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Despedida de Berlin

El presidente Obama se despide de la canciller Merkel, su "aliada más cercana".

17.11.2016
© dpa/Nietfeld - Barack Obama, Angela Merkel in Berlin

Berlín (dpa) - El presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, aprovechó su último viaje a Alemania para despedirse de la canciller Angela Merkel, su "aliada más cercana", y conminar a su sucesor en la Casa Blanca, Donald Trump, a actuar de forma responsable y a defender los intereses y los valores de Occidente.

Ante la atenta mirada de Merkel, el dirigente estadounidense dijo que espera que el nuevo presidente no diga que se hacen "pactos con Rusia, incluso si pueden dañar a alguien o vulnerar normas internacionales o dañar a países pequeños".

En su opinión, Trump debe continuar persiguiendo un comienzo constructivo en las relaciones, pero al mismo tiempo debe estar preparado para hablar claro cuando las posturas entre Washington y Moscú sean diferentes. 

En su sexta visita como presidente al país europeo, Obama reconoció que su sucesor supo sacar partido al miedo de los votantes a la hora de ganar las elecciones aunque precisó que los resultados de los comicios no deberían sobrevalorarse dado que Estados Unidos era un país dividido políticamente desde hace tiempo.

"En algunas zonas rurales se registró un crecimiento débil y la gente tenía la sensación de que a sus hijos les esperaría un peor futuro y Trump supo aprovecharse de esta situación", dijo durante una entrevista concedida al semanario alemán "Der Spiegel" y la cadena pública germana de televisión ARD.

De hecho, se mostró convencido de que millones de electores que votaron por él hace cuatro años decidieron en esta ocasión apoyar al candidato republicano.

En relación a Europa, Obama alertó de la necesidad de que todos los países del viejo continente sigan luchando para mantener unida la Unión Europea (UE). "Sigo creyendo que la UE es uno de los mayores logros del mundo", declaró en una rueda de prensa tras reunirse durante dos horas con Merkel en la Cancillería.

"La salida de Reino Unido de la UE debe hacerse sin ruido y sin problemas en la manera de lo posible", recomendó después de que los británicos votaran a favor del "Brexit".

Merkel, por su parte, agradeció a Obama por ocho años de "estrecha y amistosa" cooperación "llena de confianza". Para la mandataria alemana se trata de un socio en el que se puede confiar también en "horas difíciles", y recordó el espionaje de los servicios secretos estadounidenses.

Asimismo, la dirigente alemana insistió en que trabajará por contar con una estrecha cooperación con el futuro presidente de Estados Unidos.

"Naturalmente que haré todo lo posible para tener una buena cooperación con el recién elegido presidente", aseguró y recordó que las relaciones de Alemania y Europa con Estados Unidos son "un pilar fundamental" de la política exterior.

En la comparecencia pública de cerca de una hora, en la que quedó patente la buena sintonía entre los dos mandatarios después de ocho años y en la que no ahorraron elogios mutuos, Obama también advirtió del desarrollo de un "nacionalismo tosco", que se de debe diferenciar, insistió, de un "buen patriotismo".

"Las personas tienen que hacer frente a un cambio muy rápido en un mundo globalizado, que también trae inseguridad", reconoció el mandatario estadounidense, que señaló que la política debe actuar de manera constructiva.

Respecto a la protección del medio ambiente, Merkel destacó que se han hecho "grandes avances" y que sin Obama no habría sido posible el acuerdo del clima de París.

Posteriormente, Merkel reconoció que le resultaba difícil despedirse del líder estadounidense, pero "en la democracia son habituales los cambios, hay que mirar hacia adelante".

Por su parte, el presidente saliente se refirió a la canciller germana como una "gran compañera" durante sus años de mandato y destacó de ella tanto su biografía personal como su integridad y determinación para hacer frente a los desafíos y defender los intereses de Alemania.

Obama incluso llegó a decir que apoyaría sin reservas a la política conservadora en el caso de contar con el derecho de voto en el país europeo.  

"Ella debe decidir si se quiere presentar y el pueblo debe decidir si quiere que siga al frente. Si yo fuese ciudadano alemán y pudiese votar aquí, yo la apoyaría", dijo un Obama sonriente.

La líder cristianodemócrata aún no ha aclarado si se presentará a las elecciones generales del próximo año en Alemania e insistió en que despejará la incógnita en el momento indicado.

El encuentro entre los dos líderes sirvió para hacer no solo balance de las relaciones entre Berlín y Washington en los últimos ocho años, sino como una especie de retrospectiva de las dos legislaturas de  Obama, quien el próximo 20 de enero cederá el testigo a Trump.

Los dos mandatarios volvieron a reunirse esta noche para una cena en la Cancillería, en la que se sirvió el tradicional codillo alemán y salchichas típicas de Núremberg.