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El mayor proyecto solar del mundo

Impulsores de la transición energética: Katharina Böhme coordina por encargo del banco de fomento KfW la ampliación del mayor proyecto solar del mundo, en Marruecos.

25.01.2017
© KfW-Bildarchiv/Dawin Meckel/OSTKREUZ - Solar

“Cuando estoy allí me impresiona una y otra vez la estética: todo está muy limpio, brilla y reluce, se ve ascender vapor de agua, detrás emerge el macizo del Atlas, a veces todavía cubierto de nieve, hace calor, el sol quema, es una escena casi contemplativa”, dice Katharina Böhme. Cuenta sus experiencias en Marruecos y puede pensarse que está relatando el rodaje de una monumental película sobre el desierto. Y efectivamente, los alrededores de Ouarzazate, con sus escarpados desfiladeros sirvió de escenario para filmes monumentales, tales como “Lawrence de Arabia”, “El médico” y “Juego de Tronos”. 

Lo que describe Böhme, de 34 años, gestora de proyectos en el banco de fomento KfW no es, sin embargo, un escenario cinematográfico, sino el proyecto solar más ambicioso del mundo: en Ouarzazate se construyen en una superficie de 3.000 hectáreas cuatro centrales energéticas con una potencia total de hasta 580 megavatios. El proyecto se llama “NOORo”. “Noor” significa en árabe “luz”, la “o” minúscula representa el lugar, Ouarzazate. El sol brilla allí con más de 2.500 kilovatios-hora por metro cuadrado. A fines de 2016 entró en funcionamiento la primera planta solar. “Visito el lugar unas cinco veces por año”, dice Böhme. El KfW apoya la implementación del ambicioso plan por encargo del Gobierno alemán. Böhme y otros expertos controlan que todas las fases del proyecto sean llevadas a cabo según los planes, ya que Alemania es, junto con el KfW, el mayor financiador.

Energía solar para 1,3 millones de personas

Marruecos es pionero en el uso de energías renovables en el norte de África y el Oriente Próximo: el Gobierno marroquí planea que hasta el año 2020, con el sol, el viento y el agua se genere más del 40 por ciento de la energía que consume el país. Ouarzazate abastecerá en el futuro de corriente eléctrica a 1,3 millones de personas y evitará la emisión de 800.000 toneladas de CO2.  En NOORo I, de 160 megavatios de potencia, largas filas de espejos parabólicos dirigen los rayos solares hacia tubos en los que circula un líquido que se calienta. Con el fluido caliente se genera vapor de agua, que impulsa una turbina. Las otras centrales utilizarán tecnologías algo diferentes. El proyecto cuesta en total más de 2.000 millones de euros. El aporte alemán son 830 millones, de los cuales unos 430 millones provienen del KfW.

Un desafío personal

“Las centrales solares de Ouarzazate y, más tarde, de Midelt, son los mayores y más complejos proyectos que he acompañado hasta ahora”, dice Böhme. Ya en sus estudios de idiomas, economía y espacios culturales se interesó por el tema de la sostenibilidad y el desarrollo. Viajó como mochilera por numerosos países y trabaja desde 2009 para el KfW en el área de la cooperación para el desarrollo. Proviene de las cercanías del Lago de Constanza, pero ahora trabaja generalmente en su oficina en Fráncfort. “Junto con mis colegas soy responsable de poner a disposición por etapas la financiación del proyecto apoyada por el Gobierno alemán y de controlar los resultados y efectos”, explica. Böhme consume en su vida privada también energía solo de fuentes renovables.

Pionero en la región

El proyecto en Marruecos es financiado con fondos públicos y privados, se trata, por lo tanto, de un “alianza público-privada”. El motor es el Gobierno de Marruecos, con la agencia de energías renovables “MASEN”, creada especialmente para el proyecto. “Con el abastecimiento energético sostenible y ecológico, Marruecos crea el fundamento para su crecimiento económico y desarrollo sobre la base de recursos propios”, explica Böhme. El ejemplo de Marruecos tiene efectos también en otros países de la región. Simultáneamente, el país realiza un considerable aporte a la protección global del clima.   

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