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“La naturalización es un catalizador de la integración”

La posibilidad de contar con dos pasaportes haría aún más atractiva la nacionalidad alemana para el personal cualificado, afirma la ­socióloga Yuliyа Kosyаkovа del Instituto de Mercado de ­Trabajo e Investigación ­Ocupacional (IAB).

Entrevista: Helen Sibum, 20.11.2023
Yuliya Kosyakova
Yuliya Kosyakova © privat

Profesora Kosyаkovа, ¿cuántos trabajadores cualificados necesita Alemania en los próximos años?

Anualmente necesitamos alrededor de 400.000 trabajadores cualificados para que se mantenga la constancia de nuestro potencial de ingresos. Una cantidad neta de 400.000 personas que realmente permanezca en Alemania. Para ilustrarlo: este número equivale aproximadamente a la población de Luxemburgo en edad de trabajar. Y se trata de personal cualificado que debe llegar desde el extranjero porque el potencial interno de Alemania está prácticamente agotado. Hoy en día, las tasas de empleo femenino se hallan en niveles elevados y la edad de jubilación tampoco puede aumentarse discrecionalmente. Por eso, necesitamos que llegue personal cualificado extranjero con urgencia. Si no se soluciona esta situación, las consecuencias pueden ser sumamente problemáticas. Según un pronóstico del IAB, sin migración de personas, en el año 2060, por cada 100 personas trabajando habrá aproximadamente 80 jubiladas. En 1990, la relación era todavía de 100:30. La inmigración de personal cualificado puede amortiguar notablemente este aumento.
 
¿Qué tan importante es la migración laboral en Alemania en este momento?

Hoy en día ya es muy importante. Casi la mitad del aumento de personal cualificado en los últimos diez años se debió a la llegada de personas del extranjero. Se trataba, en particular, de una migración de trabajadores de la UE, pero que ahora está disminuyendo sustancialmente. En paralelo, las personas que llegan de otros países para trabajar en Alemania son pocas. Según la Oficina Federal de Migración y Refugiados, en 2021 fueron alrededor de 40.000 personas.

¿Cómo ha sido la evolución de la actitud de la política y la sociedad alemana en relación con la inmigración en las últimas décadas?

Ha habido diversas etapas en el camino de Alemania hacia convertirse en un país de inmigración. La sociología define a los años transcurridos entre 1955 y 1973 como la etapa de la captación y los trabajadores migratorios. Este momento estuvo marcado por los acuerdos celebrados entre Alemania y diferentes países de Europa para captar mano de obra. En aquel entonces, la economía alemana estaba en pleno auge y había una gran necesidad de trabajadores. A la etapa de consolidación entre los años 1973 y 1980/1981 le siguió una etapa de rechazo hasta 1998. En esos años, se frenó el intento de captación de trabajadores extranjeros debido a la crisis del petróleo, la crisis económica, la recesión y la amenaza del desempleo. Con el cambio de gobierno en 1998, comenzó la etapa de aceptación. Desde un punto de vista sociológico, desde el año 2015, nos encontramos en la etapa final para convertirnos en un país moderno de inmigración.  

El Estado claramente no puede imponer la cohesión social, pero sí puede enviar señales a través de sus acciones. ¿Los cambios previstos en las leyes de nacionalidad constituyen una de estas señales?

La simplificación y aceleración de los procedimientos de naturalización son, sin dudas, un indicador positivo. Porque no solo queremos que llegue el personal cualificado, sino que se quede también. La naturalización se considera el mayor privilegio que puede otorgar un Estado, dado que permite a la persona convertirse en miembro de la sociedad con todos los derechos y obligaciones pertinentes.

Sin embargo, el porcentaje de personal cualificado naturalizado continúa en números bajos, ¿podrían estas reformas modificar algo en esta situación?

