Actuación determinante para la Agenda 2030
El balance intermedio de la consecución de los Objetivos Mundiales de Desarrollo Sostenible es desalentador. Ahora, Alemania quiere dar un nuevo impulso a la Agenda 2030.
“Leave no one behind - No dejar a nadie atrás” fue el prometedor eslogan acuñado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015. Entonces, las Naciones Unidas aprobaron 17 objetivos en la Agenda 2030, que debían constituir los principios rectores de la política, la economía y la sociedad en todo el mundo. El balance intermedio de 2023 es desalentador, y la consecución de los objetivos aún está muy lejos. Por eso, la ministra alemana para el Desarrollo, Svenja Schulze, advierte: “Ha llegado el momento de actuar con mayor determinación.”
Y eso que en 2015 todo parecía muy prometedor. Con la Agenda 2030, la comunidad internacional estableció una especie de programa de recuperación para el mundo. Con sus 17 objetivos concretos y 169 metas algo más específicas, pretendía convertirse en “un plan de acción para las personas, el planeta y el bienestar”, como se afirma en su preámbulo. Una receta para lograr una transformación a mejor, a la que todos los países del mundo debían contribuir. A diferencia de los anteriores Objetivos de Desarrollo del Milenio (Millennium Development Golas, MDGs), ahora los ODS también son aplicables a países industrializados como Alemania. La idea subyacente era la convicción de que esta tarea colosal sólo podría llevarse a cabo aunando esfuerzos.
ONU: peligra la aplicación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible
Con motivo del balance intermedio, el secretario general de la ONU, António Guterres, se pronunció claramente sobre la publicación de un informe de progreso de los ODS: Las promesas de 2015 están en peligro. Y añadió, en referencia a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible: “Ningún país puede permitirse que fracasen.”
Según estimaciones de la ONU, en más del 30% de los subobjetivos no se ha producido ningún avance o incluso se ha retrocedido. A medio camino hemos progresado, pero no lo suficiente. Solo el 15% de los objetivos se están cumpliendo, un porcentaje insuficiente para alcanzar los objetivos globales en 2030 si se mantiene el ritmo actual.
Caben destacar algunos avances positivos en determinados ámbitos: Así por ejemplo, el 91% de la población tiene ahora acceso a la electricidad, el 95% vive dentro del alcance de una banda ancha móvil, hay más zonas de protección en el mar. Y en la actualidad, en cada vez más países, las empresas tienen que informar sobre los estándares medioambientales y sociales. Pero al mismo tiempo, sólo un tercio de los países conseguirá reducir a la mitad el índice de pobreza. Según las estimaciones actuales, 575 millones de personas seguirán viviendo en condiciones de extrema pobreza.
Son varias las razones de este preocupante resultado: las crisis mundiales han hecho que el mundo retroceda en el camino hacia una mayor sostenibilidad y desarrollo. Tal es el caso de la pandemia de covid como de la guerra de Ucrania, que ha vuelto a agravar la escasez mundial de alimentos debido a la falta de exportaciones de trigo de Ucrania, invadida por Rusia. Pero existen otros factores, como las crisis de la deuda, la mala gobernanza, la falta de interés y los conflictos locales, desde Yemen a Eritrea y desde el Congo a Camboya y Venezuela.
Alemania anuncia un mayor compromiso con la Agenda 2030
Ante esta situación, Alemania quiere intensificar aún más sus esfuerzos en pro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Debemos “fijar ahora la dirección correcta para avanzar más rápidamente”, subraya Bärbel Kofler, secretaria de Estado parlamentaria del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo. “Impulsamos en todo el mundo un cambio estructural socialmente justo y ecológico, e invertimos en la solidaridad global.”
No obstante, los objetivos no son únicamente un baremo para la política exterior y de desarrollo. Alemania también se ha comprometido a trabajar en este sentido en su propio país. En general, la República Federal de Alemania está actuando bien, ocupando el cuarto lugar en una clasificación internacional de ODS, después de los países nórdicos Finlandia, Suecia y Dinamarca. Sin embargo, también es necesario recuperar terreno en algunos ámbitos, como el consumo sostenible, la producción sostenible y la protección climática.
El director adjunto del German Institute of Development and Sustainability, Axel Berger, advierte en este contexto de los “efectos indirectos negativos” en los países en vías de desarrollo, que sufren el cambio climático con más intensidad que los países industrializados del norte. También observaron con mayor frecuencia las repercusiones de “cómo producimos y consumimos”, por ejemplo en los derechos humanos y laborales fundamentales.
Por ello, al hacer el balance intermedio de la Agenda 2030, el Secretario General de la ONU, Guterres, confía en que se dé un nuevo impulso a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El científico Berger también pide más recursos, gastados adecuadamente, para alcanzar los objetivos: “Se trata ahora sobre todo de alinear la arquitectura financiera internacional para que podamos impulsar masivamente la transformación hacia una mayor sostenibilidad.”