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500 años de la Reforma en Alemania – La fe en el diálogo

Visitantes de todo el mundo tras las huellas de la Reforma Protestante en Alemania… y en conversación con representantes de diversas confesiones.

10.11.2016
© dpa/Eventpress Stauffenberg

Para Yury Bachyshcha es la primera sorpresa durante su visita a Alemania: que el Estado participe en las celebraciones de los “500 años de la Reforma”. Bachyshcha es profesor de historia bielorrusa y religión en la European Humanities University, en Vilna. En su patria, Bielorrusia, es miembro de un comité que también prepara celebraciones para el gran aniversario en 2017. En Bielorrusia se celebran en 2017 asimismo los 500 años de la traducción de la Biblia al bielorruso. El comité fue creado solo por la Iglesia. En Bielorrusia solamente el dos por ciento de los habitantes son protestantes, dice Bachyshcha, “pero son muy activos”.

Activa es también Margot Kässmann, embajadora del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD) para el Aniversario de la Reforma 2017. Esa tarde intercambia ideas con Bachyshcha y visitantes de otros países que vinieron a Berlín en el marco del Programa de Visitantes de la República Federal de Alemania. Durante los próximos días viajarán a importantes estaciones en la vida de Martín Lutero, lugares centrales de la Reforma: el castillo de Wartburg, Erfurt y Wittenberg. Bachyshcha espera recoger también inspiraciones sobre cómo celebrar el aniversario de la Reforma. Kässmann comienza por decirle que el Bundestag Alemán aprobó ya en 2011 una resolución por la que las celebraciones no quedan solo en la esfera de la Iglesia: “Es parte de la cultura alemana, por eso, la Iglesia y el Estado cooperan”.

El “efecto Lutero” en todo el mundo

Por la mañana, los invitados habían visitado uno de los numerosos eventos en el año del aniversario: la exposición “El efecto Lutero”, del Museo Histórico Alemán, que abrió sus puertas en abril de 2017 en el edificio Martin Gropius Bau, en Berlín. Es una de tres exposiciones nacionales en relación con el aniversario. En conversación con los organizadores de la exposición, los invitados se enteran de que –a diferencia de lo que permitiría suponer su título– la muestra no se centra en el Reformador. “En el foco no está Lutero”, dice Ann-Kathrin Ziesak, la curadora. “Queremos mostrar sobre todo que el Protestantismo tiene hoy numerosos rostros”. Por eso, en la exposición se echa un vistazo a Suecia, Corea del Sur, Tanzania y los Estados Unidos, tematizándose la historia de la fe y la vida protestante en esos países, también en relación con otras religiones.

Una impresión del diálogo interreligioso adquieren los visitantes durante un encuentro con representantes de diversas confesiones. El imán Osman Örs, de Berlín, relata cómo comenzó todo para él: “En cierta forma fui obligado a dialogar, concretamente por los atentados del 11 de septiembre de 2001. Para mí no solo fueron un ataque contra seres humanos inocentes, sino también contra mi religión y mis valores esenciales”. Hoy, Örs coopera con el Foro de Diálogo, una iniciativa fundada por musulmanes alemanes para el intercambio cultural y religioso. El Foro de Diálogo apoya también la planeada construcción de una “House of One”, un lugar conjunto de culto para cristianos, judíos y musulmanes en Berlín. “Cuando me enteré de la idea, me pareció algo utópico, irreal”, dice Örs. Hoy cree que es posible que ese lugar conjunto de culto se haga realidad algún día.

El aniversario como “evento global”

Para algunos de los visitantes, por el contrario, la paz entre las religiones no pasa de ser un deseo. “El diálogo del que escucho está para mí muy lejano”, dice Emma Ndaendelao Nangolo, de la Iglesia Evangélico-Luterana de Namibia. “Yo experimento todos los días conflictos interreligiosos”, agrega. También Galib Huseynov, de la Organización para la Cooperación Islámica en Arabia Saudí, cree que el rechazo al islam en muchos países dificulta el diálogo entre las confesiones.

También Martín Lutero era conocido por su fuerte rechazo a los musulmanes y judíos: esa oscura faz del Reformador será una y otra vez tema durante el aniversario. Los tiempos en los que, en los aniversarios de la Reforma, Lutero era calificado de “gran héroe alemán” pertenecen al pasado, dice Margot Kässmann. Por eso adquiere gran importancia que el aniversario sea una celebración internacional, agrega, “un evento global que ponga en el foco a los seres humanos”.

Los visitantes le preguntaron a Kässmann qué diría Lutero sobre la vida actual en Alemania. “Lo escandalizaría sobre todo que tantas personas no tengan confesión alguna. No lo podría creer”, responde. Más de uno de cada tres alemanes es aconfesional. En el este de Alemania –allí donde vivió y llevó a cabo su obra Lutero– son aún más. ¿Se trata entonces, en el aniversario de la Reforma, de la necesidad de reformar la Iglesia actual? “Sin duda”, dice Kässmann, “la Iglesia debe transformarse, todos los días”.

Más información sobre el Programa de Visitantes de la República Federal de Alemania en:

www.auswaertiges-amt.de