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Destino de viaje: el este de Alemania

Cada vez más turistas del exterior visitan los cinco estados federados del este de Alemania, por buenas razones.

25.09.2013
Tourismusverband Sächsische Schweiz e.V. - Basteibrücke
Tourismusverband Sächsische Schweiz e.V. - Basteibrücke © Tourismusverband Sächsische Schweiz e.V. - Basteibrücke

El gato a rayas grises quiere salir a toda costa en la foto. Se sienta sobre el banco en un café al aire libre y en el centro de ese panorama singular, como si fuera él quien lo ha creado, se hallan la monumental iglesia gótica, el primorosamente renovado casco antiguo de la ciudad y la vista al pequeño río y sus verdes riberas. Si el cartel no dijera “Neiße”, podría pensarse que se está en Italia. Nadie hubiera pensado toparse con tanto encanto mediterráneo en la ciudad más oriental de Alemania. Görlitz sorprende al visitante, con su atmósfera meridional y su romanticismo. Al mismo tiempo, la ciudad se ve tal como uno lo espera: plena de historia e historias. No puede sorprender que sea difícil reservar aquí un cuarto de hotel. En el ínterin es vox populi que vale mucho la pena visitar esta “ciudad europea”: el número de pernoctaciones ha aumentado un 14 por ciento en 2012.   

Estudio: hasta el 2020 habrá un 36 por ciento más de turistas extranjeros

No solo a Görlitz llegan cada vez más visitantes. Lo que vale para la “Perla de Sajonia”, con sus 4.000 monumentos edilicios, vale también para todo el este de Alemania: la región está de moda y despierta creciente interés entre los turistas: con playas de arenas blancas y aire caribeño, espesos bosques, paisajes de lagos y ríos y modernos centros de wellness y deportes, con conjuntos de casas de entramado, una apasionante historia y gran fama internacional. También visitantes del exterior descubren cada vez más los atractivos de los cinco estados federados del este de Alemania. En un estudio se pronostica que hasta el año 2020, la llegada de turistas del exterior aumentará en un 36 por ciento: serían entonces 600.000 pernoctaciones más que actualmente. 

Se trata de un crecimiento debido a toda una orquesta de singulares atracciones turísticas, en la cual cada integrante es un virtuoso de su instrumento. Mecklemburgo-Pomerania Occidental, en el norte, por ejemplo es líder en lo que todo turista desea: “buen tiempo”. Nada menos que 2.158 horas de sol por año en promedio se registran en Darßer Ort, en la península de Fischland-Darß-Zingst: 500 más que en el promedio de toda Alemania. Las horas de sol pueden ser disfrutadas en “Meck-Pom” a lo largo de 1.712 kilómetros de costa.  Y tampoco el romanticismo se queda corto: ese estado federado es atravesado por 2.588  kilómetros de alamedas. Prados y bosques aseguran además que aquí se pueda olvidar realmente el estrés de la vida cotidiana. 

Arte y arquitectura, lagos y bosques

También Sajonia tiene mucho que ofrecer: el visitante no debe perderse sobre todo Görlitz y Dresde, esa obra de arte total de la arquitectura barroca; Meißen, donde se halla la más antigua manufactura de porcelana de Europa, y Leipzig, que, con un aumento de las pernoctaciones del 16,2 por ciento, se cuenta entre los grandes ganadores del turismo en el este de Alemania. En el extremo sur de ese estado federado revive la magia de los cuentos de hadas: en la “isla cultural” de Einsiedel, los visitantes pueden pernoctar como los míticos troles, de los que se afirma que aquí viven, en pequeñas casas de madera sobre las copas de los árboles. 

De Brandeburgo se dice que hay más arena que seres humanos y más lagos que ciudades. Sin duda alguna, el visitante encontrará suficientes arroyos, bosques de árboles caducifolios, fangales, viveros de peces, campos,  huertos frutales, jardines rurales, quebradas y valles. Los tratamientos terapéuticos de Kneipp en la pequeña ciudad de Buckow son por lo menos tan famosos como sus exhabitantes Bertolt Brecht y Helene Weigel. También los deportistas están de parabienes: en el valle Baruther Urstromtal se halla la más larga ruta de Alemania para patines en línea, con 190 kilómetros de impecable asfalto. 

No hay nada mejor que probarlo uno mismo

En Turingia, con Weimar como “ciudad del clasicismo”, y Eisenach, la ciudad natal de Johann Sebastian Bach, se halla una de las mayores áreas boscosas de Alemania. Siguiendo el consejo de Goethe –“solo donde has estado a pie, has estado realmente”– puede recorrerse el particularmente hermoso sendero Rennsteig, de 168 kilómetros de largo. Durante el camino puede disfrutarse también de un bien cultural culinario: el “Museo Alemán de la Salchicha Frita”, en  Wachsenburggemeinde, entre Eisenach y Gotha. 

Finalmente, Sajonia-Anhalt: este estado federado ofrece ciudades hanseáticas medioevales y una idílica naturaleza, que poco ha cambiado desde los tiempos del emperador Carlos IV, que vivió en el siglo XIV y gustaba pasear por aquí para deleitarse con “el suave aroma de este florido suelo y las hermosas vegas”. Así podríamos continuar infinitamente con la lista de razones para visitar el este de Alemania. Cada uno de los cinco nuevos estados federados tiene sus propios atractivos y ofrece casi ilimitadas posibilidades para hacer feliz al visitante. Lo mejor, sin embargo, es probarlo uno mismo. 

17.09.13

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