El automóvil inteligente
La tecnología de la información conquista el automóvil.
La tecnología de la información conquista cada vez más el automóvil. Sus cualidades clásicas, tales como potencia o diseño, pierden importancia. Según los investigadores de tendencias, si bien las personas jóvenes también desean trasladarse con el auto de un punto a otro, la tasa de bits de la conexión a Internet les es más importante que la velocidad máxima. Los fabricantes alemanes se han dado cuenta de ello. Hace tiempo que sistemas de navegación online, búsqueda en Google y tiendas propias de aplicaciones forman parte del equipamiento estándar en los vehículos de Audi, BMW, Mercedes y Volkswagen. La interconexión total en red del auto con el mundo digital no tardará mucho en llegar, quizás sea una cuestión de unos pocos años.
Según los desarrolladores de Mercedes, el auto de mañana será un acompañante digital de camino con capacidades casi clarividentes: como si pudiera leer el pensamiento, la computadora de a bordo conocerá los deseos del conductor y regulará automáticamente todas las funciones correspondientes: desde los destinos de ruta, pasando por la temperatura en el interior del vehículo hasta la radioemisora preferida. El proyecto se llama “Predicted User Experience” y se basará en una observación lo más exacta posible de actor rutinarios y costumbres. Mercedes no es el único fabricante que trabaja en ello: también Volkswagen desarrolla una navegador que aprende solo y lleva al conductor, si este lo desea, automáticamente al lugar donde se reúnen sus amigos de Facebook.
El auto también regula la calefacción en casa
En sus visiones, los desarrolladores no se limitan al auto, sino que lo interconectan con todo y todos. Por un lado integran en los vehículos las computadoras “wearables”, es decir, aquellas que se pueden llevar al cuerpo, como las gafas Google o los relojes “inteligentes”. Por otro lado, un auto podrá dialogar con la infraestructura y regular en casa o en la oficina la temperatura ambiente dependiendo de la hora que uno va a llegar. También estará en condiciones de registrar tan detalladamente las condiciones del tiempo que, en caso de haber nieve en las calles en invierno o congestiones de tráfico en las horas punta, automáticamente hará sonar el despertador unos minutos antes.
Nuevos instrumentos, nuevas aplicaciones y una vasta interconexión modificarán profundamente la forma de vida de los seres humanos en el futuro. También el mismo acto de conducir se transformará profundamente, como consecuencia de la tecnología de la información: el Audi de mañana, por ejemplo, sabrá si un semáforo está en rojo o en verde y dónde se halla el lugar de aparcamiento más próximo. El BMW del futuro entra solo al garaje. Y Mercedes promete que sus automóviles, aún en esta década, no necesitarán conductor para desplazarse por la autopista.
