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“Alemania puede tender puentes”

La ministra de Desarrollo, Svenja Schulze, explica en una entrevista qué retos quiere superar Alemania en 2024

21.12.2023
La ministra de Desarrollo, Svenja Schulze
La ministra de Desarrollo, Svenja Schulze © picture alliance/dpa

Ministra Schulze, ¿cuáles son las cuestiones y tareas clave a las que se enfrenta la política alemana de desarrollo?

Las tareas que sólo pueden resolverse con una mayor cooperación global son enormes: desde la lucha contra el cambio climático hasta la gestión de la migración. Al mismo tiempo, existe una creciente fatiga por la crisis en muchos países, incluida Alemania. Cada vez se oyen más voces que creen que Alemania puede replegarse en su caparazón, como si así desaparecieran las crisis. Puedo entenderlo desde un punto de vista humano, pero sería un error. Por eso, para 2024 he decidido adoptar una postura proactiva a favor de una mayor cooperación global, en Alemania y a escala internacional. Por ejemplo, en la Cumbre del Futuro de la ONU de septiembre, donde el objetivo es hacer más eficaz el sistema multilateral.

Hay muchos ámbitos en los que una mayor cooperación nos beneficia tanto a nosotros en Alemania como a la población de nuestros países socios: desde la inmigración de mano de obra cualificada hasta la lucha contra el cambio climático y los proyectos de hidrógeno verde, pasando por el apoyo específico a los países que acogen a más refugiados. En un mundo cada vez más desconfiado y caracterizado por los conflictos, la política de desarrollo es una oportunidad para tender puentes y mantener asociaciones estables.

Un papel más importante de las mujeres y las niñas es clave para impulsar el progreso del desarrollo. Por ello, el compromiso con la igualdad de género seguirá siendo una prioridad de la política alemana de desarrollo en 2024.

¿Qué rumbo se tomará en 2024?

No será posible abordar los retos globales con fondos públicos para el desarrollo. Por eso estamos trabajando para encontrar nuevas fuentes de financiación. En la última conferencia sobre el clima, conseguimos convencer a los Emiratos Árabes Unidos, ahora un rico Estado del Golfo, para que contribuyeran por primera vez a un fondo de la ONU para el clima. Con ello abrimos una puerta; ahora deben llegar otros nuevos donantes. En 2024, también quiero seguir avanzando en la aplicación de la reforma del Banco Mundial. Porque podemos movilizar grandes sumas de dinero para resolver los retos mundiales a través del Banco Mundial y otros bancos de desarrollo.

Las empresas privadas también pueden y deben hacer más por el desarrollo sostenible. Si conseguimos aprobar la ley europea de la cadena de suministro después de la respectiva ley alemana, el compromiso con los derechos humanos y el medio ambiente se convertirá en la nueva norma.

Lo que me hace albergar esperanzas para 2024 es el papel activo y confiado que los países del Sur Global están asumiendo cada vez más en la escena internacional. Por ejemplo, el grupo de Estados africanos que quieren reforzar el papel de las Naciones Unidas en la política fiscal mundial. O Brasil en la presidencia del G20: el presidente Lula se ha fijado objetivos ambiciosos en la lucha contra la pobreza, el hambre, el cambio climático y la desigualdad. Y cuando se trata de resolver los demasiados conflictos violentos, es necesaria la mediación de personas en las que confíen todas las partes, y éstas proceden cada vez más de países emergentes y en desarrollo.

¿Qué debe ocurrir a escala internacional en estos ámbitos y qué papel puede desempeñar Alemania en ello?

Alemania puede tender puentes y reunir a partes interesadas de muy diversos ámbitos. Por ello, este verano estableceremos un nuevo formato de conferencia mundial, la conferencia sobre sostenibilidad de Hamburgo. Queremos reunir a todos aquellos del Norte Global y del Sur Global, de los Gobiernos, del sector privado y de la sociedad civil que quieran trabajar juntos en soluciones para el desarrollo sostenible y una arquitectura financiera más justa.

También vamos a desempeñar un importante papel como anfitriones, junto con el Gobierno ucraniano, en la Conferencia para la Reconstrucción de Ucrania, que se celebrará en Berlín en junio.

En todos los casos, la solución no es menos cooperación internacional, sino más. La prosperidad de Alemania depende de tener socios en todo el mundo. Una economía que depende de las cadenas de valor internacionales y de la resolución de problemas globales no puede permitirse pensar en esconderse en su caparazón.