Combustible verde procedente de Chile

Reducir las emisiones de CO2 de los coches: un paso esencial para proteger el clima eficazmente. Junto a la electrificación de los vehículos, los combustibles sintéticos neutros para el clima, los llamados e-fuels o e-combustibles, también cumplen esta finalidad. Sin embargo, hasta ahora la producción de estos combustibles era cara y compleja. Ahora, sin embargo, un prometedor proyecto piloto en el sur de Chile está desarrollando e-combustibles asequibles. En la planta “Haru Oni” participan, además de empresas internacionales, dos empresas alemanas: Siemens Energy y el fabricante de automóviles Porsche.

El ministerio alemán de Economía y Protección del Clima (BMWK), que financia la planta con más de 8 millones de euros, considera Haru Oni un proyecto insignia de la Estrategia Nacional del Hidrógeno. Con esta iniciativa, el Gobierno alemán pretende impulsar el uso de tecnologías del hidrógeno respetuosas con el medio ambiente y la importación de fuentes de energía renovables basadas en el hidrógeno, que se consideran una pieza fundamental para el principal objetivo climático de Alemania: Neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero para 2045. Los e-combustibles son fuentes de energía que sólo liberan durante su combustión la misma cantidad de CO2 que la captada durante su producción. Esto hace que sean una alternativa al carbón, el petróleo y el gas natural climáticamente neutra y respetuosa con el medio ambiente. El combustible puede ayudar a alcanzar la neutralidad climática a los sectores que requieren una gran cantidad de energía, como la siderurgia o la industria química, y también al sector del transporte.

A su vez, el hidrógeno sirve de base para obtener e-combustibles, cuya producción requiere electricidad. Para que sea "ecológico", es decir, respetuoso con el medio ambiente, debe producirse a partir de energías renovables. Como Alemania no dispone de suficiente capacidad de producción propia para ello, coopera con socios internacionales, como Chile. Así lo reiteró también el canciller Olaf Scholz durante el viaje que realizó a América Latina a finales de enero de 2023. Chile tiene un gran potencial y unas magníficas condiciones para producir hidrógeno de forma climáticamente neutra. El ministro chileno de Energía, Diego Pardow, declaró en la inauguración de Haru Oni en diciembre de 2022, que la nueva industria del hidrógeno verde creará una gran cantidad de puestos de trabajo y mejorará la calidad de vida de las personas: “De este modo, garantizamos la seguridad para un futuro mucho más sostenible.”

Enorme potencial para la energía eólica

La planta piloto Haru Oni, gestionada por la empresa chilena Highly Innovative Fuels (HIF), está situada en la Patagonia, al norte de Punta Arenas. El viento sopla allí con fuerza prácticamente todo el año y podría generar mucha más electricidad verde que la que necesita el propio Chile. Según informan los medios de comunicación, el potencial teórico de la energía eólica es de unos 5.000 teravatios hora al año. El país sólo consume unos 80 teravatios hora.

Los elementos técnicos más importantes de Haru Oni, como el electrolizador y el aerogenerador, son fabricados por Siemens. Porsche también se ha unido a los inversores; el fabricante de automóviles será uno de los principales clientes de los e-combustibles. En la inauguración de Haru Oni, se repostó por primera vez un Porsche 911 con el combustible sintético, que permite que los motores a gasolina funcionen con neutralidad de emisiones de CO2. El fabricante de automóviles deportivos no contempla los e-combustibles como una alternativa al coche eléctrico, sino como un complemento.  

Según informa Siemens, a partir de 2023 la planta Haru Oni producirá 140.000 litros anuales de e-combustible en la fase piloto. Seguirán otros proyectos en Chile. Para mediados de la década, se espera que la capacidad de producción aumente a 55 millones de litros anuales, con una capacidad de 550 millones de litros dos años más tarde.

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Así se producen los e-combustibles

Los e-combustibles (del inglés “electrofuel”) son combustibles sintéticos producidos con electricidad a partir de agua y dióxido de carbono (CO2). A este proceso también se le conoce como Power-to-Fuel. Para producir hidrógeno verde, primero los electrolizadores descomponen el agua en oxígeno e hidrógeno, utilizando energía eólica. A continuación se filtra el CO2 del aire y se combina con el hidrógeno verde para producir metanol sintético. En un paso posterior, el metanol renovable se transforma en combustible respetuoso con el medio ambiente. Este puede emplearse para repostar y utilizar todos los vehículos con motor de combustión prácticamente sin emisiones contaminantes.

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