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La protección de la dignidad humana es la esencia de la Ley Fundamental

El antiguo Presidente del Tribunal Constitucional, Andreas Voßkuhle, habla de la fortaleza de la Constitución alemana y de los peligros globales que amenazan a la democracia.

Carsten HauptmeierCarsten Hauptmeier, 16.02.2024
Andreas Voßkuhle fue presidente del Tribunal Constitucional Federal hasta 2020.
Andreas Voßkuhle fue presidente del Tribunal Constitucional Federal hasta 2020. © pictureAlliance/dpa

Dos años después de que se promulgase la Ley Fundamental, el Tribunal Constitucional Federal inició su labor en Karlsruhe en 1951. Su misión desde entonces ha consistido en velar por el cumplimiento de la Constitución alemana. El jurista Andreas Voßkuhle presidió el tribunal de 2010 a 2020. En esta entrevista nos habla de las particularidades que caracterizan a la Ley Fundamental, el patriotismo constitucional en Alemania y las amenazas globales que se ciernen sobre las constituciones democráticas. 

Profesor Voßkuhle, para usted ¿qué es lo que caracteriza a la Ley Fundamental?

La constitución alemana es una exitosa muestra de estabilidad, por un lado, y flexibilidad, por otro. Desde sus inicios, fue lo suficientemente amplia como para poder responder a nuevos retos. A la vez, su esencia estaba tan bien definida que podía constituir una base estable. 

¿En qué consiste esta base estable?

El carácter de la Ley Fundamental se define en el apartado 1 del artículo 1: “La dignidad humana es inviolable.” Esta idea central está presente en toda la Ley Fundamental. Su significado se expresa casi mejor en el borrador de la Convención Constitucional de Herrenchiemsee de 1948. Este borrador de la Constitución, que constituyó la base del trabajo del Consejo Parlamentario sobre la Ley Fundamental, establece en su artículo 1: “El Estado existe por el bien de los hombres, no los hombres por el bien del Estado.” 

La dignidad humana es inviolable.
Artículo 1 de la Ley Fundamental

Cuando se aprobó la Ley Fundamental en 1949, se ideó conscientemente como una medida provisional ante la división de Alemania. Desde la reunificación en 1990, está vigente en toda Alemania. ¿Cuál es el secreto del éxito de esta antigua medida provisional?

La Ley Fundamental ya era hace 75 años una constitución moderna. Sobre todo en lo que respecta a la firme protección de los derechos fundamentales. Con el Tribunal Constitucional se creó también una institución capaz de hacer respetar estos derechos fundamentales en la práctica. Además, la Ley Fundamental sentó las bases del principio de una democracia defensiva, en la que se puede combatir a los enemigos de la democracia, por ejemplo, prohibiendo un partido político. Asimismo, la constitución estuvo muy orientada hacia Europa desde un principio. 

En Alemania, a menudo se habla de patriotismo constitucional. ¿Qué significa esto y cómo ha moldeado la Ley Fundamental a la sociedad alemana en las últimas décadas?

Tras el fracaso moral de la etapa nacionalsocialista, la Ley Fundamental ofreció la oportunidad de pronunciarse a favor de la democracia, los derechos humanos, la integración europea y un Estado de derecho justo. Por otro lado, la República Federal de Alemania es de por sí una sociedad muy plural debido a su federalismo. Una sociedad como esta precisa de un consenso básico sobre el que pueda prosperar la diversidad. Y este consenso fue y sigue siendo la Ley Fundamental. 

Andreas Voßkuhle hace pública una sentencia del Tribunal Constitucional.
Andreas Voßkuhle hace pública una sentencia del Tribunal Constitucional. © pictureAlliance/dpa

¿Qué peligros advierte en la actualidad para la Ley Fundamental y otras constituciones democráticas?

En mi opinión, existe el riesgo de que se deterioren las bases de la democracia. La democracia no consiste sólo en votar. Ha de garantizar que la minoría tenga una posibilidad realista de convertirse en mayoría. Para ello es necesario, entre otras cosas, garantizar los derechos de oposición, la protección de las minorías, derechos fundamentales como la libertad de reunión y la libertad de expresión, unos tribunales constitucionales sólidos y medios de comunicación independientes. 

Son muchos los países de Europa y de todo el mundo en los que podemos observar que, aunque no se estén eliminando las elecciones, sí se está acabando con las condiciones necesarias para que una democracia funcione con el propósito de permitir que un partido gobierne de forma permanente. Hasta ahora, esto no ha ocurrido en Alemania. Pero sería ingenuo creer que algo así no podría ocurrir. 

Usted preside la asociación "Contra el olvido - Por la democracia" ( “Gegen Vergessen – Für Demokratie”). ¿Qué pueden hacer los ciudadanos para proteger y reforzar la democracia?

Debemos esforzarnos sobre todo por el llamado centro silencioso o el llamado tercio invisible. Estas son las personas que no pertenecen a la extrema derecha radical –que actualmente representa entre el cinco y el ocho por ciento de los votantes en Alemania –, pero que en parte han dado la espalda a la democracia, ya sea por decepción, enfado o desinterés. Tenemos que recuperar a estas personas. La democracia empieza a las puertas de casa, en una conversación con el vecino, en el trabajo o en el bar. Es aquí donde podemos explicar que, si bien nuestro sistema democrático no es perfecto, es el mejor instrumento para proteger la libertad de todos. Como asociación, intentamos por tanto entablar un diálogo sobre la democracia, formando por ejemplo a mentores de la democracia en las escuelas o la policía, o creando cafés de debate.

La democracia empieza a las puertas de casa.
Andreas Voßkuhle

Estas conversaciones pueden resultar muy difíciles. 

Incluso agotadoras. Pero la democracia requiere compromiso. Pero no es distinto a cuando uno quiere salir a correr por la mañana y está lloviendo. Yo mismo tengo que esforzarme a veces por iniciar una conversación que no me apetece y hacer frente a preguntas incómodas, incluso cuando hago campaña por la democracia. Y tenemos que aprender de nuevo a escuchar mejor a los demás. Tengo la impresión de que se habla demasiado y se escucha muy poco. 

En vista de los retos actuales, ¿qué panorama augura para el futuro de la democracia?

Me preocupa la evolución esbozada anteriormente. No hay ninguna garantía de que nuestro orden constitucional libre y democrático sobreviva durante mucho tiempo. La democracia necesita demócratas que la defiendan. No obstante, las grandes manifestaciones en contra del extremismo de derechas celebradas en Alemania a principios de 2024 demuestran que muchos ciudadanos están dispuestos a hacerlo. Esto nos da esperanza.