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Tendiendo puentes desde Hamburgo

Jose Luis Valdez Carrillo es el director de la Fundación UE-América Latina y el Caribe y, por tanto, quien dirige el intercambio.

24.06.2015

Concertar un encuentro con Jorge Luis Valdez Carrillo en la primavera del 2015 no es nada fácil. Pocas semanas antes de la Cumbre UE-América Latina en Bruselas, el director de la Fundación Unión Europea-América Latina y el Caribe viaja con especial asiduidad. El diplomático peruano de 63 años había estado el día anterior en Viena y poco antes había atendido un foro de juventud en Quito. Dentro de poco se celebrará en las instalaciones de la fundación UE-LAC un seminario sobre la competitividad de ambas regiones. Una semana después, Valdez Carrillo volará a Madrid para impulsar el debate birregional sobre sostenibilidad en el marco de la elaboración de la Agenda Post-2015. Acto seguido comienzarán también los preparativos para la gran cumbre en Bruselas. Es la segunda cumbre para Valdez Carrillo como director de la fundación.

“Nunca te aburres”, asegura el diplomático con una sonrisa satisfecha durante nuestra charla en su oficina en Hamburgo. Efectivamente, la fundación aún está en desarrollo tres años después de su creación. “Empezamos de cero, pero ya hemos logrado mucho”, considera Valdez Carrillo. Su tarea consiste en intensificar las relaciones entre ambas regiones a todos los niveles y hacer palpable en el mundo el intercambio existente. Para ello, Valdez Carrillo y sus empleados han desarrollado programas de trabajo en las áreas de investigación, comunicación y cultura, interconexión y economía. En torno a estos temas ponen en marcha numerosos estudios, encuentros de trabajo, congresos y eventos locales.

“Debido al pasado histórico común, a los países europeos les unen muchas cosas con los Estados de América Latina y el Caribe“, explica Valdez Carrillo, que durante sus estudios de Letras ya trabajaba en el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país. En el año 1974 se incorporó al servicio diplomático y dos años después la embajada peruana en Londres se convirtió en su primer destino en el extranjero. “Desde entonces he seguido con sumo interés el proceso de integración europeo y, al hacerlo, he aprendido que Europa y los países de América Latina y el Caribe se complementan de forma excelente y tienen, por tanto, un enorme potencial”.

Para que ambas partes puedan beneficiarse de una estrecha cooperación, deben, no obstante, considerarse mutuamente socios a una misma altura. “Lo principal debe ser siempre el bienestar de las personas y la cohesión social. En Europa se sabe que el acceso a la enseñanza y la salud debe estar distribuido equitativamente”. Es necesario, por tanto, fortalecer la competitividad de ambas regiones mediante asociaciones más fuertes en el ámbito económico, educativo y cultural.

Hace tan solo 25 años era impredecible lo mucho que iba a acelerarse la cooperación y el contexto global en el que hoy iba a tener lugar. “El mundo ha cambiado mucho desde la caída del Muro de Berlín“, dice Valdez Carrillo. “El final de la guerra fría ha abierto vías totalmente nuevas”. El subsiguiente proceso de globalización ha planteado al mundo desafíos, que ningún Estado nacional podría afrontar por sí solo. Esto hace que sea aún más importante si cabe el seguir impulsando con decisión el proceso de integración, no solo en determinadas regiones del mundo, sino a nivel transoceánico. Los rasgos históricos comunes y las mentalidades similares suponen, por supuesto, una ventaja en este proceso.

En opinión de Valdez Carrillo existen buenas posibilidades para una intensa asociación birregional entre Europa y América Latina si se hallan respuestas a las preguntas decisivas: “¿Qué podemos conseguir juntos? ¿Cómo pueden ser nuestras empresas más competitivas a nivel global? ¿Cómo podemos crear más y mejores puestos de trabajo?”. Esto es lo que él intenta averiguar con la Fundación UE-LAC. “Creo que vamos por buen camino, pero aún queda mucho por hacer”.

www.eulacfoundation.org