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Solución pacífica de conflictos

Como presidente del Tribunal Internacional del Derecho del Mar, en Hamburgo, Vladimir Golitsyn toma importantes decisiones.

29.12.2015

También en Alemania muchos hombres y mujeres trabajan en una de 28 instituciones de la ONU en el país. El jurista y diplomático Vladimir ­Golitsyn es uno de ellos. Desde el otoño de 2014 es presidente del Tribunal Internacional del Derecho del Mar (TIDM). Con sede en Hamburgo y ubicado desde el año 2000 en medio de una especie de parque, de este tribunal especial poco se oye en la opinión pública. En círculos especializados, sin embargo, goza de gran reputación, pues a través de los años ha emitido numerosos importantes fallos en disputas del derecho del mar.

En la mayoría de los casos se trata de acusaciones de pesca ilegal o la liberación de barcos retenidos en puertos alegando diversas razones. A veces, los países son condenados a pagar reparaciones, tal como Guinea-Bisáu en 2014, porque había confiscado un barco de Panamá: un acto que el TIDM evaluó como violación del derecho marítimo internacional. Golitsyn, ruso, de 68 años, trabaja desde 2008 como juez en el TIDM y se desempeñará hasta fines de septiembre de 2017 como su presidente.

Descendiente de una familia noble rusa, Golitsyn es un renombrado jurista en su país. Comenzó su carrera en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la ­desaparecida Unión Soviética. En 1982 pasó a trabajar en la ONU, donde se desempeñó como asesor legal ­durante unos 25 años en diversos departamentos. ­Golitsyn, doctor en derecho, es autor de varios libros y artículos sobre cuestiones jurídicas internacionales. En conferencias remite una y otra vez al “aporte a la solución pacífica de conflictos” que el tribunal realiza con su trabajo. ▪

VLADIMIR V. GOLITSYN

Presidente del Tribunal ­Internacional del Derecho del Mar