"Necesitamos pruebas climáticas rápidas"

La crisis del coronavirus revela una gran disposición de la gente a renunciar. ¿Qué puede aprender la política climática de este cambio de actitud? El economista especializado en clima Ottmar Edenhofer, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, da una respuesta.

Profesor Edenhofer, la pandemia del coronavirus y la crisis climática, dos amenazas muy diferentes. ¿Hay, sin embargo, coincidencias?
Ambas crisis nos muestran básicamente lo vulnerables que son nuestras sociedades y que es necesario tomar medidas drásticas y, sobre todo, inmediatas para reducir al mínimo los perjuicios que causan. Tanto la pandemia del Covid 19 como el cambio climático causado por el ser humano son el resultado de nuestra incapacidad para proteger el patrimonio global común, como la atmósfera o la biodiversidad.

La crisis del coronavirus ha impulsado a la gente a renunciar. ¿Qué puede aprender la política en materia de clima de este cambio de actitud?
En primer lugar, lamentablemente la pandemia ya se ha cobrado más de 800.000 vidas y ha causado enormes perjuicios económicos. El distanciamiento social y las nuevas formas de solidaridad han desempeñado un papel decisivo para evitar que el virus cause perjuicios aún mayores. Pero lo que necesitamos para estabilizar el clima no son tanto los cambios individuales de comportamiento sino un cambio hacia una economía libre de emisiones.

¿Qué papel desempeña Alemania en el freno del cambio climático?

Me ha complacido el hecho de que el Gobierno alemán haya incluido la protección del clima como una dimensión objetivo crucial en su paquete de estímulos económicos con motivo de la crisis del coronavirus, y celebro en particular las medidas que forman parte del "Paquete Futuro". La Presidencia alemana del Consejo de la UE también ha manifestado que atribuye especial importancia a la cuestión.

Necesitamos pruebas climáticas rápidas para verificar y supervisar los efectos del paquete de estímulos económicos, pero también medidas individuales, para que concuerden con los objetivos de la Ley de Protección del Clima. En este sentido, Europa, y Alemania en particular, podría desempeñar un papel pionero a nivel internacional.

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