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Cuestión de responsabilidad

Franziska Gehann trabaja como voluntaria durante un año en Verdún, símbolo de la Primera Guerra Mundial.

11.06.2014
© Jonas Ratermann - Franziska Gehann

Verdún está rodeada hoy de muchos espacios verdes. Si uno no sabe que se trata de los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial, solo ve ondulados prados y bosques. Después de la guerra Verdún era un paisaje lunar, lleno de huecos de granadas y surcado por trincheras. Estoy aquí ya desde hace casi un año. Trabajo en una institución por la paz y los derechos humanos, el Centre Mondial de la Paix, y me encargo entre otras cosas de grupos de escolares procedentes de Alemania. Los jóvenes quedan muy impresionados con los campos de batalla y los enormes cementerios con sus numerosas cruces, cruces blancas para los franceses, negras para los alemanes.

Cuando cuento a franceses de mi servicio voluntario, reaccionan generalmente con sorpresa. Eso ya no tiene nada que ver con tu generación – ¿por qué lo haces? Entonces contesto que los jóvenes alemanes no tenemos la obligación pero sí una responsabilidad, y que la amistad franco-alemana no se puede dar siempre por descontada. Cuando hace poco se propuso grabar el nombre de un alemán en el osario de Douaumont, un espacio de la memoria para soldados, hubo muchos debates. La mayoría de las familias en Francia sigue teniendo una relación muy emocional con Verdún. Los franceses renovaban sus tropas entonces con más frecuencia que los alemanes: cada dos semanas. Por eso, la mayor parte de los soldados franceses tuvieron que ir a Verdún.

Verdún tiene hoy alrededor de 20.000 habitantes. La ciudad nunca volvió a alcanzar el tamaño que tenían antes de la Primera Guerra Mundial. Tengo que admitir que poco sabía yo de esta región antes de venir aquí. Solo poco a poco me fui enterando en qué medida toda la región está signada por la guerra. Hasta hoy se siguen encontrando osamentas, y en algunas zonas aún no se puede entrar debido al peligro de granadas.“ ■

FRANZISKA GEHANN // VERDÚN

Franziska es una joven de Baden-Württemberg de 19 años. Vive un año en Verdún como voluntaria del Servicio de Conciliación de Acción por la Paz (ASF), y apoya el trabajo del “Centre Mondial de la Paix, des Libertés et des Droits de l‘Homme”. Este centro es un lugar del encuentro, el aprendizaje y la información, también sobre la Primera Guerra Mundial. Gracias a Franziska Gehann, los visitantes puedan visitar una pequeña parte del Muro de Berlín en el jardín del centro. Con motivo del inicio hace 100 años de la Primera Guerra Mundial, de la “Gran Guerra”, el museo presenta una exposición especial. Según estimaciones, tan solo en la “Batalla de Verdún” murieron en 1916 unos 700.000 soldados. En la foto se ve a Franziska en el cementerio militar del osario de Douaumont.

Protocolo: Clara Görtz, Helen Sibum, Foto: Jonas Ratermann