De refugiada a campeona del mundo

Fatmire Alushi

Buena atacante.

Fatmire Alushi afirma haber tenido que seguir dos caminos difíciles en su vida: primero, la huida con su familia desde la antigua Yugoslavia, atravesando Europa hasta llegar a Renania del Norte Westfalia; una odisea. El segundo no fue tan peligroso, tuvo que convencer a su padre de que una chica también podía jugar al fútbol. Al principio practicaba los regates y pases a escondidas. “Mi padre nunca me lo hubiera permitido, hasta que un día fue a buscar a mi hermano y me vio”. Desde entonces, él ha sido mi mayor apoyo y promotor.

Fatmire Alushi, en aquel entonces aún Fatmire Bajramaj, ya jugaba en primera división a los 16 años; a los 17 debutó en la selección nacional A; y a los 
18 fue campeona de Europa Sub19. Es pequeña, menuda y va siempre maquillada llamativamente, 
pero como delantera, casi no hay quien la pare. En 2007, la entrenadora Silvia Neid se la llevó al Mundial en China y, a sus 19 años, jugó en cuatro ocasiones: ese fue su gran salto. Alushi defendió el título mundial con las jugadoras nacionales alemanas. En 2015, renunció a participar en el Mundial de Canadá porque estaba esperando un hijo.

Hoy en día, Alushi se siente estrechamente unida a su pasado de refugiada. “Quien quiera entenderme 
a mí y mi vida, tiene que sumergirse en la historia de la antigua Yugoslavia”, escribe en su autobiografía “Mein Tor ins Leben – Vom Flüchtling zur Welt­meisterin” (Mi gol en la vida – De refugiada a campeona del mundo). Alushi es embajadora de la integración de la Federación Alemana de Fútbol. ▪