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Entdecke DE: La ciudad imperial de Aquisgrán

La serie "Entdecke.de" invita a recorrer los sitios más bellos de Alemania. Visita en invierno a la ciudad imperial de Aquisgrán, en la que vivió Carlomagno.

13.12.2013
Aachen
picture-alliance/dpa - Aachen © picture-alliance/dpa - Aachen

Algunos ya han fracasado en el intento de comerlos. Es que los verdaderos "printen" son bien duros, al menos para el gusto de los habitantes de Aquisgrán. Quien piense diferente podrá dejar reposar en la lata varias semanas esta especialidad de pan de especias originaria de la ciudad situada en Renania del Norte-Westfalia o mojar en el té o el café los rectángulos con sabor a miel y especias, como canela, cilantro, cardamomo y clavo de olor. Los primeros "printen" de Aachen fueron horneados en el siglo XIX. Por eso, el emperador Carlomagno (747-814), el personaje más más famoso en la historia de la ciudad, nunca pudo probar esta especialidad.

Carlomagno vivió los últimos 20 años de su vida en Aachen e hizo de la ciudad su sede imperial. La Iglesia de Santa María (Marienkirche), uno de los monumentos mejor conservados de la época carolingia, está particularmente asociada a Carlomagno. Más tarde se añadieron anexos arquitectónicos, que en su conjunto forman hoy la Catedral de Aquisgrán. Más de 30 reyes fueron coronados aquí. En 1978 la Catedral fue el primer monumento de Alemania declarado patrimonio mundial por la UNESCO.

La época carolingia y los siglos posteriores fueron la era dorada de la ciudad hoy más occidental de Alemania. Pero la historia de Aquisgrán empieza aún antes. Con el nacimiento de Cristo. Los colonos romanos denominaban la ciudad "Aquae granni", es decir, lugar de las fuentes del agua celta y del dios celta Grannus. Porque Aachen - el nombre oficial es "Bad Aachen" - sigue siendo conocida por sus aguas termales ricas en azufre. Hasta 75 grados llega la temperatura, no hay otras aguas termales en Europa Central más cálidas. Y quizás también ninguna otra tenga un aroma más intenso. Pero a Carlomagno no le importaba este detalle. Es precisamente por eso que los más de 240.000 habitantes adoran su ciudad situada a pocos kilómetros de las fronteras con los Países Bajos y con Bélgica. Y aunque Carlomagno falleció en Aquisgrán hace casi 1200 años, el 28 de enero del 814, todavía continúa presente en muchos lugares. En especial en el casco antiguo, con sus estrechas callejuelas y lugares históricos.

Carlomagno atrae en todo caso la atención al menos una vez al año, cuando la ciudad entrega el Premio Carlomagno (Karlspreis). Desde 1950 se viene otorgando esta distinción a personas o instituciones que han prestado valiosos servicios a la unificación de Europa, entre ellos grandes personalidades sociales y políticas como Konrad Adenauer, Winston Churchill, Bill Clinton, el Papa Juan Pablo II y la canciller Angela Merkel. Y Aachen también atrae a la élite científica: la Rheinisch-Westfälische Technische Hochschule (RWTH) de Aquisgrán lleva el título de "Universidad de Excelencia" otorgado por el Gobierno Federal y los gobiernos de los Estados federados. Con 260 institutos en nueve facultades, RWTH es uno de los centros universitarios más importantes para la ciencia y la investigación en Europa. 

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