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Chris Gueffroy, matado a tiros junto al Muro de Berlín

Hace 25 años, Chris Gueffroy fue matado a tiros junto al Muro de Berlín, pocos meses antes de la caída del Muro.

03.02.2014
picture-alliance/dpa - Berlin Wall
picture-alliance/dpa - Berlin Wall © picture-alliance/dpa - Berlin Wall

Su madre oyó los tiros aquella noche de febrero de 1989 sin sospechar que era su propio hijo quien, en un intento por superar el Muro de Berlín y huir a Occidente, había sido matado cerca de su vivienda en Berlín Oriental. Chris Gueffroy, de 20 años de edad, fue el último fugitivo de la RDA abatido a tiros por soldados del régimen. Nueve meses más tarde, en noviembre de 1989, fue abierta la frontera que dividía a las dos Alemanias y cayó el Muro.

A comienzos de 1989, Gueffroy había recibido, de fuentes supuestamente seguras, la información de que la orden de tirar a matar en la frontera había sido dejada sin efecto. Un fatal error. El intento de huida del joven termina con su muerte. Un amigo que lo acompañaba es gravemente herido. El régimen de la RDA intenta mantener en secreto la ejecución. Según la primera versión oficial, la muerte de Gueffroy había sido consecuencia de “un atentado contra instalaciones militares”. Karin Gueffroy, la madre de la víctima, hace llegar a medios de comunicación de la República Federal de Alemania una noticia sobre los hechos y una foto de su hijo, haciendo público así el hecho. “Tenía miedo de que mi hijo fuera enterrado sin nombre en un cementerio, como muchas otras víctimas mortales abatidas junto al Muro”, dice en 2011 en una entrevista con ocasión del 50 aniversario de la construcción del Muro.

Chris Gueffroy quería conocer el mundo

Karin Gueffroy describe a su hijo como un joven valiente, amante de la libertad y curioso, que quería conocer el mundo más allá del Muro. Chris Gueffroy asistió primero a cursos en una escuela de deportes y le hubiera gustado ser deportista profesional. Ese objetivo, sin embargo, solo era alcanzable con una gran fidelidad al sistema político de la RDA. Lo mismo era válido para su segundo deseo profesional: ser piloto de avión. En su lugar, Chris hizo un curso de camarero. Durante su trabajo tuvo la oportunidad de conocer a representantes de los Aliados occidentales, experimentó su forma de vivir y comenzó a soñar con un futuro en libertad.

Su muerte, dice Karin Gueffroy, no fue en vano. Como tampoco fue vana la muerte de muchos otros seres humanos abatidos en la frontera entre las dos Alemanias y cuyo número exacto no se conoce hasta hoy. Según datos de la Justicia, historiadores y representantes de las víctimas, oscila entre 280 y más de 1600. También después de Chris Gueffroy murieron otros ciudadanos de la RDA en intentos de huida, pero no a tiros junto al Muro. Murieron ahogados en las aguas del Báltico o cayeron a tierra, como Winfried Freudenberg, que en marzo de 1989 quiso volar a Berlín Occidental en un globo aerostático de aire caliente que él mismo había construido. “Cada uno de los muertos sacó un ladrillo para que cayera el Muro”, dice Karin Gueffroy.

El 5 de febrero de 1989 cayó abatido el último fugitivo matado a tiros junto al Muro de Berlín

www.bundesstiftung-aufarbeitung.de

www.berliner-mauer-gedenkstaette.de

www.freiheit-und-einheit.de

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