Ir al contenido principal

Las madres de la ley fundamental

Tan sólo cuatro mujeres participaron en la redacción de la ley fundamental, pero consiguieron mucho en favor de la igualdad de derechos en Alemania.

Friederike BauerFriederike Bauer, 17.05.2023
Bild
Estatua de Elisabeth Selbert en su ciudad natal, Kassel © Bestand Erna Wagner-Hehmke, Stiftung Haus der Geschichte

Tan sólo cuatro mujeres formaban parte del consejo parlamentario que redactó la ley fundamental alemana a partir de 1948. Pero esta participación respondía al espíritu de la época. Si bien es cierto que las mujeres se ocuparon de las familias durante la Segunda Guerra Mundial y, como "mujeres de los escombros", consiguieron devolver la vida al país. Sin embargo, el regreso de los hombres relegó a la mujer a su antiguo papel. Las mujeres tuvieron que integrarse nuevamente en una sociedad patriarcal, que no les permitía abrir una cuenta bancaria ni firmar un contrato de trabajo, y en la que el marido siempre tenía la última palabra en los asuntos familiares.

Los hombres y las mujeres son iguales.
Ley fundamental, Artículo 3, Párrafo 2

Tanto más importante resultó el compromiso de las mujeres, que incorporaron una histórica frase en la ley fundamental promulgada el 23 de mayo de 1949: "Los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos." Sin la Dra. Elisabeth Selbert (SPD), Friederike Nadig (SPD), Helene Weber (CDU) y Helene Wessel (Partido de Centro), este pasaje decisivo no existiría. Pero tuvieron que luchar mucho por su causa. Las cuatro mujeres tuvieron que imponerse ante 61 hombres a quienes otros temas les parecían más relevantes. Según revelan las actas, los hombres reaccionaban con "hilaridad" ante los denominados 'problemas de las mujeres'.

Además, las propias cuatro mujeres ni siquiera estaban de acuerdo al principio sobre cuál debía ser el camino correcto. La iniciativa partió de la abogada Elisabeth Selbert. Primero convenció a su compañera de partido, Friederike Nadig, más tarde a las otras dos mujeres, a las que en un principio les hubiera gustado dejarlo en una formulación de la Constitución de Weimar: "Los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos y deberes ciudadanos."

La propuesta de Selbert fue rechazada en varias ocasiones. En respuesta, inició una protesta pública, a la que siguieron miles de cartas que llegaban a Bonn, donde se reunía el Consejo. Ante esto, los hombres tampoco pudieron mirar a otro lado: el principio de igualdad fue finalmente adoptado por unanimidad. Selbert hablaría más tarde de aquello como un "momento glorioso" en su vida. Sin duda, fue la más luchadora de las cuatro mujeres, que procedían de distintos ámbitos políticos, pero que al final encontraron un denominador común. 

Dieses YouTube-Video kann in einem neuen Tab abgespielt werden

YouTube öffnen

Contenido de terceros

Utilizamos YouTube para incorporar contenido que puede recopilar datos sobre tu actividad. Por favor, revisa los detalles y acepta el servicio para ver este contenido.

Abrir declaración de consentimiento

Piwik is not available or is blocked. Please check your adblocker settings.

Elisabeth Selbert (1896 - 1986) – la pionera

Nacida como Martha Elisabeth Rohde, se casó a los 20 años con el socialdemócrata y editor Adam Selbert, quien la animó a hacer el bachillerato. La madre de dos hijos se licenció en Derecho y se doctoró con una tesis sobre "La ruptura matrimonial como causa de divorcio". Posteriormente fundó un bufete de abogados en Kassel, con el que sacó adelante a la familia durante la época del nacionalsocialismo. Más tarde fue elegida, primero para la Asamblea Regional de Asesoramiento Constitucional del Gran Hesse por el SPD, y luego para el Consejo Parlamentario. Después de trabajar allí, aspiró a un mandato en el Bundestag, pero sin éxito. En su lugar, fue miembro del Parlamento de Hesse hasta 1958, retirándose después de la política y trabajando como abogada hasta edad avanzada.

Friederike Nadig (1897 bis 1970) – la ejecutora

"Frieda" Nadig también pertenecía al SPD. Se afilió al partido cuando tenía poco más de 20 años. En Berlín, asistió a la Escuela Social de Mujeres y allí obtuvo el título de enfermera asistencial. Durante la época del nazismo se le prohibió trabajar. Al finalizar la guerra, trabajó en la Asociación para el Bienestar de los Trabajadores, y en 1947 accedió al parlamento del estado de Renania del Norte-Westfalia. De ahí pasó a formar parte del Consejo Parlamentario. Si al principio se mostró reservada, pronto luchó codo con codo con Elisabeth Selbert por el artículo sobre la igualdad. Nadig ocupó un escaño en el Bundestag desde 1949 hasta 1961. Allí luchó por una mayor legislación y aplicación del artículo 3 de la ley fundamental.

Helene Weber (1881 - 1962) - la católica

Nació en el seno de una familia de tradición política, que se adhirió al Partido de Centro. Weber no tardó en unirse al mismo. Estudió Lenguas y Literaturas Románicas y Economía, e inicialmente trabajó como profesora titular. Esta católica comprometida fue obligada a jubilarse bajo el régimen nazi, y más tarde trabajó en la beneficencia independiente. Una vez terminada la guerra, fue diputada del Bundestag por la CDU hasta 1962.

Helene Wessel (1889 - 1969) - la incómoda

Helene Wessel se afilió muy joven al Partido de Centro y ocupó un escaño en el Parlamento prusiano entre 1928 y 1933. Con anterioridad, completó una formación como asistenta juvenil y social. Durante la época nazi, la católica convencida desempeñó diversos cargos en la iglesia. Después de la guerra, reanudó su labor política y se convirtió en vicepresidenta del Partido de Centro en 1946. Apoyó el principio de igualdad tras las dudas iniciales, pero al final fue una de las doce personas que se negaron a aprobar la nueva ley fundamental. En su opinión, faltaban derechos fundamentales, como el derecho de referéndum. Más tarde, Wessel ocupó un escaño en el Bundestag, primero por el Partido del Centro, y a partir de 1957 por el SPD.

El Estado promueve la igualdad real entre mujeres y hombres.
Ley Fundamental, Artículo 3, Párrafo 2

 La base del cambio

Estas cuatro mujeres no sólo hicieron historia, sino que sentaron las bases para nuevas reformas. Entre ellas, la Ley de Igualdad de Derechos (aprobada en 1957), la reforma del derecho matrimonial y familiar (1976), la Ley de Igualdad de Trato en el Trabajo (1980) y la ampliación del artículo 3 de la ley fundamental. En ella, desde 1994, se dice además: "El Estado promoverá la aplicación real de la igualdad de derechos entre mujeres y hombres y luchará por erradicar las desventajas existentes."

Se ha conseguido la igualdad ante la ley, pero todavía se está trabajando en la igualdad en la vida cotidiana; por ejemplo, la cuota de mujeres en puestos de liderazgo en la política y en la empresa todavía no es equiparable a la de los hombres. También en el Bundestag, actualmente sólo el 31% de los diputados son mujeres. Pero sin el afianzamiento de la reivindicación de igualdad en la ley fundamental, la situación posiblemente sería más desfavorable. En cualquier caso, el permanente cambio es posible gracias a cuatro valientes pioneras.