“Mi preocupación fue grande”
Frank-Walter Steinmeier, ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, siguió de muy cerca los atentados de París hace un año. En entrevista, lo recuerda.

Berlín (dpa) – Fue uno de esos momentos que no se olvidan: cuando, en la noche del 13 de noviembre de 2015, comenzó la serie de atentados en París, Frank-Walter Steinmeier, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, se hallaba en esa ciudad. Estaba junto con François Hollande, el presidente de Francia, en el Stade de France, para presenciar el partido de fútbol entre las selecciones de Francia y Alemania
dpa: usted se hallaba junto al presidente francés en la tribuna de honor. ¿Pensó inmediatamente que se trataba de atentado terrorista cuando oyó las explosiones?
Cuando, en la mitad del primer tiempo, se oyeron dos grandes explosiones, quedé tan desconcertado como todos los demás espectadores en el estadio: no tenía ni idea de qué podía haber pasado. Primero pensé en petardos lanzados por hinchas irresponsables.
¿Cuándo y dónde se enteró de que se trataba de atentados?
Aproximadamente unos quince minutos antes de la pausa entre el primer y el segundo tiempo, un funcionario francés de seguridad se acercó al presidente Hollande y le dijo que delante del estadio se habían producido varias explosiones. Un par de minutos más tarde regresó e informó sobre la existencia de muertos. Fue una conmoción. Naturalmente, nos preguntamos: ¿debe suspenderse el partido? Pero luego de consultas en la pausa se decidió que el partido continuara, para que no cundiera el pánico. El presidente Hollande abandonó el estadio, para asumir la dirección de la unidad de crisis. Nos pidieron que volviéramos a la tribuna, para que los espectadores no se preocuparan.
¿Qué sintió en ese momento?
Estaba sentado en la tribuna y por mi mente pasaban miles de interrogantes, pero ninguna tenía que ver con el fútbol. Era una sensación horrenda, también porque a cada momento llegaba más información sobre los otros atentados en la ciudad. No obstante, era importante permanecer en calma, para que no se desatara la histeria.
¿Temió por su vida?
No, pero me preocupaba mucho la gente en el estadio y en la ciudad. Mi mayor temor era que la noticia de los atentados se difundiera y en el estadio cundiera el pánico. Pero la policía hizo un gran trabajo. Es su mérito que el estadio haya podido ser evacuado después del partido sin muertos ni heridos.
Se habló de un 11 de septiembre europeo. ¿Lo vería así también un año después?
Hechos tan espantosos no pueden compararse. Claro está que los atentados de París fueron un ataque contra toda Europa, nuestra forma de vivir, nuestra cultura, nuestros valores. Esa sensación tuvieron seguramente también los norteamericanos después del 11 de septiembre de 2001.
Ya habían tenido lugar antes espantosos ataques terroristas en Europa: en Londres, Madrid, contra la redacción de “Charlie Hebdo”. ¿Por qué en este caso fue la conmoción mayor que en el caso de los ataques anteriores?
También los otros ataques terroristas, cada uno de ellos, fueron una conmoción. Los atentados del 13 de noviembre parecían haber estado coordinados en forma particularmente fría y haber sido llevados a cabo sin ningún escrúpulo. Era inevitable tener la sensación de que la banda terrorista “Estado Islámico” había llegado al corazón de Europa. No lo olvidemos: desde el verano de 2014 éramos testigos del avance del “Estado Islámico” en Irak y luego Siria. La atroz brutalidad de esa banda terrorista provocó gran dolor en la gente de esos dos países. Y eso mismo parecía haber llegado a Europa.
El Gobierno alemán reaccionó en forma similar a como había reaccionado después del 9/11: solidaridad ilimitada, aquella vez con Estados Unidos; esta vez, con Francia. La Bundeswehr fue enviada a Afganistán a comienzos de 2002. Hace un año, como reacción a los atentados de París, comenzó a intervenir en la lucha contra el “Estado Islámico” en Siria e Irak. ¿Se hubiera tomado esa decisión de cualquier manera?
El 13 de noviembre no solo fue atacada París, sino toda Europa, también Alemania, también nosotros. En esos difíciles momentos, nuestra solidaridad con Francia nunca estuvo en duda. Lo tuiteé espontáneamente ya durante mi vuelo de París a Viena, inmediatamente después del partido, viajando hacia la Conferencia sobre Siria que iba a tener lugar allí. Pero ya antes de los atentados, a todos nos había quedado claro que el “Estado Islámico” no podía ser derrotado sin recurrir a la fuerza militar. La comunidad internacional había conformado la Coalición contra el “Estado Islámico” ya en el otoño boreal de 2014, paralelamente a la Asamblea General de la ONU. Y ya antes, en agosto de 2014, se había tomado la difícil decisión de proporcionar, además de ayuda humanitaria, también equipamiento militar y formación a los peshmerga. Esa fue y sigue siendo, también desde la perspectiva actual, la decisión correcta. Pero, naturalmente, el terrorismo no podrá ser derrotado solo militarmente. Lo que necesitamos son perspectivas para la población y estabilidad en el Oriente Próximo.
¿El peligro terrorista debe ser considerado ahora algo normal también en Alemania?
En Alemania no vivimos en una isla de los bienaventurados. El terrorismo es una amenaza internacional y ese peligro nos amenaza también a nosotros. La seguridad absoluta no existe, pero nuestras fuerzas de seguridad hacen todo lo posible para minimizar el peligro de atentados. Los ataques impedidos, pero también los que no pudieron ser impedidos, demostraron que es necesaria una estrecha cooperación entre las fuerzas de seguridad europeas. Es lo que estamos impulsando ahora.
Las medidas de seguridad en Alemania son todavía moderadas, en comparación con Francia y Bélgica. Los Gobiernos de París y Bruselas no dudan en proteger aeropuertos y atracciones turísticas con soldados fuertemente armados. ¿Sucederá lo mismo en Alemania después de un eventual gran ataque terrorista?
Las fuerzas de seguridad están muy alertas también en Alemania. Pero no dejaremos que nuestra forma de vivir sea destruida por alevosos asesinos. Debemos estimar en forma realista los peligros y los riesgos. Pero de nada sirve vivir con permanente temor. Hacemos todo lo posible para proporcionar a nuestras fuerzas de seguridad los instrumentos necesarios para impedir ataques terroristas lo mejor posible.
Fuente: dpa; traducción: FSM