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Dando más espacio a la naturaleza

La ONU lucha contra la pérdida de biodiversidad, apoyado por el LLF, un fondo creado a iniciativa de Alemania.

Friederike Bauer, 12.09.2022
Gorila en el Parque Nacional de Odzala-Kokoua, apoyado por el LLF.
Gorila en el Parque Nacional de Odzala-Kokoua, apoyado por el LLF. © picture alliance / Godong

La diversidad de la naturaleza se está perdiendo a una velocidad vertiginosa: según la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), ya se ha destruido más de la mitad de los ecosistemas. Cada año desaparecen unos diez millones de hectáreas forestales, una superficie superior a la de Portugal. El 50% de los arrecifes de coral desaparecen, los océanos se contaminan y son explotados en exceso para la pesca. Actualmente no se vislumbra una inversión de la tendencia. Al contrario: según la IPBES, un millón de especies están amenazadas de extinción en las próximas décadas

El Parque Nacional de Gonarezhou, en Zimbabue, también cuenta con el apoyo del LLF.
El Parque Nacional de Gonarezhou, en Zimbabue, también cuenta con el apoyo del LLF. © picture alliance / Anka Agency International

Por ello, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedica la máxima atención a la preservación de la naturaleza en la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Alemania apoya estos objetivos políticamente, pero también financieramente. Por ejemplo, el Legacy Landscapes Fund (LLF), creado por iniciativa de Alemania, ayuda a financiar áreas protegidas en todo el mundo. Porque una forma de frenar la pérdida es a través de las reservas naturales, ya que las áreas pueden recuperarse si se les da el espacio y la paz para hacerlo. Por ello, las Naciones Unidas debaten actualmente el objetivo de proteger el 30% de la superficie terrestre. Por el momento, esta superficie se sitúa un 17 % en tierra y un 8 % en el mar. El llamado objetivo 30X30 es uno de los puntos más importantes de la próxima Cumbre de Biodiversidad de la ONU, que tendrá lugar en Montreal en diciembre. Es especialmente importante porque debe definir nuevos objetivos de conservación de la biodiversidad para 2030 en un "post-2020 global biodiversity framework" (marco global de biodiversidad post-2020).

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El Gobierno alemán apoya el proyecto, pero los debates en la ONU continúan. Lo que está claro, sin embargo, es que la conservación de la naturaleza cuesta dinero y que existe un déficit de financiación que será aún mayor con objetivos aún más ambiciosos. Según las estimaciones, se necesitan al menos 150.000 millones de dólares anuales para la conservación de la biodiversidad. El 80 % de las especies viven en un 20% de la masa terrestre, la mayor parte de la cual se encuentra en los países en desarrollo. Sin embargo, a menudo falta el dinero necesario para gestionar las áreas protegidas de forma eficaz y en armonía con los intereses de la población. Por ello, la última versión del "Global Biodiversity Framework" también establece que deben desarrollarse nuevas e innovadoras fuentes de financiación.

El langur de Thomas (Thomas Leaf Monkey) en el Parque Nacional de Gunung Leuser en Indonesia - LLF también ayuda aquí.
El langur de Thomas (Thomas Leaf Monkey) en el Parque Nacional de Gunung Leuser en Indonesia - LLF también ayuda aquí. © picture alliance / Zoonar

Una de estas fuentes es el Legacy Landscapes Fund (LLF), que el banco de desarrollo alemán KfW creó en 2020 por encargo del Gobierno alemán. También se considera una contribución concreta de Alemania a los objetivos de la Cumbre de la Biodiversidad de diciembre. La idea que subyace al LLF es que, si se consigue preservar el mayor número posible de especies en las regiones del mundo ricas en biodiversidad, pero con bajos ingresos, a la vez se podrá asegurar una parte importante de la biodiversidad. Por ello, su objetivo es apoyar a largo plazo al menos 30 áreas protegidas en todo el mundo, con un millón de dólares al año. Esto no cubre todos los costos, pero la suma es suficiente para una financiación básica que permita mantener las operaciones.

Lo particular del fondo es que no sólo cuenta con el apoyo de donantes públicos como Alemania y Francia, sino también de empresas y fundaciones. Así participan la Gordon and Betty Moore Foundation, die Rob & Melanie Walton Foundation, die Arcadia Foundation y The Wyss Foundation. De este modo, se espera que el fondo gestione al menos mil millones de dólares de aquí hasta 2030. Actualmente, dispone de unos 250 millones de dólares.

Una rana endémica en el Parque Nacional Madidi de Bolivia, apoyado por el LLF.
Una rana endémica en el Parque Nacional Madidi de Bolivia, apoyado por el LLF. © picture alliance / Marco Simoni/robertharding

El LLF ya está apoyando siete áreas piloto en Asia, África y América Latina, que cubren más de 60.000 kilómetros cuadrados. Actualmente está abierta una licitación, por lo que es probable que se añadan otras siete zonas a mediados de 2023.

El enfoque innovador del LLF se presentará en diferentes ocasiones, incluso en la ONU. Por ejemplo, la directora ejecutiva Stefanie Lang presentará la idea y la ambición del LLF en la Cumbre del Clima de Sharm el-Sheij en noviembre y, por supuesto, en la Cumbre de la Biodiversidad de Montreal. Stefanie Lang, directora ejecutiva del LFF, lo describe así: "Sabemos que la conservación de la naturaleza da frutos. Protege las especies y los ecosistemas y ayuda a estabilizar el clima. Pero sólo con fondos suficientes, conceptos bien pensados y personal actuando sobre el terreno. Esto es exactamente a lo que contribuye el LLF".

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