Buenas ideas de Alemania: el Bobby-Car

No hay otro vehículo que represente mejor el primer automóvil en la vida. No bien aprenden a moverse, tanto niñas como niñas se deslizan sobre estos carros. Un 98 por ciento de los alemanes saben qué es un Bobby-Car.

Un exitoso producto alemán, fabricado hasta hoy en Franconia, Baviera. Cada día salen unos 2000 ejemplares de la fábrica en Burghaslach. Más de 17 millones de unidades ha vendido ya el fabricante BIG desde que el pequeño automóvil de polietileno fue presentado por primera vez en 1972 en la Feria del Juguete de Núremberg. Fue creado por el fabricante de Fürth e ingeniero Ernst A. Bettag.

El Bobby-Car es un éxito mundial desde hace muchos años y el cochecito de este tipo más vendido en todo el mundo según datos del fabricante. Se exporta, entre otros países, a Japón, países escandinavos, Nueva Zelanda, Dubai y Estados Unidos.

Tiene casi 60 cm de largo, unos 40 cm de alto, cuatro ruedas y es de color rojo Ferrari. Pero hay también modelos en violeta y azul, con imitación de piel de leopardo y en negro. Se ofrecen incluso el modelo Lightning McQueen y el Baby-Porsche. Pero el más solicitado sigue siendo el modelo tradicional en rojo, con faros de imitación que miran hacia adelante como divertidos ojos. Para el 40ª aniversario se fabricó una edición especial.

Pero no todos los Bobby-Cars son para niños. Ya existe una comunidad de entusiastas aficionados que corren carreras sobre Bobby-Cars adaptados para adultos. Como en las carreras de carrilanas, se realizan competiciones sobre calles en declive cerradas. Con casco, desde luego, y con la carrocería rellanada de hormigón. En Alemania existe incluso una Asociación Deportiva Bobby-Car , que invita a familias a participar en carreras y tiene listas de las mejores marcas mundiales. El récord de velocidad alcanzado entre los profesionales es 115 kilómetros por hora.

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