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Verificar utopías

El Festival Foreign Affairs de Berlín ofrece un imponente escenario a artistas internacionales de arte performativo

23.09.2015

¿Qué necesita el arte? Parece una pregunta simple. Una respuesta compleja ha encontrado la belga Frie Leysen como primera curadora del formato Foreign Affairs, creado por los Berliner Festspiele en 2012. Partiendo de las necesidades del artista, les ofreció un espacio para enlazar varias obras para mostrar la historia de su desarrollo. Este enfoque ha sido adoptado por el programa de este festival de arte performativo contemporáneo y se ha mantenido también bajo el actual curador Matthias von Hartz.

En su edición de 2015, el festival permite sumergirnos en más de 30 años de historia del teatro vanguardista con nuevas obras del director y dramaturgo belga Jan Fabre y de grupos de perfomances Needcompany y Forced Entertainment. Con sus referencias a las artes visuales y a la música pop, con el especial tratamiento del tiempo narrativo, que en el caso de Fabre puede llegar a 24 horas en “Mount Olympus”, y con la intención de dejar de lado formas representativas a favor de ritos que promueven la comunidad, estos pioneros del arte performativo han tenido gran influencia en el teatro y en el concepto de teatro.

En sus cuatro años de existencia, Foreign Affairs ha estado dedicado al productor de teatro de Sudáfrica Brett Bailey, al coreógrafo francés Boris Charmatz y su Musée de la danse, y a la artista española Angélica Liddell de provocantes perfomances. También ofreció un espacio al coreógrafo nacido en Israel Hofesh Shechter para una combinación de crítica al 
poder con un dinámico estilo de danza.

De este modo, el festival no resulta tanto un foro de descubrimientos, porque muchos de estos artistas ya actuaron antes en el teatro Hebbel am Ufer de Berlín o en el Berliner Festspiele, sino más bien como espacio para encuentros más profundos. Se ofrece a artistas, espectadores y a los numerosos estudiantes la oportunidad de verificar utopías de los artistas. En la performance “Mount Olympus”, por ejemplo, se mantiene la separación entre escenario y público, a diferencia de la propuesta del artista Jan Fabre, la cual permite observar cómo surge una reflexión sobre el fracaso a partir de ideas no materializadas y cómo a partir de ello se pueden generar nuevas formas e historias que nutren un escepticismo acerca de la tradicional división entre modernismo y posmodernismo.

A Matthias von Hartz se le atribuye un mérito adicional con este festival “entre las artes”, como resalta Thomas Oberender, director de los Berliner Festspiele, al haber logrado atraer a la Haus der Berliner Festspiele, en la parte occidental de Berlín, a un público nuevo y mucho más joven. Esto se debe sin duda a los conciertos: actuaron aquí la banda de música indie The Notwist y la cantante brasileña de 25 años Dillon, pero sobre todo al ambiente de campus y a la relación con grupos de estudiantes, que sugieren que el arte y su historia no solo se consumen sin también se debaten. ▪