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“Los pioneros deben crear alianzas”

¿Qué papel desempeña América Latina en la solución del problema climático? Entrevista previa a la cumbre climática en Perú.

29.10.2014
© WISIONS - Lima

Señor Ott, usted viajará como observador a la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU que se celebrará en Lima a finales de 2014. Hoy en día muchas personas se muestran escépticas en cuanto a las cumbres climáticas porque casi no se hacen avances. ¿Qué espera de este encuentro?

Puedo entender muy bien la decepción. Yo creo que las negociaciones globales deberían ser complementadas con un nuevo enfoque. Con el procedimiento actual, siempre hace falta un consenso, la aprobación de todos los Estados. Por eso, en las conferencias climáticas solo se puede alcanzar el mínimo común denominador. De forma complementaria, debería haber alianzas entre los pioneros en este ámbito, yo los llamo “clubs climáticos”. Estos podrían dar cabida a aquellos Estados que quieran desarrollar e implementar conceptos sólidos, y ayudarse y apoyarse mutuamente. Si no es posible alcanzar el ideal, habrá que ver qué es lo siguiente mejor.

A pesar de sus déficits, el Gobierno Federal alemán considera que el proceso de la Convención Marco sobre el Cambio Climático es imprescindible. ¿Cree que se pueden lograr avances no “involucrando” a todos?

Opino que es la única posibilidad. Los países que aspiran a mejoras reales tienen que cooperar aún más entre sí. Perú, el país anfitrión de la conferencia, podría jugar un papel importante en este sentido, ya que se toma en serio la política ambiental. Esto ha quedado manifiesto en varias ocasiones en negociaciones previas. De hecho, es bastante probable que diversos países latinoamericanos participen en gran medida en el desarrollo futuro de este sector. Perú es miembro de un grupo de negociación progresista, al que también pertenecen países como Chile, Colombia o Guatemala.

El gran interés por estos temas depende también, claro está, de si te afecta especialmente.

Perú es sin duda uno de los Estados amenazados en gran medida por el cambio climático. Esto se debe a las extensas áreas de selva tropical. Pero las regiones montañosas también están en peligro, puesto que el menor cambio de temperatura puede tener aquí efectos masivos en la flora y la fauna. Además, una considerable parte de Perú está cubierta por glaciares, que en los últimos 75 años ya se han derretido casi un 40 por ciento. En consecuencia, el país lucha por que se hallen soluciones rápidas y a largo plazo en materia de cambio climático y medio ambiente. Este es uno de los motivos por los que se le ha adjudicado la Conferencia.

El encuentro en Lima es la cuarta Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU en América Latina.

De hecho, en la región la gente está muy concienciada de que el cambio climático va a afectar masivamente sus vidas. Muchos ámbitos se ven afectados: la ecología, la agricultura y la economía en general.

En 2014, Alemania firmó una asociación de materias primas con Perú. Con Chile hace tiempo que ya existe un acuerdo correspondiente. ¿Qué aportan estas cooperaciones?

Las asociaciones de materias primas y un acceso privilegiado a los recursos pueden ser un paso importante para crear estrechas redes entre aquellos países industrializados y en desarrollo que quieran avanzar más rápido en la protección climática. Es bueno que este tipo de cooperaciones ahora también surjan con países latinoamericanos, mientras que antes solo se tenían con Kazajstán y Mongolia, especialmente porque se ha conseguido acordar la garantía de estándares sociales y ecológicos.

¿Así que en este aspecto también de vuelta a una cooperación en un marco más reducido?

Las asociaciones privilegiadas entre Estados que se han fijado como meta la protección del clima tienen que constituir un aspecto fundamental de nuestros esfuerzos en los próximos años. Es totalmente ilusorio creer que a corto plazo se pueda conseguir que todos se impliquen. Tiene que haber grupos pequeños que hagan avances y luego aumentar el círculo de participantes de forma constante. Tenemos que mantener e intensificar este planteamiento, por lo menos en paralelo a las negociaciones de cooperación global.

El Instituto Wuppertal recibió hace poco la visita de una delegación de la Alianza del Pacífico, con representantes de Chile, Perú, Colombia, México y Costa Rica. ¿Hasta qué punto es importante para una institución de investigación como la suya estar al tanto de lo que ocurre en la región?

Muy importante. Tenemos empleados de América Latina y allí toda una serie de proyectos en marcha. Un ejemplo estupendo de cooperación es nuestra serie “WISIONS”, consistente en la promoción, a través de una fundación, de pequeños, pero muy prometedores, modelos para soluciones energéticas sostenibles y para el aumento de la eficiencia de los recursos en América Latina y otras regiones de todo el mundo. Estos ejemplos muestran lo mucho que se puede conseguir actuando a nivel local.

¿El cambio energético alemán podría ser un ejemplo a seguir para países de América Latina, no solo a nivel local, sino en su conjunto?

Siempre lo he creído así. Precisamente la ley alemana de energías renovables, que ha sido copiada decenas de veces en el mundo, aunque de forma menos extensa, es una manera muy razonable de financiar el cambio energético. En el ámbito internacional, sería bueno que los países industrializados crearan un fondo para financiar la retribución por alimentar la red en los países en vías de desarrollo. En las regiones más pobres del mundo, los consumidores no pueden asumir el aumento de la carga financiera. Pero haciéndose cargo de la diferencia entre el precio de mercado y la retribución garantizada, se tendría la seguridad de que el dinero realmente va destinado a la generación de energía renovable. ▪

Entrevista: Helen Sibum

HERMANN OTT desarrolla estrategias globales de sostenibilidad y bienestar para el Instituto Wuppertal de Clima, Medio Ambiente y Energía. Trabaja en las oficinas del 
instituto en Berlín.

“WISIONES” PARA AMÉRICA LATINA

El Instituto Wuppertal de Clima, Medio Ambiente y Energía investiga formas de conseguir un desarrollo sostenible a nivel regional, nacional e internacional. La mayoría de los 250 empleados son científicos especializados en naturaleza, geografía, planificación, política y economía. El propietario del instituto es el Estado Federado de Renania del Norte-Westfalia (NRW). La institución fue fundada en 1991 por el entonces ministro presidente de NRW y posteriormente presidente federal Johannes Rau.

En América Latina, el instituto lleva a cabo, entre otras actividades, el programa “WISIONS”, que apoya organizaciones no gubernamentales y otros socios locales en la implementación de proyectos, en su mayoría pequeños, pero innovadores, relacionados con el uso de los recursos naturales, como, por ejemplo, los quioscos solares en argentina o el procesamiento energéticamente eficiente del cacao en Ecuador.

www.wisions.net