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Un nuevo comienzo tras el infierno

Con miles de objetos donados y el apoyo internacional, el museo de historia natural más antiguo de América Latina renace en Río de Janeiro.

Martina Farmbauer, 25.07.2025
El museo con la fachada renovada tras el incendio
El museo con la fachada renovada tras el incendio © Felipe Cohen/PMNV

El meteorito Bendegó continúa en el mismo sitio donde estaba antes del desastre: firme y vigoroso se halla sobre un zócalo en la entrada del Museu Nacional de Río de Janeiro tras el incendio de septiembre de 2018. Y ahora, en el medio de la reconstrucción, el museo ha vuelto a abrir parcialmente sus puertas al público con la exposición “Entre Gigantes: Uma Experiência no Museu Nacional”. “Es una invitación para que las personas puedan acompañar la reconstrucción, ver los avances y entender por qué demora tanto”, afirma el director del museo Alexander Kellner, hijo de una austriaca y un alemán. Desde la reinauguración, más de 10 000 personas volvieron a visitar con entusiasmo el museo nacional.

El meteorito Bendegó en la entrada del museo
El meteorito Bendegó en la entrada del museo © Felipe Cohen/PMNV

Alrededor de 20 millones de objetos en exposición y la gran parte destruida

“Mis padres me traían al museo cuando era niña. Esta reapertura es muy importante para la región y la cultura”, afirma, por ejemplo, Claudia Diogo. Ella, su pareja Evandro Camelo y muchas más personas vuelven a ver en este día el Bendegó por primera vez. El meteorito se encontró en el estado de Bahía en el año 1784 y en esta reapertura parcial es una de las atracciones principales. Así como una gran parte de los aproximadamente 20 millones de objetos expuestos se destruyeron en el incendio, el meteorito se ha convertido en un símbolo de resistencia. “Ha sobrevivido al espacio, al tiempo y al fuego”, asegura la astrónoma y curadora Maria Elizabeth Zucolotto.

La nueva exposición
La nueva exposición © Felipe Cohen/PMNV

El museo nacional es un reflejo de la resiliencia del pueblo brasileño, su cualidad de nunca rendirse y siempre volver a levantarse y seguir. De este modo, el equipo de rescate asumió una parte de su trabajo “como si hubiera sido una excavación y la otra como una suerte de arqueología forense”, afirma Claudia Carvalho. Carvalho fue la encargada de dirigir a un grupo de científicas y científicos que encontraron y registraron miles de piezas y objetos. Así como se trabajó en los restos y los escombros del museo nacional, poco tiempo después del incendio se comenzó ya a organizar una nueva colección con el apoyo de donaciones y sociedades con otras entidades.

Apoyo de Alemania

Alemania ofreció su ayuda inmediatamente después del incendio y contribuyó a la reconstrucción con un millón de euros y más tarde con 200 000 euros más. El Goethe-Institut y el ministerio de Asuntos Exteriores apoyaron al museo nacional en los trabajos de rescate y el desarrollo de un concepto para el futuro. Otras entidades donaron al museo objetos de exposición.

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En total, el museo nacional recibió más de 14 000 objetos donados. Entre los objetos enviados al museo para la nueva colección, se halla el esqueleto de un cachalote de 15,7 metros y 80 toneladas que se encontró en el año 2014 en el estado de Ceará y ahora se encuentra suspendido sobre la amplia escalera del patio interior. Además, en 2024, entre otros tesoros, volvió también a Brasil un manto de plumas sagrado para el pueblo indígena Tupinambá desde el museo nacional danés. La mayor donación hasta el momento fue la del coleccionista germano-suizo Burkhard Pohl que envió más de 1100 fósiles brasileños, incluidos algunos de dinosaurios poco comunes.

Vínculos cercanos con el mundo germanohablante

Fundado en el año 1818, el museo nacional es una de las instituciones científicas más antiguas de Brasil y el museo de historia natural más antiguo de América Latina. Además, tenía un vínculo cercano con el mundo germanohablante. Anteriormente, el edificio era el palacio de la familia real portuguesa y la familia imperial brasileña. Aquí vivió y falleció Leopoldina, la emperatriz austriaca de Brasil que formaba parte de la Casa de Habsburgo y se casó en 1817 con el heredero al trono de la monarquía portuguesa y brasileña, el emperador Pedro I. La familia real portuguesa se exilió a Río de Janeiro en 1807, huyendo de Napoleón.

El director del museo Alexander Kellner
El director del museo Alexander Kellner © Martina Farmbauer
Es muy emocionante ver cómo renacerá el museo.
Alexander Kellner, director del Museu Nacional

75 % de la fachada ya se ha restaurado y pintado en el tono amarillo ocre original del edificio. “Es muy emocionante ver cómo renacerá el museo”, afirma Kellner, director del museo, quien había desempeñado su función tan solo por medio año cuando el museo nacional y el 90 % de su colección ardió en llamas. Su mandato finaliza en el año 2026, antes de la fecha prevista para la reapertura completa. La reinauguración gradual es también un deseo personal del director: “Aún falta mucho, pero es una alegría que las personas vuelvan a visitar el museo”.