Yo creo que sí. De acuerdo con los estudios, hay dos cuestiones fundamentales que hacen que la naturalización sea aún más atractiva para el personal cualificado: procedimientos más cortos y la posibilidad de la doble nacionalidad. Las modificaciones previstas abordan ambos puntos: en lugar de ocho años, se busca que la naturalización sea posible ya a los cinco años y, en casos especiales, incluso, después de tres años. Además, en principio, se acepta que las personas posean más de una nacionalidad. Con estas medidas, la probabilidad de que las personas (incluso el personal cualificado) se naturalicen incrementa notablemente.
 
¿Qué papel desempeña la naturalización en la integración?

La naturalización es un catalizador de la integración, se trata de un hecho comprobado científicamente. Los inmigrantes naturalizados suelen saber mejor el idioma, poseer mejor nivel educativo, establecer más contactos sociales y también están más integrados desde una perspectiva política.  

En julio de 2023, se sancionó la nueva Ley de Inmigración de Personal Cualificado. En 2020 ya había habido una reforma. ¿Cómo clasificaría los desarrollos de los últimos años?

Con la reforma de 2020, no hubo un cambio fundamental en el sistema jurídico, por ejemplo, a través de un giro favorable hacia un sistema de puntos. Es cierto que el sistema se abrió un poco más al equiparar a las personas con títulos no académicos con aquellas que poseían un título de educación superior. Además, se crearon opciones para migrar al país y homologar títulos profesionales. Se trató, sin embargo, de reformas pequeñas que no tuvieron repercusiones a nivel cuantitativo hasta el momento. En contraste, durante la pandemia irrumpió la inmigración con fines económicos. Todavía debemos esperar un poco para ver la evolución de las cifras ante esta situación.

¿Cómo clasificaría la nueva Ley de Inmigración de Personal Cualificado?

La nueva Ley incluye varias modificaciones pequeñas y algunas grandes. Entre las pequeñas está la reducción de los límites de ingreso a niveles realistas para la Tarjeta Azul de la UE, la vía de acceso para las personas altamente cualificadas de países fuera de la UE. Además, están planificadas ciertas simplificaciones para el traslado de las familias. Este componente social es muy importante para captar personal cualificado, pero también para que quieran quedarse en el país. Se trata de cambios sensatos, pero que se desarrollan en el marco vigente. Lo novedoso, no obstante, es que ahora se pueda prescindir de realizar la evaluación de equivalencias si se supera un límite mínimo de ingresos. Sin embargo, estos límites de ingresos continúan siendo demasiado elevados, con la excepción de los de la Tarjeta Azul. Acceder de inmediato a un sueldo muy alto en Alemania es improbable. Desde mi punto de vista, uno de los elementos más innovadores de la Ley es la Tarjeta de oportunidades que permite a aquellas personas con títulos profesionales o de estudios superiores reconocidos en el extranjero viajar a Alemania por un máximo de doce meses para buscar trabajo, si se alcanza una cierta cantidad de puntos en categorías, como experiencia profesional y nivel de idioma.

¿Qué opina sobre estos cambios?

Van en la dirección correcta. Hay diversas opciones de acceso nuevas y las existentes se simplifican. Lo que me parece muy importante es que la nueva ley ya no adjudica tanta importancia al reconocimiento del título en Alemania. Con frecuencia sucedía que era imposible que se reconozcan títulos del extranjero o no se podían homologar por completo y los trabajadores cualificados debían adquirir cualificaciones adicionales, de modo que el procedimiento se prolongaba demasiado o, incluso, no podía concluirse nunca. Es cierto que se derriban algunos obstáculos, pero sigue habiendo otros importantes. Asimismo, primero debe demostrarse que se comprenda el gran número de disposiciones en el extranjero, dado que esto es imprescindible para poder contrarrestar la escasez de personal cualificado.

Yuliya Kosyakova es la directora del sector de investigación en materia de migración, integración y estudio internacional del ­mercado de trabajo en el Instituto de Mercado de Trabajo e Investigación Ocupacional (IAB) de Núremberg. El IAB es el instituto de investigación de la Agencia Federal de Empleo (BA).  Asimismo, Kosyаkovа es profesora de estudios de la migración en la Universidad Otto-Friedrich de Bаmberg. La socióloga ucraniana llegó a Alemania hace más de 20 años dentro de un contingente de refugiados judíos.