Laboratorio de ideas
Emprendedores sociales quieren hacer del mundo algo mejor. Social Impact Lab apoya a startups. ¿De qué depende el apoyo?
Alemania. Cinco minutos para convencer al jurado. Carla Otto cuenta de sus vacaciones en Grecia. Mientras recogía residuos plásticas en la playa, vio de repente un pulpo empujando un balde vacío. Esa imagen no se borró más de su mente. De vuelta a casa, la diseñadora creó una lámina biológica elástica, que permite cubrir cuencos y platos en la nevera una y otra vez. Esto haría innecesario el film transparente. El jurado de Social Impact Lab en Fráncfort ha reconocido la utilidad del proyecto, y Otto será incluido en el programa de fomento, al igual que otros cuatro equipos de proyecto el mismo día. Tiene ideas para la integración de refugiados o para un mayor intercambio con el vecindario. ¿Qué les espera ahora? Cinco preguntas y respuestas.
¿Qué es Social Impact Lab?
Una incubadora de innovación social. Se promueve a aspirantes a emprendedores sociales: personas que "utilizan los medios empresariales para resolver un problema social", dice Sébastien Martin, jefe de Social Impact Lab en Fráncfort. En toda Alemania hay otros siete laboratorios. Ya más de 400 emprendedores han desarrollado aquí en sus ideas.
¿Qué ofrece exactamente el Lab a emprendedores?
Cada startup recibe un coach asesor. Los emprendedores pueden asistir a talleres financieros, legales, fiscales, de mercadotecnia y otros. Representantes de grandes empresas, como SAP o Deutsche Bank, así como consultores independientes, les acompañan como mentores. Pero sobre todo se insertan en una comunidad y pueden interactuar con otros emprendedores. El programa dura hasta ocho meses.
¿Pueden las empresas sociales generar ganancias?
Sí, claro. Una empresa social también debería estar orientada al beneficio, dice Sebastién Martin. "Siempre que no lo haga a expensas de seres humanos o del medio ambiente."
¿Reciben financiación estas ideas de negocios?
No es fácil. "Todos los emprendedores enfrentan el desafío de captar capital", resalta Martina Köchling, directora del programa de KfW Stiftung, fundación que fomenta el laboratorio de Fráncfort junto con JPMorgan Chase Foundation y la fundación Prof. Otto Beisheim Stiftung. Los socios también desean "esclarecer al sector financiero y reducir perjuicios", afirma Annette Heuser de la fundación Beisheim Stiftung. "Cada vez más empresas quieren invertir en proyectos sostenibles". Los bancos deben adaptarse a esa situación."
¿Ya hay historias de éxito de los Social Impact Labs?
Muchas. Por ejemplo, la de "Stitch by Stitch". La labor de costura permite a los refugiados acceder al mercado de trabajo. En los próximos meses, deutschland.de presentará en una serie diversas empresas sociales.