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“Dar peso a la voz de la UE”

Entrevista con el profesor Marcel Fratzscher sobre el papel de la UE en la economía mundial y las sendas hacia un mayor crecimiento.

20.10.2014
© Getty images/Westend61 - European Central Bank

Profesor Fratzscher, la Unión Europea genera con un 7 por ciento de la población mundial casi un cuarto del producto interno bruto global y tiene el mayor porcentaje en el comercio mundial. ¿Cuál es el papel de la UE en la economía mundial?

La Unión Europea es por mucho la mayor economía del mundo, claramente mayor que la de Estados Unidos. Eso hace que 
la UE sea enormemente atractiva tanto como socio comercial como para inversiones. Y le da a la UE una importante 
voz en las decisiones globales de política económica. Lamentablemente, la UE no aprovecha esa oportunidad para dar 
todo el peso posible a su voz. La UE está demasiado ocupada consigo misma y muy a menudo no asume su responsabilidad global. Europa habla con muchas 
voces y los países miembros persiguen aún mayormente intereses nacionales. Deberíamos comprender que solo una fuerte voz europea común fortalece también globalmente los intereses nacionales. En tanto no interioricemos eso y no fortalezcamos nuestras instituciones europeas comunes, la UE en su conjunto y sus países miembros perderán inevitablemente influencia a nivel global.

En vista de la heterogeneidad de los países de la UE, ¿puede hablarse de una “economía de la UE”? Y ¿qué papel tiene la economía alemana?

Hay grandes diferencias económicas regionales en la UE. Eso es, más que un problema nacional, un problema regional. Pero no es nada extraordinario, en todo país existen esas diferencias, también en Alemania. Alemania, como mayor y más estable economía de la UE, tiene una 
responsabilidad especial. Su estabilidad económica y política fue y es una importante ancla para toda la UE durante la crisis. Ayudó a impedir una crisis más profunda aún y a comprar tiempo para que los países más débiles pudieran realizar reformas. También ahora, en la 
etapa de recuperación, la economía alemana desempeña un importante papel como locomotora de Europa. Alemania no podrá sacar sola a Europa de la crisis, pero puede realizar un valioso aporte
para ello.

Las tasas de crecimiento son reducidas actualmente en la mayoría de los países de la UE. ¿Cómo daría usted impulsos para el crecimiento y la innovación?

Europa necesita un impulso de crecimiento. Eso solo puede lograrse con una equilibrada agenda de reformas, que fortalezca tanto la oferta a través de reformas estructurales, como la demanda. La debilidad de la demanda no puede resolverse, sin embargo, a través de mayores intervenciones estatales, sino solo si aumentan las inversiones privadas. Las inversiones son importantes porque proporcionan impulsos de demanda a corto plazo –reduciendo así la aún alta desocupación– y fortalecen a largo plazo la oferta a través de una mayor productividad y competitividad.

Una de las palabras mágicas es “comercio libre”. La UE negocia actualmente con Estados Unidos y Japón, dos grandes potencias económicas. ¿Qué espera de los tratados?, ¿cuáles son las ventajas y las desventajas?

Un tratado de comercio con Estados 
Unidas será provechoso económicamente tanto para Estados Unidos como para la UE. Sobre todo Alemania, con su gran volumen de exportaciones, depende como ningún otro país del comercio libre y la competencia global. En casi ningún otro país dependen tantos puestos de trabajo de los mercados abiertos y el comercio global. Como en toda liberalización habrá, sin embargo, ganadores y perdedores dentro de cada una de las economías. De una zona de libre comercio con Estados Unidos se beneficiarán en Alemania sobre todo los consumidores. Estados Unidos tiene en parte regulaciones y normas de protección de los consumidores más estrictas que las de la UE. Y los consumidores se beneficiarán también de precios más bajos.

La crisis financiera y económica global afectó fuertemente a le UE y la eurozona. ¿Ha sido superada? O: ¿qué debe hacerse todavía para evitar una recaída?

Las consecuencias de la crisis financiera global de 2008 y 2009 fueron desplazadas rápidamente por la crisis europea desde 2010. Pero las causas han sido eliminadas solo en parte. Desde entonces han sido iniciadas muchas reformas regulatorias del sistema bancario y financiero, tanto en Europa como a nivel global. Pero falta su implementación y coordinación globales. Eso es importante no solo para hacer más seguro el sistema financiero, sino también para posibilitar una competencia global justa.

Los intereses que fija el BCE han alcanzado un mínimo histórico. Pero las 
economías de los países de la UE no arrancan. ¿Qué instrumentos de política financiera quedan todavía?

La política monetaria hace todo lo posible para asegurar estabilidad de precios y financiera en la eurozona. Muchas medidas de política monetaria solo pueden surtir, sin embargo, efectos limitados si los Gobiernos no implementan decididamente reformas estructurales y una política financiera sostenible. Los Gobiernos deberían aprovechar todos espacios fiscales 
de maniobra. La clave de la recuperación económica son, sin embargo, las reformas estructurales y medidas que fortalezcan las inversiones privadas.

¿Cuál es su pronóstico a corto y mediano plazo para la coyuntura económica en la UE?

Temo que caeremos cada vez más en un estancamiento económico, es decir, que alcanzaremos tasas de crecimiento demasiado grandes para hablar de una recesión, pero demasiado pequeñas para que supongan una recuperación sostenida. Un estancamiento significa que en 
los países en crisis no disminuirá la alta desocupación y que esta se mantendrá durante mucho tiempo aún. Significa también que seguirán intensificándose los conflictos políticos y sociales dentro de los países, pero también entre países miembros. Y significa que Europa perderá influencia también a nivel global. ▪

Entrevista: Martin Orth