Mucho más que una fachada
Arquitectos alemanes desarrollan fachada para mejorar el aire de las ciudades.
PODER RESPIRAR. En megaciudades como México D.F. o Beijing el smog oscurece tanto el cielo que los residentes y visitantes cuando cae la noche ya no saben si durante el día el sol ha salido. Esto no solo afecta el bienestar corporal, el aire contaminado también afecta la salud. Muchas ciudades con un alto volumen de tráfico le han declarado la guerra al smog y desean reducir el tráfico. Londres y Estocolmo, por ejemplo, han introducido un peaje para poder entrar al centro de la ciudad. Desde entonces, mucho menos coches contaminan el aire. Una alternativa a este tipo de medidas es la propuesta de la joven empresa de Berlín “elegant embellishments“, de los arquitectos Allison Dring y Daniel Schwaag. Una fachada de acero y plástico por ellos desarrollada reduce activamente las partículas en suspensión. El secreto está en que la fachada es recubierta de dióxido de titanio, sustancia que neutraliza las nocivas partículas en suspensión. En la Ciudad de México, los dos arquitectos ya han recubierto una casa con dióxido de titanio, lo que reduce las emisiones de partículas en suspensión equivalente a unos 1.000 coches al día.