El derecho al juego
Los niños tienen derecho al juego y al ocio. Alemania aplica este componente de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño en su propio país y también lo apoya en todo el mundo.
El derecho al juego y al ocio es un componente importante de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño. Garantiza a los niños de todo el mundo el derecho a disponer de tiempo y espacio para actividades y ocio apropiados para ellos. La planificación urbana adaptada a los niños también desempeña aquí un papel decisivo. Ya en 1996, UNICEF, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, presentó la Iniciativa de Ciudades Amigas de la Infancia (CFCI), un marco para la correcta implantación de ciudades adaptada a los niños.
Ratisbona gana un premio por su parque infantil inclusivo
Uno de los objetivos de la CFCI, representada en Alemania desde 2012 por la asociación Kinderfreundliche Kommunen (Ciudades amigas de la infancia) es que los niños participen en la vida cultural, cívica y social de la ciudad. Ratisbona es un buen ejemplo. En diálogo con niños y jóvenes, se elaboraron mapas de la ciudad con todos los puntos fuertes y débiles de las ubicaciones urbanas desde la perspectiva de los niños. Uno de los resultados de la participación juvenil fue el parque infantil inclusivo Brixenpark, galardonado con el premio internacional Inspire de UNICEF en 2021. En la planificación participaron niños y jóvenes con y sin discapacidad. El dragón gigante que hay en el centro del parque fue idea de los alumnos de primaria.
Para los niños refugiados de Burkina Faso
Alemania también está comprometida internacionalmente con el derecho de los niños al juego y al ocio, y apoya a los países en la construcción de infraestructuras adaptadas a los niños, especialmente en regiones en crisis. La organización Terre des Hommes Deutschland e. V. trabaja en Burkina Faso, país de África Occidental. Junto con sus socios han creado los llamados “espacios adaptados a los niños” en centros de refugiados cercanos a la capital, Uagadugú. Los niños pueden jugar aquí guiados por educadores. Se reúnen para pintar, jugar a juegos de mesa, hacer gimnasia o columpiarse. “Esto les devuelve una valiosa parte de normalidad a sus vidas, lo que les ayuda, al menos por el momento, a superar el trauma de su huida”, explica Claudia Berker, responsable de Programas y Políticas para África de Terre des Hommes Deutschland. El Ministerio alemán de Asuntos Exteriores apoya el proyecto.