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Alianza para más humanidad

La ayuda humanitaria salva muchas vidas. Uno de los actores más importantes es la UE.

20.10.2014
© picture-alliance/dpa - Civil Protection

La violencia y la desesperación marcan desde hace tres años la vida de muchos seres humanos en Siria. Más de 191.000 personas han muerto en la guerra civil, según datos de las Naciones Unidas (ONU). Numerosas viviendas, escuelas y hospitales han sido destruidos. Muchos sirios solo ven una salida: abandonar el país. ACNUR, el organismo de la ONU de protección a los refugiados, informó a fines de septiembre de 2014 que hay más de tres millones de refugiados sirios y OCHA, la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios, registró 6,5 millones de refugiados internos. Se trata de la mayor catástrofe de refugiados desde hace muchos años. A nivel mundial, el número de refugiados aumentó en 2013 a 51,2 millones: tantos como no se registraba desde la Segunda Guerra Mundial.

A menudo, la última esperanza es la ayuda desde el exterior. El más importante donante de ayuda humanitaria fue en 2013 la Unión Europea (UE), que aportó más de 1300 millones de euros. Si a ello se le suman las ayudas de los Estados miembros, el total hace la mitad del importe mundial destinado a la ayuda humanitaria. Para Siria, por ejemplo, la UE puso a disposición 350 millones de euros más que en los pasados años y envió bienes de ayuda tales como ambulancias, calefactores y artículos de higiene también a los países vecinos que acogieron refugiados. En total, desde el estallido de la guerra civil, Europa puso a disposición más de 2800 millones de euros.

Numerosos otros conflictos y catástrofes mantienen en vilo al mundo una y otra vez. La Unión Europea intenta ayudar en casi todos lados. En sus esfuerzos no desempeña papel alguno si la emergencia se debe a una guerra o a una catástrofe natural. Pues en el foco siempre está los seres humanos.

La mayor parte del presupuesto de la UE para asistencia humanitaria va para ayuda alimentaria: las personas reciben alimentos, dinero en efectivo, vales, semillas y fertilizantes. Y eso es no es todo: además se ayuda con casas, agua potable, asistencia médica e instalaciones sanitarias.

La UE no opera directamente, sino que apoya a unos 200 socios que ayudan en los respectivos países, entre ellos las Naciones Unidas (ONU), organizaciones no gubernamentales y asociaciones, tales como el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y la Medialuna Roja. La coordinación de la ayuda de la UE es asumida por la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil (ECHO). “Esos dos temas están reunidos desde 2010 bajo un mismo techo, lo que hace la coordinación de la ayuda aún más eficiente”, explica Kim Eling. El alemán Eling es vicejefe de gabinete de la cartera de Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y Respuesta a las Crisis. En la Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil trabajan 811 personas, de las cuales 460 lo hacen en 44 oficinas exteriores. Ese personal supervisa, entre otras cosas, los proyectos financiados por la Unión Europea. El resto del personal ayuda desde Bruselas.

Salvar vidas humanas, mitigar el sufrimiento: esos son los objetivos tanto de la ayuda humanitaria como de la protección civil. “La ayuda humanitaria es implementada sobre todo en países no pertenecientes a la UE y pone ayuda financiera a disposición de organizaciones independientes”, dice Eling. La protección civil, por el contrario, ofrece ayuda de emergencia también dentro de la UE. Y recurre a servicios estatales tales como la Agencia Federal de Ayuda Técnica (THW). Casi todos los 80.000 colaboradores de la THW son voluntarios. En 2013 trabajaron 1,9 millones de horas. Quienes ayudan logran los mejores resultados coordinando sus esfuerzos. Por eso, en 1991 surgió la idea de coordinar los programas de ayuda de la UE. Ese año, numerosas crisis en países como Afganistán, Myanmar, Ruanda, Sri Lanka y Sudán mantuvieron al mundo en vilo. Los por entonces doce Estados miembros decidieron cooperar más intensamente. Ya en 1992, año de su fundación, ECHO puede probar su efectividad.

La guerra en la antigua Yugoslavia dejó cientos de miles de seres humanos hambrientos, traumatizados y expulsados de su tierra. La UE envió al país, entre otras cosas, 300.000 toneladas de alimentos, mantas, colchones y artículos higiénicos. Nunca antes una organización internacional había prestado tanta ayuda humanitaria en una región.

Paralelamente a esas ayudas coordinadas, todos los Estados de la UE tienen sus propios programas. En Alemania, el Ministerio de Relaciones Exteriores es desde 2012 responsable de toda la ayuda humanitaria del Gobierno Federal en el exterior. Anteriormente, parte de la responsabilidad recaía sobre el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ). Al igual que la Unión Europea, también el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania fomenta proyectos de ayuda. En 2013 destinó para ello más de 358 millones de euros. Los programas de los países miembros, las medidas de ECHO y todos los otros programas de ayuda a nivel mundial son coordinados por la ONU. “Las medidas humanitarias de la UE y sus miembros continúan siendo visibles, pero se integran en un enfoque global”, explica Kim Eling. Además, todos los donantes se obligan a actuar de conformidad con cuatro principios: neutralidad, humanidad, independencia e imparcialidad. La importancia de esos principios crece, ya que se necesita cada vez más ayuda: la ONU calculó para 2014 la cifra récord de 13.000 millones de euros a nivel mundial.

Más necesidad significa también más trabajo. Por eso, la UE integra a cada vez más voluntarios. En la nueva iniciativa “EU Aid Volunteers” forma a ciudadanos comprometidos como ayudantes humanitarios. Los voluntarios viajarán a partir de 2015 a regiones de catástrofes en todo el mundo para apoyar a las organizaciones de ayuda. El proyecto va en un principio hasta 2020. El objetivo es que hasta entonces sean capacitados como ayudantes humanitarios más de 18.000 voluntarios de la UE. De esa forma se espera que se desarrollen también personas para desarrollar cargos de responsabilidad en el futuro. ▪