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Una segunda oportunidad para Europa

Un dossier sobre el 25 aniversario de la caída del Muro. En la parte 3, Frederick Taylor, conocedor de Alemania e historiador, explica por qué los sucesos antes e inmediatamente después de la caída del Muro son para nosotros una lección hasta hoy.

09.04.2014
© Alice Kavounas Taylor - Frederick Taylor

Sr. Taylor, ¿recuerda qué hizo el 9 de noviembre de 1989, el día de la caída del Muro?  

Es realmente curioso: no me enteré de la caída del Muro sino el 10 de noviembre de 1989. La noche del 9 de noviembre, mi esposa y yo viajamos a Londres, donde un amigo nos puso a disposición su apartamento. Su aparato de televisión no funcionaba y como estábamos cansados del viaje, nos fuimos directamente a dormir. No fue sino a la mañana siguiente que me enteré de qué había sucedido en Berlín. Por un lado me alegré, naturalmente; por otro, quedé algo decepcionado por no haberlo experimentado “en vivo”.

 

En su libro escribe que el Muro trajo estabilidad para beneficio de otros pueblos. ¿Qué significó la caída del Muro para los sucesos mundiales de los próximos años?

La estabilidad fue positiva para las potencias vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Otra cosa fue para los alemanes y los países bajo el dominio del régimen soviético. Finalmente, la caída del Muro acabó con la Guerra Fría y posibilitó el surgimiento de una economía globalizada, tal como la conocemos hoy. La situación política mundial es hoy más dinámica, con todas las consecuencias positivas y negativas que esa dinámica trae consigo.

 

Usted es británico. ¿Qué cambios supuso la caída del Muro en su vida cotidiana para usted y otras personas fuera de Alemania?

La caída del Muro fue por un lado sinónimo de una nueva Europa, abierta. Los habitantes de Occidente pudieron volver a conocer Europa Oriental y viceversa. Por otro lado, con el fin de la Guerra Fría, durante la cual la solidaridad contra el comunismo fue un elemento aglutinante entre los Estados occidentales, surgieron antiguas tendencias nacionalistas que, así parece hoy, no tuvieron mayores consecuencias. No justamente en Alemania, sino en otros países, incluido el mío. Fue un grave error, del que hoy debemos aprender.

 

Los acontecimientos actuales en Ucrania son un ejemplo de que el proceso de aproximación política del Este y el Occidente alemán y europeo aún no parece haber concluido. ¿Cuáles son en su opinión los cambios y sucesos en la política mundial más importantes para esa aproximación después de 1989?

La situación es sumamente difícil. Nuevamente se abrieron abismos entre el Este y Occidente. La reunificación de Alemania, la ampliación de la Unión Europea y la consecuente reducción del poderío ruso habrían hecho pensable una aproximación. La cuestión del poder de Rusia, sin embargo, está lejos de haberse aclarado, como se ve actualmente, en tanto estén involucrados Putin y sus aliados. Si en el futuro se registran intentos de aproximación, el proceso se desarrollará con muchas más tensiones y vacilaciones de lo que esperamos (y creímos) en 1989. Temo que los grandes sucesos políticos mundiales desde el 2000 –particularmente el ascenso de la violencia religiosa extremista– ralentizarán los procesos de aproximación. Creo, no obstante, que son indispensables.

 

También en la escena cultural mundial sigue vivo el Muro. Numerosas obras le fueron dedicadas ya antes de 1989, por ejemplo el libro “El espía que vino del frío”, del escritor John Le Carré y los álbumes “Berlín”, de Lou Reed, y “The Wall”, de Pink Floyd. ¿Qué importancia tiene el recuerdo artístico en todo el mundo?

El Muro es un ejemplo estremecedor y simultáneamente fascinante de cómo en una ciudad moderna, en un país moderno, puede erigirse una estructura brutal y extrema, que incluso puede transformarse luego en algo normal. Esa esa una razón por la cual el Muro aparece tan a menudo en contextos artísticos. Creo que es importante seguir recordando el Muro, sobre todo con ayuda del arte, la música y la literatura, ya que ese recuerdo es una advertencia de las atrocidades que los europeos podemos infligirnos unos a otros.

 

La East Side Gallery, en Berlín, es un ejemplo de la gran fascinación que la división a través del Muro ejerce sobre seres humanos en todo el mundo. ¿Por qué continúa siendo un punto de atracción hasta hoy?

Bien, marca la frontera entre el Este y Occidente. Está decorada con algunas imágenes impresionantes y provocadoras (de las que no todas son originales) y es, en principio, todo lo que ha quedado del Muro, a menos que se sepa por qué otras partes de Berlín y alrededores pasó el Muro. La East Side Gallery –y la Puerta de Brandeburgo– son lugares simbólicos y el ser humano necesita ese tipo de lugares.

 

¿Qué importancia tiene una cultura mundial de recuerdo del 9 de noviembre de 1989?

Hace 25 años, cuando cayó el Muro, Europa fue redimida en forma casi milagrosa de sus errores históricos (me refiero a las dos grandes y sangrientas guerras) y obtuvo una segunda oportunidad. Con esa oportunidad no hicimos quizás aquello que hubiéramos podido hacer.  El resultado, sin embargo, no es exclusivamente negativo y existen fundadas esperanzas de que Europa vuelva a resurgir. ¿Qué significa el 25 aniversario? Que debemos respirar hondo y trabajar en ello.

 

Frederick Taylor

El historiador británico Frederick Taylor, nacido en 1947, estudió Historia Moderna y Filología Alemana en Oxford y Múnich. En los años 1970 vivió en ambas partes de Alemania. Adquirió fama internacional por sus libros sobre el Muro de Berlín y el bombardeo de Dresde en la Segunda Guerra Mundial. En su libro “Inflation” muestra cómo la dramática depreciación de la moneda alemana entre 1914 y 1923 empujó al abismo a la joven República de Weimar.  Taylor vive junto con su esposa, la escritora Alice Kavounas, en Cornwall y es miembro de la Royal Historical Society.