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Michael Klor-Berchtold, embajador en Irán

En la serie de deutschland.de "En misión", embajadores y altos funcionaros alemanes en organizaciones internacionales informan de sus labores. Parte 26: Michael Klor-Berchtold, embajador en Irán

14.02.2017
© privat - Michael Klor-Berchtold

Desde la suavización de las sanciones contra Irán, en julio de 2015, el país se transforma rápidamente. ¿Cuáles son, en su opinión, las posibilidades, los desafíos y, quizás, también los riesgos en esta nueva fase?

Con la promesa de utilizar su programa atómico en el futuro solo para fines pacíficos, Irán creó los requisitos necesarios para mejorar la difícil situación económica de sus aproximadamente 75 millones de habitantes. Desde que las Naciones Unidas y la Unión Europea levantaron las sanciones económicas y financieras que le habían impuesto por el programa atómico, Irán puede exportar nuevamente petróleo y gas. Además, tiene acceso a anteriores ingresos por exportaciones que habían sido congelados. Con ello se sentaron las bases para una ampliación de las relaciones en todas las áreas, incluidas las relaciones económicas y comerciales. La vida de los iraníes, sin embargo, no se transformará de la noche a la mañana. Se necesitará tiempo para superar las consecuencias de la disputa atómica, que duró más de una década.

Donald Trump, el nuevo presidente estadounidense, criticó varias veces el acuerdo atómico con Irán. Alemania es una decidida defensora del acuerdo. ¿Qué consecuencias puede tener ello para el futuro del acuerdo y qué puede significar para Alemania?

El acuerdo es, desde nuestro punto de vista, el correcto. Y funciona. El Organismo Internacional de Energía Atómica, con sede en Viena, ha confirmado que Irán cumple básicamente con él. Nuestro interés es claro: aspiramos a que continúe en vigor. Paralelamente, vale: para la generación de confianza mutua es necesario que el acuerdo de Viena sea implementado cabalmente.

¿Puede esbozar brevemente qué caracteriza las relaciones germano-iraníes hoy y en el pasado, qué une a Alemania e Irán?

Las relaciones diplomáticas entre Alemania e Irán se remontan a fines del siglo XIX. Después de la Revolución Islámica de 1979 se registraron algunas tensiones y desde 2003, las relaciones estuvieron marcadas por la preocupación en relación con el programa nuclear iraní. El acuerdo nuclear abrió la puerta a relaciones bilaterales más estrechas y consultas políticas regulares, también sobre temas regionales. Se trata de una verdadera oportunidad, porque tenemos gran interés en continuar el diálogo con el Gobierno iraní, justamente en relación con temas difíciles. Estamos preocupados, por ejemplo, por la crítica situación de los derechos humanos y el gran número de ejecuciones. 

Desde la firma de los acuerdos, actual el ministro de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel, aún en su anterior función de ministro de Economía; su predecesor, Frank-Walter Steinmeier y Alexander Dobrindt, el ministro de Transporte, han estado ya dos veces en Teherán. También numerosos ministros de estados federados han visitado Teherán para fortalecer las tradicionalmente estrechas relaciones económicas. La Asociación de Empresas de Baviera y el estado federado de Baja Sajonia crearon recientemente representaciones propias en la capital iraní. Las exportaciones alemanas a Irán aumentaron considerablemente el año pasado. Y, a comienzos de 2017, Airbus entregó a Irán Air el primero de un total de 100 aviones, un A 321, construido en la planta de Airbus en Hamburgo. Es un importante aporte a la seguridad del tráfico aéreo en Irán y demuestra que la esperanza de que las relaciones se intensifiquen en todas las áreas es grande.

¿En qué áreas desearía profundizar más esos contactos?

De ambas partes existe un gran interés por intensificar el intercambio cultural. Vale la pena crear más espacios para el diálogo cultural. Por eso, apoyamos actualmente, por ejemplo, el programa cultural “La modernidad iraní”, organizado por el Goethe-Institut en cooperación con el Coloquio Literario Berlín, el Festival CTM, la Universidad Libre de Berlín, el teatro Schaubühne Berlín, el teatro Hebbel am Ufer y otras partes asociadas. Durante tres meses, filósofos, artistas y creadores culturales de Irán y Alemania referirán sobre la escena artística, musical y literaria iraní. También estarán en el foco de un redoblado diálogo, intercambio de opiniones y debates temas tales como la cultura y la práctica del derecho en Alemania e Irán y la responsabilidad de las religiones en relación con la paz.

¿Qué temas determinan actualmente las relaciones bilaterales entre Alemania e Irán?

Trabajamos denodadamente para renovar toda la gama de las relaciones germano-iraníes: políticas y económicas, pero también en cuanto a la cultura y entre las sociedades. Queremos que Irán sea un socio constructivo. El punto de partida sigue siendo: la forma en que fue resuelto el conflicto nuclear de muchos años puede ser un ejemplo para continuar los esfuerzos para superar la crisis actual en la región.

A menudo, las imágenes interna y externa que se tienen de un país divergen. ¿En relación con qué temas puede aplicarse ello a Irán?

En todas las áreas es necesario recuperar la confianza perdida y continuar reduciendo prejuicios. Por eso, es muy positivo que el turismo crezca, en ambas direcciones. Pues, solo cuando los seres humanos se encuentran y experimentan las tradiciones culturales que marcan al respectivo otro país surgen imágenes mutuas acordes con los tiempos. Iraníes y alemanes deben conocerse de nuevo mejor mutuamente. 

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Dossier: En misión

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