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Hacia el futuro con una conectividad perfecta

Cómo las empresas alemanas están impulsando la electrónica y la electrotecnia – desde microchips hasta el internet de las cosas. 

Klaus LüberKlaus Lüber , 02.06.2025
Microchips: la columna vertebral del mundo digital
Microchips: la columna vertebral del mundo digital © picture alliance/dpa

Nuestro mundo moderno es casi impensable sin energía eléctrica. Y eso tiene mucho que ver con la ingeniería alemana: En 1867, Werner von Siemens presentó el llamado principio dinamoeléctrico. Llevó la luz a los hogares y, en 1879, puso en marcha el primer tren eléctrico del mundo. Le siguieron las líneas de transmisión y las centrales eléctricas. Primero abastecieron de electricidad a pequeñas empresas, y más tarde, a ciudades enteras. En 1914, una de cada dos máquinas eléctricas en el mundo procedía de dos empresas alemanas: Siemens y AEG. 

Una facturación de casi 240.000 millones de euros al año 

Hoy en día, la industria de la electrotecnia y la electrónica sigue siendo uno de los pilares de la economía alemana. Con una facturación anual de casi 240.000 millones de euros, contribuye de forma decisiva al rendimiento económico del país. Más de 14.000 empresas garantizan alrededor de 900.000 puestos de trabajo. Con estas cifras, el sector es, tras la ingeniería mecánica, la segunda rama industrial más grande de Alemania en términos de empleo. Su punto fuerte reside especialmente en la investigación y el desarrollo: unos 100.000 empleados trabajan en este ámbito, con inversiones que superan los 9.000 millones de euros al año. El espíritu pionero del sector se refleja en más de 13.000 solicitudes de patente al año, lo que lo convierte en motor de una de cada tres innovaciones en toda la industria manufacturera. 

La columna vertebral del mundo digital 

La industria eléctrica ofrece una amplia gama de productos, que va desde bienes industriales como sistemas de automatización y tecnología médica hasta bienes de consumo, como electrodomésticos. Los microchips desempeñan un papel especialmente relevante en este contexto. Son la columna vertebral del mundo digital, ya que están presentes en prácticamente todo: smartphones, ordenadores, vehículos y frigoríficos. Y son tan imprescindibles para la transición energética como para los coches eléctricos o la inteligencia artificial.  

“Puede abrir prácticamente cualquier aparato y encontrará dentro una placa de circuito. Sin estos componentes, literalmente nada funciona”, afirma Andreas Urschitz, presidente de la asociación especializada en Componentes y Sistemas Electrónicos (ECS) del ZVEI y miembro del consejo de administración del grupo alemán de electrónica Infineon.  

Andreas Urschitz, jefe de la asociación ECS y directivo de Infineon
Andreas Urschitz, jefe de la asociación ECS y directivo de Infineon © Infineon / Tobias Eble

Carrera para ponerse al día en semiconductores 

El corazón de los microchips lo forman hoy en día diminutos interruptores sin contacto de apenas unos nanómetros, conocidos como transistores. Por eso los semiconductores, los materiales con los que se fabrican, ocupan una posición clave. Mientras que en el año 2000 el 21 % de los semiconductores se producían en Europa, hoy esa cifra se ha reducido al 8 %; la cuota de mercado de Alemania es del 3 %. La Ley Europea de Chips pretende, mediante fuertes inversiones públicas y privadas, aumentar la cuota de mercado de los chips europeos hasta el 20 % para 2030. Las empresas alemanas destacan especialmente en los llamados “chips legacy”, fabricados con procesos de producción más antiguos pero ampliamente contrastados. Estos son fundamentales en el sector del automóvil, en el ámbito energético y en otras aplicaciones de electrónica de potencia. Las empresas alemanas también son líderes en el ámbito de los sensores, en el desarrollo de microprocesadores especializados y en la fotónica, una tecnología que emplea la luz para captar, procesar y transmitir información. 

A pesar de su relativamente baja participación en la producción directa de chips, Alemania aporta, junto con Japón, Estados Unidos y los Países Bajos, una parte importante del equipamiento necesario para su fabricación. “Si no nos fijamos solo en el comercio de chips terminados, sino también en el equipamiento para su producción y en las materias primas, Alemania exporta más de lo que importa. Las dependencias en la producción global de semiconductores no son, por tanto, unilaterales, sino recíprocas”, afirma Lisandra Flach, directora del Centro de Comercio Exterior del instituto ifo. 

Lisandra Flach, directora del Centro de Comercio Exterior del instituto ifo
Lisandra Flach, directora del Centro de Comercio Exterior del instituto ifo © ifo Institut | Elias Hassos

Conectividad total 

Uno de los sectores de mayor crecimiento en la industria electrónica alemana es la interconexión de dispositivos y sistemas, lo que se conoce como internet de las cosas (“Internet of Things”, también conocido como IoT). Las tecnologías IoT están presentes en prácticamente todos los ámbitos de la vida, desde la producción industrial hasta el entorno doméstico. Entre ellos se incluyen, por ejemplo, termostatos conectados a internet, contadores eléctricos y sistemas de iluminación inteligente. Uno de los mayores retos de estas soluciones de hogar inteligente es el intercambio de datos entre distintos sistemas, que aún no cuenta con un estándar unificado. Las empresas alemanas están bien posicionadas en este ámbito: así, por ejemplo, Bosch Smart Home apuesta por el estándar “Matter” para garantizar que distintos dispositivos funcionen de forma fluida entre sí.  

Grandes oportunidades para el internet de las cosas 

La industria alemana destaca especialmente en el internet industrial de las cosas (IIoT), también conocido como Industria 4.0. Combinado con aplicaciones de inteligencia artificial, este ámbito ofrece enormes oportunidades: “Nadie tiene datos industriales tan valiosos, y sin datos de calidad los modelos de inteligencia artificial no sirven de mucho”, dice Kristian Kersting, experto en IA de la Universidad Técnica de Darmstadt. La integración de tecnologías IoT en aplicaciones industriales se apoya en potentes plataformas de software, como las que ofrece el gigante alemán SAP. La combinación de tecnología de automatización con conectividad inteligente permite procesos de producción más eficientes, mantenimiento preventivo y modelos de fabricación flexibles. Así, el grupo Bosch ha logrado transformarse con éxito de proveedor tradicional del sector del automóvil en uno de los líderes en sensores, soluciones de inteligencia artificial y productos conectados. Los expertos consideran que la combinación equilibrada de conocimientos en hardware y software es la clave del éxito en la competencia internacional.