Universidades infantiles en Alemania
Cada vez más universidades alemanas ofrecen disertaciones para niños, con el objetivo de despertar en ellos la curiosidad por nuevos temas.
“¿Cómo se prueba la culpabilidad de un delincuente?”, “Cegatón u ojo de águila: ¿qué significa ver?” o “Por qué el deporte hace bien”. Los profesores de derecho médico, biología y ciencias del deporte que imparten lecciones sobre esos temas deben adaptarse a un auditorio muy particular, a un público particularmente atento y curioso, que realiza preguntas sumamente penetrantes: niños.
Cada vez más universidades alemanas retoman la idea de la universidad para niños. A la mayoría de las lecciones acuden numerosos pequeños, a veces incluso más de los que las aulas pueden albergar. En las universidades, los profesores explican a los niños el mundo en forma adecuada a su edad, aspirando a despertarles el interés por la ciencia y la investigación y reducir eventuales temores de contacto con la institución “universidad”. La primera alta casa de estudios en llevar a la práctica la idea fue la Universidad de Tubinga, en 2002. Las lecciones se ofrecen en forma gratuita y están dirigidas por lo general a escolares de las clases dos a seis.
En Múnich y Hannover, los niños pueden asistir a lecciones en diferentes universidades o altas escuelas de ciencias aplicadas. En la renombrada Universidad Humboldt, de Berlín, como también en otras universidades para niños, cada pequeño recibe un “libro de estudios”, en el que son registradas todas las disertaciones a las que han acudido. Un proyecto especial es la Universidad Infantil de Cine Babelsberg, en Potsdam, la primera de su tipo en Europa. Allí, 80 niños de entre nueve y doce años de edad tienen la oportunidad de conocer la universidad y aprender mucho sobre las artes cinematográficas. Las lecciones están dedicadas a temas como “Guión” y “Sound Design”.
Sonreír deben los pequeños estudiantes a menudo sobre el hecho de que al final de la lección no se aplaude, sino que se golpea con los nudillos sobre las mesas. Y que muchas disertaciones comienzan “c. t.” (cum tempore), es decir, con 15 minutos de retraso. En la escuela, eso no existe.
