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Importante elemento de la globalización

México y la UE han renegociado su Tratado de Libre Comercio. ¿Qué ha cambiado? Cinco preguntas y respuestas.

Sandra Weiss, 27.05.2020
Línea de montaje en la fábrica de BMW San Luis Potosí, México
Línea de montaje en la fábrica de BMW San Luis Potosí, México © dpa/pa

Siempre ha estado un poco a la sombra del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). No obstante, el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM), que entró en vigor en 2000, es un importante elemento constitutivo de la globalización del comercio. Ahora ha sido revisado, después de casi 20 años. Se han añadido nuevas áreas de intercambio comercial, como la energía y el comercio por Internet. Las innovaciones más importantes—y más controvertidas– son el comercio libre de aranceles de casi todos los productos agrícolas y la posibilidad de que empresas europeas participen en las licitaciones públicas no solo del Gobierno federal, sino también de 14 estados. Cinco preguntas y respuestas sobre las relaciones comerciales y las innovaciones entre México y la UE.

Luego de la entrada en vigor del TLCAN y el Tratado de Libre Comercio con la UE, el número de empresas alemanas en México se ha duplicado, hasta llegar a las actuales 2.000.
Johannes Hauser, director general de CAMEXA

¿Qué efectos ha tenido hasta ahora el Tratado de Libre Comercio entre México y la UE?

Desde la firma del tratado, el comercio bilateral se ha triplicado. México es el principal socio comercial de la UE en América Latina. Para México, la UE se ha convertido en el tercer socio comercial más importante después de los EE. UU. y China. Sin embargo, su gran dependencia del mercado estadounidense no ha cambiado. Uno de los problemas es el alto costo del transporte a Europa. La UE tuvo en 2019 un superávit en la balanza comercial con México de unos 13.300 millones de euros. Ese desequilibrio es subrayado repetidamente por los críticos de la globalización.

Sin embargo, el tratado también ha aumentado la inversión directa europea. “Sin el acuerdo, México seguramente no se habría convertido en el tercer mercado de ventas más importante para los fabricantes alemanes de maquinaria”, dice Johannes Hauser, director General de la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (CAMEXA). “Luego de la entrada en vigor del TLCAN y el Tratado de Libre Comercio con la UE, el número de empresas alemanas en México se ha duplicado, hasta llegar a las actuales 2.000.”

También el TLCAN acaba de ser renegociado. ¿Qué significa la doble actualización para las empresas alemanas?

Por un lado, las empresas tienen ahora seguridad de planificación, porque Donald Trump, el presidente de EE. UU., había amenazado con poner fin al TLCAN sin reemplazarlo. Por otra parte, los fabricantes de automóviles, en particular, deben aceptar requisitos más estrictos. El acuerdo sucesor del TLCAN, el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), estipula que, a más tardar en 2027, por lo menos el 40 por ciento de los componentes de los automóviles deben proceder de lugares donde los trabajadores ganen como mínimo 16 dólares estadounidenses por hora, ocho veces más de lo que se paga actualmente en México.

Los consumidores alemanes están abiertos a nuevos productos y los productos mexicanos gozan de una imagen positiva en Alemania. Son dos puntos positivos que los empresarios mexicanos deberían aprovechar ahora.
Johannes Hauser, director general de CAMEXA

¿Qué es de esperar de la apertura del comercio de productos agrícolas introducida en el nuevo tratado con la UE?

Los productores alemanes del sector de la alimentación aprovecharán, sin duda, las nuevas oportunidades. Para los críticos, sin embargo, ello ejercerá aún más presión sobre los pequeños agricultores de México, cuyos productos no pueden competir con alimentos subvencionados y producidos industrialmente. Sin embargo, en las últimas décadas ha surgido también en México –a menudo, con participación extranjera– un sector de exportación agrícola especializado que se beneficia del clima y de los bajos salarios, por ejemplo, en el cultivo de aguacates, brócoli o fresas. Johannes Hauser, de CAMEXA, ve un gran potencial para esas empresas y también para los productores de bebidas mexicanas. “Los consumidores alemanes están abiertos a nuevos productos y los productos mexicanos gozan de una imagen positiva en Alemania. Son dos puntos a favor que los empresarios mexicanos deberían aprovechar ahora.”

¿Qué efectos tendrá la apertura de las adquisiciones públicas mexicanas a empresas europeas?

En los sectores de la salud y la energía, el Estado mexicano compra regularmente materiales por millones de dólares. Por lo tanto, es una línea de negocio con perspectivas. Sin embargo, las adquisiciones en México son poco transparentes y una fuente de corrupción. Observadores esperan que la participación de las empresas europeas conduzca a una mayor transparencia, ya que ahora también los estados, las universidades y los hospitales deberán realizar licitaciones públicas y cumplir con ciertas normas. Los críticos, sin embargo, ven ello como una solapada privatización de los servicios públicos.

¿Qué importancia tiene en el acuerdo la lucha contra la corrupción y la pobreza y la protección de los derechos humanos?

Un capítulo del acuerdo está dedicado a la corrupción. Sin embargo, no prevé ninguna norma nueva, sino que se limita a remitir a los compromisos voluntarios existentes. Las organizaciones no gubernamentales critican el hecho de que los riesgos para los derechos humanos no fueron considerados en absoluto. Lo que es nuevo, sin embargo, es que ambas partes se han comprometido a resolver las controversias entre inversionistas y el Estado mediante arbitrajes. Esos procedimientos son controvertidos, porque pueden eventualmente socavar reglamentos de protección del medio ambiente y del consumidor o dar lugar a acciones judiciales para acceder a proyectos de gran envergadura.

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