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“Campos de ideas”

El Pabellón Alemán en la Expo Milán 2015 interpreta el lema de la exposición universal con alta tecnología.

18.06.2015

Quien avanza por el eje central de los terrenos de la Expo no puede pasar por alto el Pabellón Alemán, situado en la parte delantera. Es uno de los más extraordinarios edificios de la Exposición Universal de Milán. El público accede al futurista pabellón por una rampa de madera. Lo que primero llama la atención son los grandes techos blancos de membrana con forma de plantas que cubren la construcción. Alemania interpreta el lema de la Expo, “Alimentar el planeta, energía para la vida”, con alta tecnología. Bajo el título “Campos de ideas”, el edificio de acero y membrana ofrece reflexiones para uno de los grandes temas del presente y el futuro.

Con el lema “Alimentar el planeta”, la Expo Milán 2015 abarca toda una gama de temas: desde la alimentación y la sostenibilidad, pasando por las tradiciones y la innovación hasta la tecnología y la investigación. Del 1 de mayo al 31 de octubre de 2015, 148 países presentan sus ideas, más de 50 en pabellones propios. Otros participantes que no tienen pabellones propios se hallan en nueve construcciones proyectadas como clústeres temáticos, en los que todo gira en torno a cacao y el chocolate, fruta y verdura, especias, cereales y tubérculos, el Mediterráneo, islas y mar, zonas climáticas secas y arroz. A ello se agregan la UE, las Naciones Unidas y la Comunidad del Caribe (CARICOM), 13 instituciones no estatales y seis empresas y asociaciones.

El terreno, de 1,1 kilómetros cuadrados de superficie, se halla en una isla rodeada por un canal. A todos los pabellones se puede acceder a través de dos ejes, denominados “Decumanus” y “Cardo”. El cruce de ambos ejes se llama “Piazza Italia”. En el extremo norte de Cardo se encuentra la “Lake Arena”, con 98 metros de diámetro; en el extremo sur, un teatro al aire libre con unas 9000 plazas. Se cuenta con que durante los seis meses que durará la Expo arriben 20 millones de visitantes, que accederán a la exposición por dos entradas principales, en el sur y el oeste del recinto.

Alemania se presentará como país de las ideas en cuanto a sostenibilidad y la alimentación de la humanidad en el futuro, de forma armónica y simpática. Los “Campos de las ideas” pueden cruzarse por dos sendas. La primera, la exterior, lleva a través de una ancha rampa al nivel superior, invitando a pasear y disfrutar. La segunda senda atraviesa el interior del pabellón, lleva de una escenificación a otra y finaliza en el espacio del show “Be(e) active”, un espectáculo de unos doce minutos de duración, en el que los visitantes experimentan Alemania vista con los ojos de dos abejas en vuelo.

Antes de sumergirse en el mundo de las seis áreas temáticas –agua, suelo, clima, variedad de especies, alimentos y huerta de ideas–, cada visitante recibe en la entrada un “seedboard”. Se trata de un trozo de cartón ondulado de veinte por diez centímetros que funciona como una tableta. La superficie 
interior está recubierta con un papel blanco especial, que 
hace las veces de superficie de proyección para todos los contenidos experimentables virtualmente en el pabellón: textos, imágenes, filmes y juegos. Los contenidos pueden ser visualizados y controlados con el “seedboard”. Contenidos seleccionados pueden ser acumulados y almacenados. Un ejemplo: girando y moviendo el “seedboard” es posible realizar un viaje en el tiempo por el Lago de Constanza. Particularmente se trata de su surgimiento y sus fases de contaminación y recuperación. Los “seedboards” están a disposición en alemán, inglés, francés e italiano. Muy finos microprocesadores fijados sobre el papel blanco son capaces de reconocer voces y sonidos en las islas de información. El “seedboard” también desempeña un papel en el show “Be(e) active”, por ejemplo, para la generación de sonidos y ritmos. El “seed­board” es ya hoy un codiciado suvenir.

En el pabellón alemán son presentadas unas 100 ideas. Entre ellas se cuenta, por ejemplo, el “pez tomate” y la “calculadora climática”. El “pez tomate” es el cultivo simultáneo de peces y tomates en un circuito cerrado. Con la “calculadora climática”, de Hamburgo, una de las más potentes del mundo, pueden realizarse detalladas simulaciones de modelos climáticos y crear escenarios en relación con el desarrollo de la producción agrícola.

La principal atracción, sin embargo, son “solar trees” que crecen hacia afuera del pabellón. En su calidad de “semillas de ideas” no solo son un símbolo del concepto de reflexiones en desarrollo, sino que también tienen otras dos funciones: una ecológica y práctica y una comercial. Durante el día, los “solar trees” almacenan energía del sol; de noche, el edificio es iluminado con esa energía almacenada. No lo hacen, sin embargo, a través de células solares convencionales, sino con láminas extremadamente finas, de materiales poliméricos absorbentes. “El flujo de corriente es visualizado con diodos de luz; así, la energía solar es visible y comprensible para el visitante”, dice Lennart Wiechell, arquitecto del Estudio Schmidhuber, responsable de la concepción del pabellón. Gracias a su delgadez y flexibilidad, los módulos con las láminas integradas pueden variar fuertemente en cuanto a forma y color. “Esa técnica ofrece posibilidades completamente nuevas para el sector solar y creativo”, concluye Wiechell. ▪