espectaculares museos , diseñados por arquitectos de fama internacional, son testimonio al menos visual de esa renovación urbana.

También el programa de eventos de Košice, en el este de Eslovaquia, Košice renueva con cientos de eventos la confianza en un porvenir mejor para esta multiétnica ciudad. Además de los proyectos de infraestructura y restauraciones en el casco viejo, una antigua piscina pública ha sido transformada en galería de arte y el recinto de un cuartel, en un parque cultural. En el foco de atención están artistas, como el escritor nacido aquí Sandor Márai, que logró ocupar post mortem las listas de libros más vendidos, el icono del pop-art Andy Warhol, cuyos padres emigraron de aquí a Estados Unidos. También en Košice, con su tasa de desempleo del 30 por ciento, se apuesta por el fomento de sectores creativos. Con su antiguo esplendor vuelve a brillar el pintoresco centro histórico, que es el área más grande de edificios protegidos como monumento histórico de toda Eslovaquia. Entre otras joyas arquitectónicas se encuentra la catedral gótica más oriental en Europa, que marca el punto de intersección entre la fe ortodoxa rusa y la fe católica.

Con su lema “Adelante con nuestras tradiciones”, la ciudad recuerda su pasado judío con un museo en una de las tres sinagogas. Y también de los romas. Con 5.000 romas, Košice alberga la mayor población gitana de una ciudad de Europa oriental. Pero los romas no viven en el encantador centro de la ciudad. En la era comunista surgieron en los alrededores gigantescas urbanizaciones, que sólo se han convertido poco a poco en un espacio de vida atractivo. La mayor pobreza impera en el barrio roma “Sputnik 10”. No sólo con su temperamental música, “Košice 2013” desea también fomentar aquí el desarrollo. Karel Adam, director de teatro profesional “Romathan”, resumió el concepto en un reportaje de televisión con motivo de la actuación de su popular elenco: “Si la cultura muere, muere la comunidad étnica.” O dicho de otro modo: Promover la cultura de todos los europeos fue la idea de Melina Mercouri. Hace 28 años. ▪