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Energía alternativa para la Amazonia

Descentralizado y respetuoso con el medio ambiente: un proyecto brasileño-alemán recorre un camino muy particular en la generación de energía.

 

Martina Farmbauer, 02.12.2019
En el Amazonas a menudo sólo quedan barcos o aviónes para el transporte.
En el Amazonas a menudo sólo quedan barcos o aviónes para el transporte. © dpa

Jair Bolsonaro reaccionó claramente. Cuando la ministra alemana de Medio Ambiente, Svenja Schulze (SPD), anunció la suspensión de millones de subsidios destinados a la protección de la selva tropical, en vista del extremo aumento de la deforestación en la región amazónica, el presidente de Brasil respondió que no necesitaba ese dinero y recomendó a la canciller Angela Merkel reforestar mejor Alemania. Las relaciones germano-brasileñas no estaban en su mejor momento el pasado verano, pero también hay muchos ejemplos positivos de cooperación entre Brasil y Alemania en el ámbito de la protección del clima. El proyecto ProQR para el desarrollo de un combustible sintético respetuoso con el medio ambiente para aviones basado en energías renovables es uno de ellos.

Desde agosto de 2017, el Ministério da Ciência, Tecnologia, Inovações e Comunicações de Brasil y el Ministerio de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) de Alemania, por encargo de la Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (Sociedad alemana para la Cooperación Internacional - GIZ), vienen colaborando en este proyecto. El cambio de gobierno en Brasil a principios de 2019 no afectó para nada el proyecto. "Partiendo de este pequeño grupo se establecerán nuevas alianzas con instituciones de la ciencia y la tecnología, empresas y autoridades públicas", señala Eduardo Soriano, ingeniero y jefe del Departamento de Tecnologías Industriales del MCTIC. Añade que por el lado brasileño participará, entre otros, la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP).

Brasil, la tierra de las energías renovables: central hidroeléctrica en el Parque Nacional de Juruena.
Brasil, la tierra de las energías renovables: central hidroeléctrica en el Parque Nacional de Juruena. © dpa

Todas las etapas del proyecto se llevarán a cabo de forma conjunta. Después de un año y medio en el que se examinó la viabilidad de las ideas, el proyecto se encuentra actualmente en su segunda fase: está previsto que dos plantas de producción de combustible estén terminadas a finales de 2019. Hasta 2020 se podrán realizar pruebas con aviones. Además de la GIZ también participa el Centro Aeroespacial Alemán (Deutsches Zentrum für Luft- und Raumfahrt - DLR) del lado alemán. Según Soriano, el Gobierno de Alemania apoya el proyecto con cinco millones de euros y en contrapartida el Gobierno de Brasil "probablemente invertirá una suma mucho mayor". Brasil es un socio ideal, dice Torsten Schwab, director del Departamento de Energías Renovables y Eficiencia Energética y gerente de proyectos de ProQR en GIZ en la capital brasileña, Brasilia. "No veo ninguna actitud negativa."

La demanda de combustibles en el sector del transporte en Brasil está en constante aumento y surgen nuevas conexiones con zonas remotas, como la Amazonia, en el sector del transporte aéreo. Brasil también alberga un gran potencial para una aviación respetuosa con el clima. Brasil ya es uno de los países más importantes en el campo de las energías renovables. Una gran parte, más del 50 por ciento, de la electricidad de Brasil se genera a partir de la energía hidroeléctrica, el diez por ciento en base a la biomasa y algo más del uno por ciento gracias a la energía solar. Por otro lado, el país es tan diverso que mientras por un lado existen comunidades arcaicas, por ejemplo en la región amazónica, en otras partes hay grandes concentraciones de industrias de alta tecnología, por ejemplo en el sector de aviación o en la industria petrolera. Embraer, con sede en el estado de São Paulo, es el cuarto mayor fabricante de aviones del mundo después de Boeing, Airbus y Bombardier.

Un avión del fabricante brasileño de aviones Embraer aterriza en Stuttgart. Los aviones en particular deberían beneficiarse del proyecto.
Un avión del fabricante brasileño de aviones Embraer aterriza en Stuttgart. Los aviones en particular deberían beneficiarse del proyecto. © dpa

La industria aeronáutica internacional, incluido Embraer, que ha hecho de la gestión sostenible de recursos uno de sus objetivos estratégicos, está comprometida con el objetivo de crecimiento con impacto climático nulo. Al igual que muchos otros países, Alemania, los Países Bajos, Suecia, Finlandia y Brasil trabajan en el desarrollo de nuevos procesos de producción de combustible. "Todo el sector está buscando alternativas", dice Soriano. "Asistimos a una carrera mundial en la búsqueda de una producción rentable de estos combustibles. Se utilizan diferentes métodos técnicos y materiales básicos, a menudo la biomasa. Schwab aclara, sin embargo, que la materia prima no está disponible en cantidad constante y suficiente. "La gran ventaja del concepto de ProQR es su independencia de la materia prima". El proyecto ProQR pretende incluso llegar a ser un referente internacional para el uso de combustibles alternativos y de efecto neutro para el clima en la aviación.

Un nuevo modelo de producción permite la generación de combustibles también localmente mediante el empleo de energías renovables, CO2 y agua, con plantas descentralizadas. Cerca de un río es posible aprovechar la energía hidroeléctrica y también utilizar la energía eólica si las condiciones del viento son favorables. Y a la energía solar se puede recurrir en todo el territorio de Brasil. Los procesos de producción se llevan a cabo en contenedores de transporte marítimo. Todos se basan en los conceptos Power-to-Gas, Power-to-Liquids o Power-to-Fuels, en los que los excedentes temporales en la producción de electricidad (energía) se utilizan para producir gas, combustible u otras fuentes de energía. "Gracias a este enfoque descentralizado, el proyecto tiene un carácter pionero", puntualiza Schwab. "Esta es lo que nos diferencia. Schwab cree que el proyecto ProQR tendrá un impacto global. El prototipo se desarrollará de tal manera que pueda funcionar en cualquier parte del mundo, incluso en condiciones extremas, como en la Amazonia, y el producto final se distribuirá en consecuencia.

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