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Nuevo centro de biodiversidad en Ecuador

Investigadores de Alemania y Ecuador han creado el centro científico EGiB en Quito. Su objetivo es ayudar a preservar la diversidad natural del país. 

Esther Sambale, 09.07.2025
El gallito rojo de las rocas es una de las muchas especies de la región del Chocó en Ecuador.
El gallito rojo de las rocas es una de las muchas especies de la región del Chocó en Ecuador. © pa/dpa

“Cuando pienso en Ecuador, lo primero que me viene es el olor a musgo en los bosques nubosos y húmedos de la región de Chocó”, dice Nadine Dupérré. “Y la increíble diversidad y belleza de las especies que viven allí, como el gallito de las rocas con su intenso color rojo o la rara y amenazada rana de lluvia ecuatoriana. Todo eso hay que conservarlo y protegerlo”. En eso trabajan la bióloga canadiense y su compañero, el profesor universitario Bernhard Hausdorf, en el Instituto Leibniz de Hamburgo para el Análisis del Cambio de la Biodiversidad (LIB en sus siglas en alemán).

Nadine Dupérré en una investigación de campo
Nadine Dupérré en una investigación de campo © privat

Establecer colaboraciones a largo plazo 

Desde febrero de 2025, llevan a cabo su proyecto conjunto con la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y el Museo de Zoología de dicha universidad. Con el apoyo del Gobierno federal alemán, los socios están creando el Centro Ecuatoriano-Alemán de Investigación Integrante de la Biodiversidad (EGiB en sus siglas en inglés) en Quito. “Queremos establecer colaboraciones a largo plazo entre investigadores alemanes y ecuatorianos y crear una infraestructura que facilite la investigación sobre biodiversidad en Ecuador”, afirma la codirectora del proyecto, Dupérré. El EGiB ayuda a los investigadores interesados a establecer colaboraciones o a solicitar permisos para la investigación de campo. También pueden utilizar los laboratorios del campus de la PUCE. 

Gran parte de esta diversidad aún se desconoce.
Nadine Dupérré, bióloga

“Ecuador es uno de los lugares más importantes del mundo en cuanto a biodiversidad. Gran parte de esta diversidad aún se desconoce. Actualmente ni siquiera sabemos exactamente qué especies estamos perdiendo. Para protegerlas, debemos descubrirlas”, afirma Dupérré. Los ecosistemas sensibles, como la región del Chocó en los Andes, se ven amenazados por el cambio climático y por la pérdida de su hábitat debido a las actividades mineras y a la deforestación masiva. Dupérré: “Es urgente investigar más en esta zona. Muchos de estos ecosistemas son únicos en el mundo. Alrededor del 38 % de la masa forestal original se ha perdido o ha cambiado. Esto también pone en peligro los medios de vida de las comunidades locales, con las que colaboramos estrechamente. Nos permiten acceder a los bosques y a sus conocimientos sobre los animales y las plantas que viven en ellos. Sus conocimientos son inestimables y necesitaríamos muchos años de investigación para alcanzar el mismo nivel de conocimiento”. 

La biodiversidad de nuestro país es tan grande que no podemos controlarla y protegerla nosotros solos.
Verónica Crespo, ecóloga

Durante cinco años, Dupérré investigó como científica independiente en Ecuador sobre arañas y venenos de araña, adquirió experiencia en el campo, colaboró estrechamente con la PUCE en Quito y sentó así las bases para el nuevo centro. En la universidad conoció a la ecóloga Verónica Crespo, que es una de las 15 investigadoras que colaboran actualmente con el EGiB. En el Museo Zoológico se dedica al estudio de los invertebrados acuáticos y analiza la influencia del cambio climático y las especies invasoras en los ecosistemas y la biodiversidad. “La biodiversidad de nuestro país es tan grande que no podemos controlarla y protegerla nosotros solos. El EGiB nos brinda la oportunidad de aunar fuerzas y competencias para impulsar conjuntamente la investigación sobre la biodiversidad”.

La ecóloga Verónica Crespo
La ecóloga Verónica Crespo © pa/dpa

Aunar los conocimientos de Ecuador y Alemania 

De este modo, los socios del proyecto se enriquecen mutuamente. Crespo dice: “Nuestras compañeras y nuestros compañeros alemanes aportan equipos y conocimientos tecnológicos, por ejemplo, en el ámbito molecular, mientras que nosotros compartimos nuestros conocimientos sobre la biodiversidad y la ecología autóctonas y ofrecemos acceso a la colección del Museo Zoológico, que cuenta con más de dos millones de ejemplares”. 

Relación entre el medio ambiente y las enfermedades infecciosas 

Es importante abordar problemas complejos como la pérdida de biodiversidad desde el mayor número posible de perspectivas. Por ello, también se investigan enfermedades infecciosas y crónicas como el dengue o la enfermedad de Chagas, que se transmiten de los animales a los seres humanos. Para ello se combinan los conocimientos del socio ecuatoriano del proyecto, el CISeAL (Centro de Investigación para la Salud en América Latina), y los del LIB. También se piensa en el futuro de su campo de investigación. “Formamos a estudiantes ecuatorianos, especialmente en grupos de animales como arañas o caracoles, sobre los que hasta ahora hay poca experiencia local. En el marco de un programa de formación continua de la PUCE, ofrecemos un curso de investigación y sistemática de la biodiversidad”. 

Abierto a investigadores de todo el mundo 

Dupérré, Crespo y sus compañeras y compañeros del EGiB tienen una misma visión. “El EGiB debe crecer, atraer a investigadores de todo el mundo y convertirse en un gran centro de investigación sobre biodiversidad con financiación garantizada”, afirma Dupérré. Crespo añade: “La política y la sociedad deben comprender que todos dependemos de la biodiversidad y que debemos protegerla por nuestro propio bien”.