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Viajes subterráneos en el tiempo

La Puerta de Brandeburgo o el castillo de Neuschwanstein son mundialmente famosos. Pero Alemania tiene mucho más que ofrecer también – bajo tierra. 

Anja LeuschnerAnja Leuschner , 16.07.2025
Aranka Haneke arbeitet bei den Berliner Unterwelten.
Aranka Haneke arbeitet bei den Berliner Unterwelten. © Berliner Unterwelten e.V. / Franziska Schultze

Los mundos subterráneos de Berlín: un viaje a través de la historia 

Berlín está cargado de historia, tanto en la superficie como bajo tierra. La asociación “Berliner Unterwelten” muestra a los visitantes lo que se esconde bajo tierra: búnkeres abandonados, laberintos de túneles y pasadizos oscuros. Aranka Haneke guía a grupos por el mundo subterráneo de Berlín. Para ella, uno de los grandes atractivos son los refugios antiaéreos de la estación de metro de Gesundbrunnen: “Aquí uno se hace una idea bastante clara de cómo debió de ser vivir los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.”  

Los pasadizos históricos de Núremberg: creados para la cerveza 

Bajo Núremberg se extiende un vasto sistema de túneles y sótanos de hasta cuatro niveles y 20 metros de profundidad, con algunas secciones que datan de hace 700 años. Fue construido para: cerveza.  

Para Richard Selke, guiar a los visitantes por este entramado es una auténtica pasión: “Estamos hablando de un alimento básico esencial para los francos”, dice con una sonrisa irónica. En algunas visitas guiadas, incluso se puede degustar – la cerveza roja de Núremberg. Para madurar, necesita una temperatura de entre seis y diez grados. Los 25 000 metros cuadrados del sistema subterráneo de Núremberg permitía madurar y conservar la cerveza durante todo el año. 

El búnker gubernamental de Ahrweiler: una ciudad secreta dentro de la montaña 

En el valle del Ahr, en Renania-Palatinado, hay un gigantesco búnker nuclear subterráneo donde, en plena Guerra Fría, se simulaban situaciones ante un posible estallido bélico. El búnker contaba con todo lo necesario para que 3.000 personas pudieran sobrevivir durante 30 días. Aquí debía mantenerse operativa la administración alemana en caso de guerra.  

Heike Hollunder dirige el museo del Búnker Gubernamental y se encarga de acompañar a los grupos durante las visitas. Para ella es muy importante: el centro de documentación pretende ser un lugar de memoria y reflexión. “Nos recuerda lo valiosos que son la paz, la libertad y la democracia”, afirma Hollunder.