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¿Eliminar el dinero en efectivo?

A los alemanes les gusta el dinero en efectivo, otros países restringen las transacciones en efectivo y los científicos debaten al respecto. Cada opinión tiene sus razones. Un panorama.

03.08.2015
© dpa/Daniel Reinhardt - Bargeld

Echemos un rápido vistazo al bolsillo del alemán medio: 103 euros en billetes y monedas lleva encima el ciudadano tipo adulto, según un informe del Bundesbank. Además del dinero en efectivo hay también tarjetas de crédito y de débito en su billetera, aunque hoy también se puede pagar con el teléfono móvil y a través de Internet.

Pero el alemán normal termina pagando con dinero en efectivo - cuatro de cada cinco transacciones en Alemania se llevan a cabo de esta manera. Lo que las estadísticas también revelan es que cuanto más joven es una persona, más proclive es a aceptar el pago sin billetes y monedas.

Y todo viene a cuento del debate que siempre surge: ¿qué futuro tiene el dinero en efectivo - o debería tener? En once países de la UE ya existen normas legales que establecen claramente hasta qué monto se puede pagar con monedas y billetes. En Polonia el importe máximo es 15.000 euros, en Portugal e Italia son solo 1000 euros. En Francia, este límite se aplica a partir de septiembre de 2015 para transacciones entre residentes.

El fin del narcotráfico, la corrupción y el trabajo en negro

Los que se oponen al pago en billetes y monedas, como Peter Bofinger, miembro del consejo alemán de expertos económicos, argumentan que con pagos sin uso de efectivo se ahorraría mucho tiempo y dinero. Se eliminaría no solo la espera por el cambio en el supermercado, también el trabajo en negro sería mucho más difícil si todos los pagos se hicieran por trasferencia. La corrupción también sería más difícil de ocultar e incluso el narcotráfico tendría problemas. Y las empresas tendrían menores costos de transacción: por ejemplo para la verificación de billetes falsos. Los economistas creen que la gestión de la política monetaria sería mejor si los ciudadanos dejaran de atesorar enormes cantidades de dinero cuando los tipos de interés son bajos o incluso negativos.

Los defensores de dinero en efectivo, como Lars Feld, otro experto del consejo, advierten de la transparencia que podría surgir en las transferencias si solamente se registran pagos electrónicos. No hay razón para privar a los ciudadanos de un medio tan popular de pago, dicen. En vez de ello se le debe seguir permitiendo la elección. Los defensores de esta idea suelen recordar la famosa frase de Fyodor Dostoyevsky: "El dinero es libertad impresa."

www.bundesbank.de

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