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Wiesbaden: la ciudad hermana de las capitales culturales

En la serie de deutschland.de “Mi ciudad”, alcaldes dan consejos e información de primera mano. Parte 6: El alcalde mayor de Wiesbaden, Sven Gerich.

04.02.2016
© dpa/DUMONT Bildarchiv - Wiesbaden

Sr. Gerich ¿qué caracteriza a su ciudad?

La capital del estado federado de Hesse es un oasis verde entre el Rin y los montes Taunus. Debido a su clima casi mediterráneo y el “savoir-vivre”, Wiesbaden es llamada a menudo la “Niza del norte”. La mayoría de sus habitantes, y naturalmente también yo, vivimos a gusto en la ciudad. De destacar son su historia y su paisaje urbano verde. También la singularidad geológica de sus fuentes y baños termales, así como su ubicación geográfica, entre el Rin, la región de Rheingau y los montes Taunus, son características con las que la mayoría de los habitantes identifican a su ciudad. Vivimos realmente en una hermosa ciudad: activa y deportiva, tranquila y reposada, entretenida y cultural, para jóvenes y no tan jóvenes… y para toda la familia. Las numerosas ofertas en nuestra ciudad no dejan nada que desear. Pero es más que eso: los habitantes de Wiesbaden poseemos un fuerte espíritu de unidad. Eso me gusta.

Una particularidad es…

…que Wiesbaden es este año ciudad hermana de las dos capitales culturales europeas, San Sebastián y Breslavia. Una hermosa coincidencia. Las hermandades de ciudades son importantes. Aproximan a municipios en Europa y todo el mundo, fomentando una estrecha relación entre sus ciudadanos. El objetivo es un intenso intercambio cultural, político, social y económico. Además de los contactos oficiales entre los ayuntamientos, en primer plano se hallan los encuentros entre seres humanos. En las amistades entre ciudades es como en otras amistades en la vida: hay que cultivarlas y ayudarse mutuamente, pero se recibe también mucho a cambio. Las amistades enriquecen. Por eso, 2016 es en Wiesbaden el año de las hermandades de ciudades.

¿Qué ve cuando mira a través de la ventana de su oficina?

Desde mi ventana veo maravillosamente el Parlamento del Estado de Hesse y la iglesia Marktkirche. La iglesia, de 90 metros de altura, es aún hoy el edificio más alto de la ciudad y nuestro más hermoso monumento característico.

¿Cuál es su lugar preferido en la ciudad?

Crecí en el barrio de Biebrich y aunque no vivo más allí me siento muy unido a él. En ese barrio desarrollo actividades en diversas asociaciones. Me gusta pasar mi tiempo libre en casa y practicando escalada, andando en bicicleta y cocinando, o también con amigos o por la noche en el casco antiguo de Wiesbaden.

¿A qué personalidad de su ciudad estima más?

Hay muchas. Aprecio a seres humanos que ayudan a otros seres humanos, por ejemplo todos los voluntarios y colaboradores honorarios en asociaciones, los bomberos, la policía y hospitales. Muchos trabajan más de lo que sería un sobreentendido: lo que hacen todos los días es increíble. Esas personas me sirven de modelo. Pero también dos de mis predecesores: Georg Buch y Achim Exner, ambos han obtenidos grandes logros para nuestra ciudad. 

¿Qué lugar le mostraría a un visitante?

Amo pasear por nuestra hermosa ciudad, para redescubrir sus lugares hermosos, conocidos o escondidos. Por eso, siempre que puedo, salgo a pasear a pie por la ciudad. El complejo Neroberg, con un viñedo protegido, la Iglesia Ortodoxa Rusa y su singular cementerio, el funicular Nerobergbahn, la piscina Opelbad, el parque de aventuras Kletterwald y un circuito forestal didáctico, goza de gran popularidad entre los habitantes de Wiesbaden y los turistas. No tan conocido es que también pueden realizar hermosos paseos en el barrio Kastel, a orillas del Rin. Allí vale la pena echarle un vistazo el antiguo bastión de Reduit.

¿Dónde puede conocerse mejor a los habitantes de su ciudad?

En realidad en todos lados, pero lo mejor para conocer gente es en la calle. Los habitantes de Wiesbaden gustan tomar una copa de vino o espumante Riesling en uno de los numerosos locales de la ciudad y observar qué sucede en la calle. “Ver y ser visto” es nuestra divisa. Somos una ciudad abierta y tolerante. Pero lo mejor para conocer gente sea quizás la Semana del Vino de Rheingau, que se celebra en agosto en las plazas Schlossplatz y Dern‘sches Gelände. Allí se halla entonces el más largo mostrador de vino del mundo. En los aproximadamente 120 stands alrededor del ayuntamiento se ofrecen numerosas posibilidades de probar durante diez días vinos, espumantes y especialidades culinarias en medio de un gentío. Lo que me agrada particularmente de la Semana del Vino es que tanta gente celebre junta con mucha armonía. Esa fiesta refleja el inconfundible y simpático carácter de nuestra ciudad, marcado por la hospitalidad, la internacionalidad y la tolerancia. Es una “fiesta popular” en el mejor sentido de la palabra, en la que se reúnen jóvenes y mayores, vecinos viejos y nuevos, para conversar y alegrarse.

¿Dónde le gusta pasar sus vacaciones?

En verano siempre me tomo unos días libres, pero me quedo en Wiesbaden, en mi huerto. Como alcalde mayor no se tienen muchos días libres. Mi tiempo libre lo paso con mi compañero de vida, a veces también hacemos una semana de wellness en un acogedor hotel. 

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