Grandes objetivos
Alemania se ha trazado como objetivo reducir hasta el año 2030 sus emisiones de CO2 en más de la mitad: un gran desafío.
¿Cuáles son los objetivos climáticos de Alemania?
Alemania es precursora. En 2007, solo dos años después de la entrada en vigor del Protocolo de Tokio, se trazó ya ambiciosos objetivos: reducir sus emisiones de CO2 en un 21 por ciento de 2008 a 2012. Efectivamente bajaron incluso en más de un 24 por ciento. El nuevo objetivo es: una reducción del 40 por ciento hasta el año 2020 y del 80 al 95 por ciento hasta el 2050.
La situación cambió con el Acuerdo de París 2015 sobre el cambio climático. En el Protocolo de Kioto, solo los países industrializados se obligaron a proteger el clima. En el Acuerdo de París se comprometieron todos. El objetivo conjunto es una economía carbono neutral y reducir el calentamiento de la Tierra claramente a menos de dos grados centígrados hasta el año 2050. A partir de 2050, por lo tanto, las emisiones deberán ser nulas, salvo que sean compensadas con medidas de protección del clima. En vista de ello, también Alemania debe reajustar sus objetivos. Hasta el 2020, el objetivo seguirá siendo la planeada reducción del 40 por ciento, pero hasta el 2030 se planea ahora una reducción de por lo menos un 55 por ciento. Y el objetivo para el 2050 es que Alemania sea un país carbono neutral.
¿Cómo quiere lograrlo?
Simplificadamente: transición energética más eficiencia energética, es decir, más energías renovables y menos consumo energético. Ya hoy, aproximadamente un tercio de la corriente eléctrica proviene de fuentes renovables, hasta el año 2025 serán del 40 al 45 por ciento y hasta el 2035, del 55 al 60 por ciento. A ello se agregan docenas de medidas para fomentar el ahorro de energía, por ejemplo, subsidios para la modernización energética de edificios o para proyectos municipales de protección del clima.
¿Logrará Alemania sus objetivos?
En octubre de 2017, el Ministerio Federal de Medio Ambiente reconoció que Alemania no logrará cumplir con el objetivo climático que se había fijado para el año 2020. En lugar de una reducción del 40 por ciento, solo logrará como máximo una reducción del 32 por ciento. Con ello peligran también los objetivos de largo plazo. Las emisiones de CO2 incluso han aumentado nuevamente en los últimos años. Por ello, el próximo Gobierno federal deberá ajustar sus políticas.