Tomando el pulso al clima mundial
Una torre de observación en la Amazonia brasileña ayuda a desentrañar misterios climáticos sin resolver.
"Aquí es donde tomamos el pulso al clima mundial, por así decirlo", afirmó Frank-Walter Steinmeier durante su visita en enero de 2023. El presidente federal había subido antes 54 metros hasta la primera plataforma intermedia de una torre de medición en la Amazonia brasileña. La torre de la estación de investigación "Observatorio de la Torre Alta de la Amazonia" (ATTO, por sus siglas en inglés) tiene una altura de 325 metros. La geóloga estadounidense Susan E. Trumbore, directora del Instituto Max Planck de Biogeoquímica en Jena, coordina el proyecto en representación de la parte alemana. En una entrevista, explica cuál es el objetivo concreto del ATTO y en qué medida el cambio de gobierno en Brasil modifica la situación.
Gracias a la torre de medición de 325 metros de altura del "Observatorio de la Torre Alta de la Amazonia", se puede investigar cómo influye la selva tropical en el clima mundial. ¿Qué han descubierto?
Nuestros principales resultados demuestran que el sistema entre la atmósfera y los bosques en la Amazonia es complejo. Por citar solo un ejemplo: ahora podemos contar la historia acerca de cómo el bosque produce su propia lluvia. Para resolver este acertijo, se requiere la colaboración de muchas disciplinas. Los ecologistas estudian qué especies de árboles emiten determinados compuestos gaseosos y cómo estos reaccionan frente a los agentes medioambientales. Los químicos atmosféricos y los científicos que estudian la composición de la atmósfera se ocupan de investigar el destino de estos compuestos. Buscan averiguar cómo y dónde se forman los aerosoles, que son pequeñas partículas en las que puede condensarse el agua. Otros estudian las nubes y analizan su influencia en las precipitaciones locales y el transporte a través de los "ríos" atmosféricos hacia los bosques cercanos.
¿Por qué es tan importante la selva amazónica?
Los bosques tropicales procesan más energía y agua que cualquier otro ecosistema terrestre. Son responsables de aproximadamente un 16 % de la fotosíntesis mundial y almacenan grandes cantidades de carbono en sus árboles y suelos. Pero existen grandes vacíos en los sistemas de observación a nivel mundial. Es por ello que los bosques tropicales no están debidamente representados en los modelos climáticos. Aún sabemos muy poco sobre cómo reaccionarán ante el calentamiento global y a la creciente deforestación. También lo estamos investigando.
¿Qué miden exactamente?
Nuestro equipo del Instituto Max Planck de Biogeoquímica investiga principalmente la función de los bosques amazónicos en todo el ciclo de los gases de efecto invernadero más importantes para el clima: dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Realizamos mediciones muy precisas para poder explicar mejor, por ejemplo, por qué se observan fluctuaciones estacionales o anuales.
La torre de medición, que es más alta que la Torre Eiffel, se inauguró en 2015. ¿Qué preguntas quedan por responder?
¡Sabemos tan poco sobre estos bosques! En una hectárea de bosque, por ejemplo, hay tantas especies de árboles como en toda Alemania. Una pregunta importante es cómo influye esta diversidad en la resistencia de los bosques frente a los cambios medioambientales globales. Mediante un sistema sin perturbaciones como el ATTO –en medio de la selva tropical, lejos de los asentamientos humanos y a una altura de 325 metros que nos permite salir de la capa inferior de la atmósfera– podemos estudiar las funciones del bosque. Pero también es necesario conocer a las personas que viven allí para establecer un contexto más amplio.
¿Quién trabaja en el proyecto y quién lo financia?
El hecho de mantener en funcionamiento tantas mediciones de alta tecnología durante todo el año en medio de la selva es un gran reto técnico y, por supuesto, no es algo económico. El ATTO cuenta con más de 200 investigadoras e investigadores, pero también con el apoyo de un gran equipo que se ocupa del mantenimiento de la estación de campo, las embarcaciones, los generadores y los instrumentos. Está financiado conjuntamente por Alemania y Brasil. Por parte de Alemania, participan el Ministerio Federal de Educación e Investigación y la Sociedad Max Planck y, por parte de Brasil, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el INPA, el Instituto Nacional de Investigación de la Amazonia en Manaos.
En los últimos años, la deforestación de la selva ha aumentado de manera considerable, lo que hace crecer la preocupación de que todo el ecosistema pueda derrumbarse. El nuevo presidente de Brasil, Lula da Silva, quiere volver a aumentar la protección de la selva. ¿Se ha alejado el peligro?
El nuevo Gobierno brasileño se ha comprometido a detener la deforestación. Esa es una buena señal. Sin embargo, debemos ser conscientes de la causa principal de la deforestación: la demanda externa de productos como la carne barata. Pero aunque logre ralentizarse la deforestación, el cambio climático afectará a los bosques amazónicos, por ejemplo, debido al aumento de los incendios, las sequías, las tormentas y las inundaciones. Estos fenómenos repercuten en la diversidad y la función de los bosques. Todavía debemos determinar cuáles son exactamente. Lo que sí está claro es que la Amazonia tiene una gran influencia en el clima mundial.
Se espera que la torre del ATTO funcione entre 20 y 30 años. ¿Qué otros asuntos le gustaría estudiar?
En estos tiempos de cambios rápidos, las observaciones a largo plazo son fundamentales, incluso para otros ecosistemas importantes. Sabemos que nuestros modelos aún están sujetos a una gran incertidumbre. Por lo tanto, necesitamos un conocimiento fundamental de cómo funcionan estos bosques para poder prever con mayor exactitud lo que ocurrirá en el futuro.