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Libertad de viajar por Europa

El Acuerdo de Schengen lleva 40 años en vigor. Entre otras cosas, suprimió los controles de identidad en muchas fronteras interiores europeas.

04.06.2025
© dpa

El Acuerdo de Schengen se firmó en Luxemburgo el 14 de junio de 1985. Este pueblo de viticultores que dio el nombre al acuerdo, y con ello a la idea de la libertad de circulación dentro de Europa, se encuentra en el triángulo fronterizo entre Alemania, Francia y Luxemburgo, en territorio luxemburgués. Schengen tiene 5200 habitantes y fue elegido por razones simbólicas como lugar de la firma. En el barco "Princesse Marie-Astrid" sobre el río Mosela, representantes de Bélgica, Alemania, Francia, Luxemburgo y Países Bajos firmaron en 1985 este documento que daba respuestas completamente nuevas a preguntas sobre la movilidad y seguridad dentro de Europa.

Visado común Schengen por 90 días

Así desaparecieron los controles de personas en las fronteras entre los países participantes. Solo de forma circunstancial o temporal se puede controlar a viajeros, por ejemplo durante grandes eventos internacionales, como la Copa Mundial de la FIFA, o cuando la seguridad interior se ve gravemente amenazada. Además se introdujo el "visado Schengen", que otorga a ciudadanos de terceros países la libertad de viajar durante 90 días por el espacio Schengen. Quien desear entrar desde fuera del área es controlado según normas comunes. También se acordó la lucha coordinada contra el narcotráfico y se creó para ello el Sistema de Información de Schengen (SIS) entre autoridades policiales de la UE, a fin de facilitar el intercambio de datos sobre personas buscadas. Con los años, otros países han suscrito el Acuerdo o se han convertido con su adhesión a la UE automáticamente en miembro del espacio Schengen.  Además de casi todos los Estados miembros de la UE, pertenecen a la zona Schengen también Islandia, Noruega, Suiza y Liechtenstein.

"La libertad de viajar para millones de ciudadanos es vivir Europa de forma real y cotidiana", escribió la entonces vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding en 2012 en un comentario para el Frankfurter Allgemeine Zeitung. "Las generaciones más jóvenes no conciben hoy hacer largas colas delante de las casetas de frontera y ser controlado. Schengen es sinónimo de libertad y encarna un especial espíritu de cooperación. Con las fronteras abiertas, Europa ha logrado una nueva imagen, un rostro con rasgos positivos. "

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