Pro & Contra
¿Tiene sentido prohibir los teléfonos móviles en los colegios?
Los jóvenes están constantemente conectados, incluso en el colegio. Dos expertos en educación debaten si prohibir los teléfonos móviles fomenta la concentración o bloquea oportunidades.
En Alemania, algunos estados federados han impuesto recientemente una prohibición general del uso de teléfonos móviles en los colegios. ¿Pueden aprender mejor los niños si se prohíben los teléfonos móviles en los colegios?
La prohibición del uso de teléfonos móviles tiene sentido, tanto en los recreos como en las clases. Favorece la concentración y reduce las distracciones. Pero, sobre todo, ayuda a que los niños vuelvan a hablar directamente entre sí, a discutir y a aprender humanidad. Son habilidades que también necesitarán más adelante en internet.
Depende de lo que se quiera que los niños aprendan mejor. Si la escuela sigue el modelo del siglo XIX —el profesor habla, los niños escuchan—, entonces el móvil molesta. Si queremos que el aprendizaje se adapte a los tiempos actuales, necesitamos soluciones más inteligentes que las prohibiciones.
¿Los teléfonos móviles en el aula son una herramienta útil o más bien un factor perturbador?
En el aula, los teléfonos móviles suelen ser un factor perturbador. Distraen porque las aplicaciones y las notificaciones desvían la atención. Los estudios demuestran que su mera presencia reduce la concentración. Solo pueden ser útiles si se integran claramente en la enseñanza, por ejemplo, para realizar búsquedas o utilizar aplicaciones de aprendizaje. Sin reglas, predomina el efecto perturbador.
Los teléfonos móviles no son factores perturbadores per se, sino potenciales herramientas de aprendizaje. Como dice la profesora y experta en educación Lisa Rosa, son “dispositivos de acceso a la cultura”: con ellos, las alumnas y los alumnos pueden investigar, documentarse y colaborar. Precisamente porque los medios digitales forman parte de la vida cotidiana, la enseñanza debería fomentar un uso reflexivo de los mismos. Si se utilizan correctamente, los teléfonos móviles amplían el espacio de aprendizaje en lugar de perturbarlo.
¿Se valora de forma demasiado negativa el uso de los teléfonos móviles por parte de los alumnos?
También hay aspectos positivos: yo mismo habría aprendido mejor con un influencer de matemáticas. Pero los riesgos de adicción, el ciberacoso, las noticias falsas y los contenidos perturbadores son reales. A menudo hay que abordar primero los aspectos negativos para poder aprovechar los positivos.
Por supuesto. Los adultos suelen demonizar los nuevos medios tan pronto como no los entienden. Esto es especialmente cierto en el ámbito educativo, donde los profesores todavía se consideran una autoridad omnisciente. Sin embargo, los jóvenes desean que los profesores les ayuden a utilizar los medios digitales y busquen el diálogo.
¿Prohibir los teléfonos móviles es la solución o solo combate los síntomas?
Una influencer de 17 años con 250 000 seguidores me contó que desde que se prohibieron los teléfonos móviles está más concentrada y vuelve a hablar más con sus amigos. Los profesores lo confirman: clases más activas, ruidosas, con más movimiento y más concentración. Por banal que parezca: funciona.
A corto plazo sí, a largo plazo no. Prohibir los teléfonos móviles aporta tranquilidad, pero no resuelve los problemas. En lugar de excluir la tecnología, los colegios deberían fomentar la competencia mediática y desarrollar nuevas formas de aprendizaje para la era digital. Las prohibiciones solo tranquilizan en la superficie y aumentan la brecha entre la escuela y el mundo real.
¿La prohibición del uso de teléfonos móviles fomenta la madurez digital o la impide?
Yo creo que la fomenta. Las reglas claras enseñan a los niños a renunciar a cosas y a establecer prioridades. Esta capacidad también se necesita más adelante en la vida profesional. Si el móvil se integra en la clase con objetivos claros, la madurez digital puede incluso aumentar.
Una prohibición convierte la madurez digital en una cuestión de suerte. Quien aprende en casa a hacer un uso consciente de los medios de comunicación, ha tenido suerte. Quien tiene la oportunidad de hacerlo fuera del colegio, también ha tenido suerte. Todos los demás se quedan sin nada. De esta forma, son los niños con peores oportunidades de partida los que se quedan solos.