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Omar Salum Mohamed de Bad Homburg

Alemania es muy diferente de lo que Omar Salum Mohamed se había imaginado.

13.08.2014
© Jonas Ratermann - Omar Salum Mohamed

“Mis primeras palabras en alemán las aprendí de turistas de visita en Zanzíbar, la isla frente a la costa de Tanzania. Fueron “Keine Ahnung”, “Los geht’s” y “Alles wunderbar”. En mi país ya trabajé en hoteles y siempre pensaba: ¿Cómo es posible hablar con tanta fluidez un idioma tan 
difícil? Hoy yo mismo hablo alemán. Esto era un requisito para poder hacer mi formación como chef en uno de los mejores hoteles de Fráncfort. A veces me parece que estoy en un sueño. Y lo es de cierta manera. Porque antes, en mi imaginación, Alemania era muy diferente. Creía que era un país lleno de rascacielos. Pero solo hay muchos en Fráncfort y los numerosos pequeños pueblos antiguos son especialmente bellos. Jena, por ejemplo, me ha gustado mucho. Allí son muchos los jóvenes que estudian y por eso es fácil encontrar amigos. En Fráncfort a veces salgo con mi amigo Abdul. Nos conocemos de antes. Creo que somos los únicos ciudadanos 
de Zanzíbar en Fráncfort.”